Mediante softwares especializados que consiguen formas flexibles, estéticas, orgánicas y con total libertad de movimiento. La madera se presenta como excelente alternativa dada su versatilidad para manipular y tratar. Actualmente, el diseño digital está muy de moda para fabricar muebles, crear proyectos arquitectónicos, revestir interiores e, incluso, forjar esculturas.
Fuente: Madera21
La era digital cambió la forma de relacionarnos, de ver el mundo, de trabajar y de crear; hechos que además han entregado una serie de nuevas herramientas para concebir universos extraordinarios y prácticamente perfectos. Entre ellos podríamos incluir el del diseño paramétrico, una técnica que permite introducir variables o parámetros dentro de unos límites espaciales o volúmenes y del cual se obtienen resultados que no dejan de causar asombro.
Es justamente en este ítem donde la tecnología entra en juego, pues a través de los softwares que se implementan es posible alcanzar formas fluidas y espacios versátiles que parecieran ser sacados de una fórmula compleja; lo que no está muy alejado de la realidad, ya que al diseñar un proceso se desarrolla una colección de relaciones matemáticas y geométricas que crean sistemas (algoritmos). Éstos, permiten explorar más de un resultado con ciertas premisas de diseño establecidas previamente.
Por lo general, los softwares que se implementan para esta modelación de tipo avanzada en 3D y diseño generativo son Rhinoceros y Grasshopper, los cuales son fundamentales para lograr, quizás, una de las mayores ventajas del diseño paramétrico: la simbiosis entre disciplinas. La razón de lo anterior se debe a que permite integrar criterios estructurales, sociales y simulaciones con el objetivo de que el modelo tridimensional no sea sólo una maqueta virtual, sino una herramienta capaz de entregar información que proporcione vías para lograr diseños más realistas o aterrizados (por más surrealista y complejo que se vea el resultado final, se entiende).
Otra gran particularidad de esta metodología guarda relación con la capacidad de integrar la fabricación digital directamente al diseño, optimizando tiempo (sobre todo gracias a las máquinas de control numérico o impresoras 3D) y costos de producción, aplicando los conceptos básicos de lo que conocemos como prefabricación.
Si hubiera que hablar de las bondades de la madera a la hora de diseñar, construir, manipular, trasladar o, incluso, al referirnos a la sustentabilidad e impacto medioambiental, sin duda se podría argumentar muchísimo a su favor. Más aún, enfocándonos en lo que ésta puede aportar a la hora de trabajar paramétricamente, también abundan las cualidades.
En primer lugar, al tratarse de una membrana versátil, se puede adaptar a cualquier estilo. Aquello, sumado a su liviandad y su fácil ensamble, permite reducir drásticamente los tiempos de construcción y aumenta las posibilidades de movimiento, flexibilidad y adaptabilidad (incluso sin tener que tallar o doblar al vapor el material, como solía hacerse antes). Asimismo, funciona como una lámina que es capaz de proteger las superficies interiores y actúa como filtro para el sol y el viento, acondicionando los espacios que se buscan transformar.
Al adentrarse en la estética propiamente tal, a la hora de utilizar madera para estos fines, salta a la vista su inmejorable condición para lograr formas orgánicas y armónicas, inspiradas en la naturaleza (de ahí, quizás, sus reminiscencias al universo gaudiniano). A lo anterior, hay que sumarle la tecnología 3D para llevarlo a cabo, abriéndose un sinfín de posibilidades morfológicas que pueden llegar a ser admirablemente complejas.
Cabe aclarar que el diseño paramétrico se puede aplicar en diversos tipos de materiales, pero la originalidad a la hora de diseñar en madera puede llegar a ser enorme, agregándose a la lista una variedad amplia de colores, terminaciones, texturas, relieves y geometrías laberínticas que apuntan a la armonía y belleza.
Referentes llevados a cabo con esta técnica
En la creación paramétrica, nos encontramos con que tanto en construcciones más complejas como en muebles más pequeños y funcionales, se puede llegar a resultados sencillamente maravillosos.
El hecho de tener el control de la altura, longitud, anchura, curva precisa y de todas las dimensiones a través de un software, claramente puede verse como una ayuda al momento de diseñar. Sin embargo, si ese diseño no está acompañado de la creatividad humana como motor principal, por más sofisticado que sea el software los resultados no poseerán ese toque distintivo que llame a la admiración.
Al abarcar la arquitectura paramétrica, los referentes, independiente de su materialidad, pueden ser muchísimos. Ahí entran, por ejemplo, el Museo del Louvre de Dhabi, la Fundación Louis Vuitton o el Estadio Nacional de Beijing. No obstante, al acotar la materia prima solamente a la madera, hallamos construcciones que, más allá de ser intrincadamente atractivas, son un claro ejemplo de cómo ésta puede utilizarse para estos fines aprovechando todas sus cualidades naturales. Entre ellas, por nombrar sólo algunas, destaca el Bunjil Place en Melbourne, la Galería Whitestone en Taipei, la Pastelería SunnyHills en Tokio y la Casa de Té Trippy en Shangai.
Igualmente, la oferta y variedad de mueblería, intervenciones en el hogar y en espacios comerciales es cada vez más común, destacando especies como el pino, abedul, cerezo o ébano. De esta manera, y sin importar su escala, podríamos unificar las características de la utilización de la madera para este tipo de proyectos en cuatro tópicos: su libertad arquitectónica, sus diseños únicos, su adaptabilidad a las condiciones del espacio y su belleza estética. Virtudes que, como se dijo, bien podrían pertenecer al legado de Gaudí, pero con la diferencia de que esta vez la genialidad radica en la sinergia de la inteligencia artificial con la humana.