El reino Saudí ha presentado sus planes para construir un estadio en el techo de The Line, un edificio de 170 km le largo por 350 metros de alto que es la piedra angular del faraónico proyecto Neom
Arabia Saudita ha revelado su plan de construir 11 nuevos estadios para albergar el mundial de fútbol de 2034. Uno de ellos estará situado a 350 metros de alto en el techo de The Line, la ciudad rascacielos de 170 kilómetros de largo que se está construyendo ya en el golfo de Áqaba. El proyecto de The Line está teniendo problemas de financiación y ha pasado de poder alojar a 1,5 millones de personas en 2030 a menos de 300.000 para el final de la década.
El estadio de The Line, con capacidad para 46.000 espectadores, es uno de los 11 estadios que buscan ser sedes oficiales del torneo. Ocho de ellos estarán en la capital, Riad, incluido el Estadio Internacional Rey Salman, con capacidad para 92.760 asientos, que podría albergar el partido inaugural y la final.
“El estadio de Neom será el más singular del mundo”, afirma la candidatura oficial saudí en su propuesta. “Con un terreno de juego situado a más de 350 metros de altura, unas vistas impresionantes y un techo creado a partir de la propia ciudad, el estadio será una experiencia sin igual”.
La decisión final sobre el país anfitrión de la Copa del Mundo de Fútbol de 2034 se tomará en el congreso de la FIFA del 11 de diciembre.
Cómo es el estadio
El documento saudí no da muchos detalles sobre el diseño del estadio Neom. Tampoco se sabe qué arquitecto será el encargado de ponerlo en pie. La delegación saudí asegura, sin embargo, que se construirá sobre el primer tramo de The Line, que ya ha arrancado las obras.
Esta parte del megaedificio se conoce como Hidden Marina y cuenta con un puerto deportivo artificial y un gran arco para el paso de embarcaciones. El estadio irá acompañado de otras instalaciones adyacentes como una fanzone, campos de entrenamiento y cinco hoteles.
El inicio de las obras está previsto para 2027 y se estima que estará terminado en 2032. Cuando acabe la Copa del Mundo, el estadio se usará como sede de un nuevo equipo de fútbol que formará parte de la liga profesional saudí.
The Line: la niña bonita de Neom
Neom es el sueño del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, de crear una “nueva Europa” y “revolucionar nuestra civilización”. Se trata de un proyecto de 1,5 billones de dólares con el que el reino saudí quiere transformar la economía del país, que hasta ahora ha dependido casi exclusivamente de la venta de petróleo. El plan es convertir la región en algo similar a lo que es Hong Kong para China, un lugar moderno y cosmopolita regido por la sostenibilidad, la innovación y el emprendimiento y que además sea uno de los mayores destinos turísticos del mundo.
The Line es el emblema de este sueño: un descomunal rascacielos formado por dos edificios paralelos con fachadas de espejo que medirán 500 metros de alto por 170 kilómetros de largo y que unirán el golfo de Aqaba con el desierto a través de una cadena montañosa.
La nueva ciudad se fundará en un solo edificio, no una serie de construcciones consecutivas ensambladas una al lado de la siguiente. El rascacielos no tendrá coches y sus ciudadanos podrán acceder a todos los servicios necesarios en solo 5 minutos a pie. Si necesitan ir a la otra punta de la ciudad lo podrán hacer en unos 20 minutos gracias a un transporte tipo ‘hyperloop’.
El frenazo de The Line
Aunque las obras de The Line ya están en marcha, fuentes del gobierno saudí consultadas por Bloomberg han reconocido que solo podrán completar 2,4 kilómetros de lo proyectado para el final de la década. Esas mismas fuentes aseguran que la construcción únicamente podrá albergar a 300.000 residentes para 2030, mucho menos de los 1,5 millones que soñaba bin Salman.
La causa del frenazo la apunta el Wall Street Journal. El megaproyecto se pagará, supuestamente, con el Fondo de Inversión Pública, un fondo dirigido por el príncipe heredero. El diario económico asegura que el efectivo de ese fondo se redujo aproximadamente en tres cuartas partes, hasta unos 15.000 millones de dólares, en el mes de febrero. Esto, sería el nivel más bajo desde diciembre de 2020, que es cuando el fondo empezó a compartir sus datos.
Karen Young, investigadora del Instituto de Oriente Medio y de la Universidad de Columbia, en EEUU, ya apuntó hace unos meses que muchos de los grandes proyectos pueden verse frenados o paralizados a medida que aumenten los costes y se aclare su eficacia. Aunque es probable, dice, que el reino saudí siga inyectando dinero durante los próximos años. “Creo que se producirá un derroche hasta 2030 y luego habrá un castigo“, afirma la investigadora.