Las ciudades están en una auténtica época de revolución. Y en esa planificación urbana ha pasado a jugar un papel importante Strava. Sí, suena a ficción pero es una noticia totalmente real.

Fuente: Brújula Bike

El big data ha revolucionado muchos campos. Entre ellos, el de la ordenación urbanística. Porque, de repente, tenemos más información que en ningún momento en la Historia para hacer de los lugares en que vivimos espacios más habitables, más adaptados a nuestras necesidades. Strava ahora juega un rol en esta planificación.

Porque la aplicación deportiva recoge una gran cantidad de datos: rutas, ritmos, atajos, trayectos más usados, vías principales para entrenar, o para ir al trabajo, perfiles personales de los y las ciclistas, tipo de bici que usan o ritmo que llevan y, por lo tanto, incluso hábitos saludables. Todo esto y más está sirviendo a las administraciones locales para dibujar mejor su plano urbano. Al menos de forma más lógica. Nuevas rutas, más humanizadas.

Strava es usada hoy en día por 67 millones de personas, y recoge la actividad deportiva, aunque a menudo cuenta viajes en bici que no son puros entrenamientos, sino desplazamientos por la ciudad. Strava Metro es la encargada de registrar todos estos datos.

Hace un tiempo ya informamos cómo un municipio usaba esta aplicación para arreglar los desperfectos del pavimento a partir de la información de incidencias de sus usuarios. Ahora llega el siguiente escalón: planificar ciudades en función de cómo la usan los ciclistas urbanos.

Cómo planificar una ciudad usando Strava

Es bien sabido que a menudo arquitectos y urbanistas se sientan en un escritorio para planificar una ciudad. Luego, la ciudadanía no usa las calles como estos profesionales de estudio pensaron y planificaron: un banco en un supuesto bien lugar, no se usa por parte de nadie; una acera dibujada en perpendicular, no acoge a peatones que recortan por mitad del césped abriendo vereda; un asfaltado lateral de repente sirve para multiplicar el uso de la bici a modo de carril bici. Hay mil ejemplos de este tipo de “mapas mentales”, que son la realidad de la ciudadanía más allá de la planificación.

Pues bien, la empresa británica Transport for London está usando estos datos de Strava Metro para hacer mejoras urbanas. Así, han conseguido replanificar el trazado de los carriles bici, hacerlo por rutas más seguras para los y las ciclistas, o abrir tramos o cerrar calles y hacerlos sólo peatonales y para ciclistas, mejorando el transporte, la calidad del aire y el nivel de vida de sus ciudadanos.

Y lo han hecho en un momento clave: la pandemia de coronavirus ha hecho que se aceleren estas planificaciones urbanas más circulables para las bicicletas, invirtiendo tiempo y dinero de manera decidida. París o Nueva York han sido los mejores ejemplos y recientemente Barcelona con sus manzanas gigantes trata de hacer algo parecido.

Estos son algunos datos de los que se hacía eco el medio anglosajón Cycling Industry y que resultan evidentes en cualquier estudio sobre desplazamientos urbanos. Strava, con más de cuatro mil millones de actividades registradas, se ha mostrado accesible a este tipo de colaboraciones. Solamente hay que solicitárselo, y los consistorios municipales podrán mejorar sus ciudades para los ciclistas con un respaldo cuantitativo incuestionable.

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