La firma está en conversaciones con fondos de inversión locales para levantar capital e iniciar la construcción el segundo semestre del próximo año.
Fuente: Diario Financiero
En 2017, la empresa de ingeniería sustentable Asgreen -ubicada en Curicó en la Región del Maule- amplió su giro hacia la Investigación y Desarrollo (I+D) en economía circular.
Creó una nueva unidad de negocio que hoy está a cargo del proyecto Agrowaste2energy, el que tras probar en laboratorio la factibilidad de transformar desechos de manzanas y aceitunas en bioenergía, planea construir una planta piloto en 2021.
El proyecto comenzó hace tres años con el mapeo de la industria productora de manzanas y de aceite de oliva, la que según estimaciones de la ingeniera civil químico y fundadora de Asgreen, María Luisa Lozano, produce 282.000 toneladas de desechos de manzanas y aceitunas al año en Chile, los que no vuelven a integrar a sus procesos.
‘Hay un potencial de residuos de la agroindustria que nadie aprovecha y no hay interés de las empresas que los generan en hacer algo con ellos porque no es su negocio’, dice Lozano. Cuenta que ya realizaron pruebas del proceso industrial a nivel de laboratorio y han procesado cerca de una tonelada de estos residuos, donados por dos empresas de la zona del Maule. Lozano estima que el potencial energético total que tienen estos desechos a nivel nacional es de 42 MW al año.
Hasta ahora han invertido $ 90 millones. De ellos, $ 60 son fondos de Corfo y $ 30 millones de Asgreen.
Lozano explica que el siguiente paso del proyecto es la construcción de una planta piloto para escalar el proceso a un nivel industrial
Actualmente están en conversaciones con dos fondos de inversiones locales, para levantar los cerca de $ 300 millones que estima demandará la insfraestructura, la que proyectan construir el segundo semestre de 2021 en Curicó.
El plan, dice Lozano, es que opere durante un año en modo piloto, para luego diseñar una planta definitiva. Adelanta que están en conversaciones con cuatro nuevas empresas de manzanas y aceite de oliva, que están interesadas en el desarrollo.
Una vez que la planta esté operativa en 2022, se busca que se autoabastezca con la energía que genere y la diferencia -al menos un 50%- se inyectaría al sistema para venderla al mercado eléctrico