Su versatilidad, rápido montaje, duración, diseños diversos y la calidad cada vez mayor de los materiales que se ofrecen, hacen de esta alternativa una elección recurrente a la hora de construir en Chile y el extranjero. Aquí, el porqué de su atractivo y los proyectos más innovadores.
Fuente: Madera21
Si analizamos el extenso abanico de posibilidades para edificar encontramos un sinfín de ofertas en cuanto a materialidades, precios, plazos, morfologías, beneficios y un largo etcétera. Y no es menor, pues sin duda se trata de una decisión sumamente importante. ¿Cuál sería la mejor opción si el objetivo es llevar a cabo un plan constructivo rápido, adaptable, personalizado, duradero, liviano, de calidad y totalmente sustentable? La respuesta es la arquitectura modular.
Mirando un poco hacia atrás, habría que remontarse a 1833, en Australia, para encontrar la primera vivienda construida con elementos prefabricados. Sin embargo, la historia de la arquitectura modular empieza en Estados Unidos con viviendas transportables elaboradas por segmentos y que, a comienzos de 1950, pasaron a ser fijas y más voluminosas. De hecho, ya el año 1942 los arquitectos alemanes Walter Gropius y Konrad Wachmann desarrollaron un diseño de residencia llamado “Package House System”, el cual podía ser armado en menos de nueve horas. Claramente una revolución que inspiró todo lo que vino después.
Si se creía que las innovaciones modulares tenían su foco sólo en el extranjero, es un error. Chile, a través de su amplia gama maderera y mediante la iniciativa de inquietos y emprendedores profesionales, no se queda atrás.
Viviendas modulares Wikkelhouse
Estas viviendas se construyen en módulos a partir de paneles de contrachapado chileno de pino radiata y utilizan sistemas de aislación térmica creados a partir de lana de oveja, una membrana hidrófuga semipermeable y fachada de pino termotratado; dejando la casa absolutamente aislada y hermética.
Oep Schilling de Fiction Factory es el holandés que hace varios años comenzó con esta propuesta constructiva. Hace un año quiso expandirse, comenzando por el lugar de donde importa los materiales: Chile. Así llegaron a la empresa nacional Tronconoble, con quien se gestó esta sociedad que comenzó por capacitar personal, adquirir el equipamiento requerido y adaptarlas a las necesidades ambientales y técnicas del país. En lo concreto, Wikkelhouse está formada por secciones individuales de 1,2 metros de profundidad, las cuales se pueden conectar y desconectar fácilmente. En su gran mayoría han sido adquiridas como cabañas de descanso, estudios u oficinas, entregando total flexibilidad para añadir más módulos en el futuro.
Casas VAP
Viga Aislación Pilar (VAP) es el nombre de la solución que el arquitecto chileno Alberto Mozó creó junto al equipo de Prefabrica Studio, oficina que lidera y que consiste en una solución técnica formada por dos láminas laterales de madera contrachapada, adheridas a un bloque de Poliestireno Expandido (EPS). Cada viga VAP tiene seis metros de largo y su ancho puede variar entre 600 y 610 mm, dependiendo del revestimiento que se quiera utilizar en el interior. Además, esta solución constructiva tiene la posibilidad de cumplir dos funciones al mismo tiempo: puede ser viga y pilar a la vez.
Esta versatilidad consigue crear espacios de acuerdo a las necesidades de los usuarios, quienes además pueden modificarlos fácilmente subdividiendo el espacio interior sin necesidad de recurrir a un calculista, dando la opción de hacer un tabique y eliminarlo en el futuro. Con esta creación, VAP optimiza al máximo el material por lo que casi no se generan residuos en la obra.
All in Wall (AIW)
El proyecto, ganador del primer Torneo de Innovación en Madera, se basa en un nuevo sistema que logra simplificar la cadena de valor de la edificación en obra para paneles en entramado ligero de madera. El sistema se orienta en una nueva metodología en la elaboración de paneles verticales y horizontales prefabricados en madera, la cual posibilita que todo prefabricado pueda mantener terminaciones e instalaciones insertas desde fábrica y, con ello, que sea fácilmente montado en obra.
De esta forma se disminuyen las pérdidas, las cuales logran índices que varían entre un 28-35% en una construcción tradicional. Este ahorro es traspasado a la calidad de componentes y envolventes con el fin de poder ser un producto competitivo con otros sistemas constructivos tanto en el mercado nacional como internacional.
Por último, y si bien estos ejemplos dejan claro que en Chile hay un sinnúmero de proyectos modulares sumamente atractivos, siempre es positivo ir por más. Sobre todo si consideramos que el diseño sustentable modular también puede ser capaz, no sólo de influir en lo urbano, sino también en la visión, conciencia y estilo de vida de las personas. Como patrón, podemos mencionar el desarrollo de soluciones arquitectónicas para construir modularmente en altura, creando biociudades de bajísimo impacto ambiental y de asombrosas edificaciones.