El Gobierno Regional de O’Higgins mediante el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) está financiando un revolucionario proyecto de producción de nuevas mezclas de hormigón incorporando plástico reciclado PET.

Fuente: Comunicado de Prensa

Como es cada vez más evidente a nivel global, los residuos plásticos impactan significativamente el medio ambiente, y particularmente, los ecosistemas marinos. Chile no es la excepción. Según datos de la Asociación Chilena del Plástico (ASIPLA) del aproximadamente millón de toneladas que se consumen en Chile no más de un 10% se recicla, debiendo importarse más 900.000 toneladas al año de plástico “virgen” con todos los problemas ambientales que ello implica.

El Tereftalato de Polietileno (PET) es un polímero plástico clave en la fabricación de envases, no reciclándose más que dentro de un rango entre 15 y un 20%, pese a ser más demandado que otros tipos de plásticos. Esto plantea un tremendo desafío, tanto para cumplir los compromisos ambientales internacionales de Chile como para satisfacer, por parte de las empresas, los requerimientos de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) Nº 20.920. La ley REP entró en vigor en 2016 y ha sido implementada gradualmente desde esa fecha a través de una serie de reglamentos; la ley busca a través de éstos que residuos de tipo prioritario – incluyendo plásticos – sean incorporados nuevamente a las cadenas productivas mediante distintas estrategias de gestión, entre ellas el reciclaje, con lo que la ley REP queda inserta enun nuevo enfoque de economía circular. 

¿Cómo apoyar a las empresas generadoras en sus estrategias de minimización de residuos en la nueva economía circular? Según señala Pablo Oyarzún, académico de la Universidad Austral de Chile y director del proyecto FIC financiado por el Gobierno Regional de O’Higgins, “Transferencia tecnológica de producción de mezclas de hormigón-polímeros de plástico PET utilizando soluciones de economía circular”; es mediante el desarrollo de investigación aplicada entre las universidades y empresas que se hace posible, por una parte, detectar las necesidades del mercado y de la ciudadanía respecto a la reutilización de residuos y, por otra parte, proporcionar los componentes necesarios de la ciencia y la academia que brinden respaldo sólido a la respuesta para dichas necesidades.

Mezcla Sustentable Hormigón
Partículas de PET triturado de morfología irregular (tamaño máximo 20 [mm]).

Para el académico, una de las alternativas a explorar en la industria de la construcción es el desarrollo de nuevas mezclas de hormigón que permitan inertizar lo máximo posible el PET, al incorporarlo como reemplazo del componente árido. El hormigón es un material versátil, durable, y disponible ampliamente para la construcción. Es altamente relevante además el conocer cuáles son las proporciones más adecuadas de PET en la mezcla de hormigón según las distintas aplicaciones comerciales.

Este proyecto de investigación aplicada y transferencia tecnológica hacia la industria de la construcción de la región de O’Higgins es una alianza estratégica entre la Universidad Austral de Chile y la empresa Ingeniería y Montaje GPMIN Ltda. La universidad proporciona la investigación necesaria para el desarrollo de las mezclas, mediante ensayos de laboratorio, y la empresa gestiona y ejecuta todas las actividades necesarias para probar estas mezclas en condiciones de campo en la región de O’Higgins.

Para Alberto García, gerente general de GPMIN Ltda. el proyecto no es sólo relevante para la región de O’Higgins, sino que para el país: “queremos desarrollar una mezcla de hormigón que incorpore polímeros de plástico PET en su matriz de manera de sacar el máximo posible de circulación a este componente de la naturaleza. Pretendemos determinar las proporciones del PET en el concreto para las cuales se obtiene una mezcla óptima. Apuntamos al creciente mercado de los sistemas constructivos de bloques de rápido ensamblaje, prefabricados, y de menores costos”.

Equipo del proyecto en una planta de acopio de plásticos (empresa G2)

El proyecto en primera instancia se encuentra orientado no sólo a solucionar un problema ambiental regional que existe con el PET, sino que también a producir un material de construcción de un costo competitivo y que dé garantía de utilizarse como material de construcción. A su vez, la incorporación de partículas plásticas disminuiría la cantidad de áridos finos en el concreto, los que en su mayoría son extraídos de dragados de lechos de ríos, canteras, lo que impactan de forma significativa al medio ambiente.

El producto a entregar es una mezcla comercial de hormigón incorporando polímero PET en diferentes proporciones. Se pretende producir no sólo una, sino al menos tres diferentes mezclas para distintas aplicaciones ya sea industriales o habitacionales. Las diferentes aplicaciones de estas mezclas prototipo, van a estar determinadas por  sus propiedades mecánicas, físicas y químicas. Por ejemplo, en términos de resistencia a la compresión, flexotracción, respuesta sísmica, comportamiento ignífugo, aislamiento acústico y desempeño térmico, entre otras. En general, la baja capacidad del plástico de biodegradarse, sumado a las grandes cantidades acumuladas en el planeta y a la larga vida útil del hormigón, brindarán una solución que contribuya a evitar mayor presencia de estos residuos en el medio ambiente.

No existen demasiados desarrollos en Chile, a nivel de la industria de construcción, que incorporen materiales contaminantes para el medio ambiente a un costo competitivo y con propiedades similares o superiores a las soluciones tradicionales existentes en el mercado. Este proyecto permitiría transferir tecnológicamente el desarrollo de nuevas mezclas de concreto para su explotación comercial desarrollando un nuevo tipo de industria. Un objetivo a mediano plazo es generar sinergias con proveedores locales, nuevas fuentes de empleo, y un modelo de negocios basado en la economía circular para la región de O’Higgins.

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