Pensada como un edificio circular con una estructura de acero y cristal, problemas de costos obligaron a William Pereira a adoptar soluciones de hormigón armado para la construcción del edificio, el que a la postre, se transformó en una de sus obras más reconocidas.

Fuente: Hormigón al Día

Uno de los aspectos más interesantes de la arquitectura desarrollada por William Pereira (25 de abril de 1909 – 13 de noviembre de 1985) es, sin dudas, el cruce entre la influencia brutalista y sus propios diseños, dotados de un claro corte futurista., lo que se aprecia claramente en sus obras, en las que predominan formas piramidales.

Durante las décadas de 1960 y 1970, el arquitecto de ascendencia portuguesa gozaba de un gran prestigio en Estados Unidos, precisamente por sus proyectos. A fines de la década del 50, la planta de Firestone en Los Ángeles (1958), el complejo industrial Convair Astronautics en San Diego, el Theme Building del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (1958-1961), o la Pirámide Trnasamérica en San Francisco (1969-1972) evidencian este cruce entre lo brutalista y influenciadas por, por ejemplo, la carrera espacial.

Biblioteca Geisel

El año 1965, gracias a sus llamativos diseños, el arquitecto tuvo la misión de construir lo que sería la nueva biblioteca de la Universidad de California en San Diego (UCSD, en sus siglas en inglés). El edificio se ubicaría en la cima de una pequeña colina, justo en el centro del campus de San Diego, por lo que el diseño debía generar un impacto tal que transformase a ese punto privilegiado en un ícono dentro del campus.

Flexibilidad de los espacios

Luego de un detallado estudio de bibliotecas universitarias, el primer bosquejo que Pereira tuvo para el proyecto consistió en un edificio circular con una estructura oculta en su interior. Así, teorizó el arquitecto, se aprovecharía de mejor forma la luz del día, además de brindar una mayor variedad de arreglos con pisos flexibles y mantendría un sistema de circulación central ideal.

Si bien este bosquejo se desechó, lo que hizo Pereira fue sacar los elementos estructurales diagonales internos y colocarlos en el exterior. Así, el edificio se transformó a una estructura de ocho pisos: dos subterráneos -o sumergidos- y seis pisos de tamaño variable sobre el nivel de suelo.

De esta manera, se mantuvo la “flexibilidad” que Pereira reveló en el estudio de otras bibliotecas universitarias. Por ejemplo, el sexto piso posee un ancho mayor a los 61 metros, transformándose en el más amplio de todo el edificio.

En esa misma línea, el “nivel principal” de la biblioteca es el primer subterráneo, aunque el centro experiencial del edificio se encuentra inmediatamente en el piso superior, al nivel del foro, donde la biblioteca tiene su punto más delgado y las salientes masivas de los pisos superiores proyectan una gran sombra sobre la plaza exterior del espacio.

Hormigón armado como solución estructural

En el diseño original, Pereira primero optó por una estructura compuesta de cristal y acero. Sin embargo, a pedido de la universidad, se decantó por el uso de hormigón armado, lo que a la postre permitió un diseño más escultórico de la biblioteca.

Un núcleo central sólido contiene todas las escaleras, ascensores y pozos mecánicos recorren todo el edificio. Los voladizos que se encuentran sobre la plaza se sostienen gracias a un sistema estructural simple, pero ingenioso, que consiste en 16 pilares de hormigón masivo que se alzan desde el nivel del foro y se ramifican hacia afuera en ángulos de 45 grados. Los pilares se extienden más allá del ancho completo del sexto piso con un movimiento diagonal continuo, uniéndose a las losas de piso en sus extremos. Pernos de acero conectan a cada pilar, contrarrestando las fuerzas gravitacionales.

La Biblioteca Geisel se construyó entre los años 1969 y 1970 y, desde entonces, se sometió a dos reformas importantes: en 1992, cuando se restauró la torre -como se le conoce- a un plano similar al que diseñó originalmente Pereira, y en 2015, cuando se lanzó una iniciativa para transformar y revitalizar los espacios públicos interiores más utilizados de los pisos 1, 2 y 8.

La particular forma de la biblioteca y su disposición interior, hacen de este edificio un ícono de la arquitectura con hormigón.

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