El estudio de arquitectura Perkins&Will creó un conjunto de 24 cabañas, bloques para baños y un gran comedor comunal mediante estructuras de madera en masa y paneles prefabricados. 

Fuente: Madera21

En el corazón del Bosque Nacional los Padres, en California, nos encontramos el complejo recreativo Camp Lakota: un conjunto de 24 modernos habitáculos de madera de forma triangular diseminados entre los árboles del bosque a lo largo de 23 hectáreas. Las cabañas están agrupadas de 6 en 6, formando 4 pequeños “pueblos”, complementados con módulos de baños y un gran comedor comunal.

Finalizado en el año 2020 y perteneciente a la organización Girl Scouts del área metropolitana de los Ángeles, la premisa de base para el proyecto era la de crear espacios habitables confortables a la vez que rústicos. Es decir, una base segura a partir de la cual poder aproximarse a la naturaleza. 

Cabañas del Campamento Lakota en California, evocan formas arquetípicas con sus estructuras de madera en forma de A

Como idea de partido, el estudio de arquitectura Perkins&Will, equipo responsable del proyecto, retomó la forma arquetípica de una cabaña. Es decir, una estructura triangular en forma de letra A. Una geometría que nos remite a lugares comunes como son la tienda de campaña, los tipis de los pueblos originarios o a los picos de los pinos que invaden el lugar. Además, se trata de una tipología muy arraigada en el sur de California.

El uso de la madera en la estructura de cada una de las piezas sirvió para reforzar aún más esa conexión con la tradición. Todo aplicado con un enfoque actual, con procesos de prefabricación industrial y una imagen contemporánea. Estética que, en su minimalismo, potencia aún más las geometrías claras e icónicas de las “As”, reinventando el concepto de campamento y potenciando la belleza del medio natural.

Madera como protagonista de la construcción

Cada una de las cabañas está realizada con 15 paneles de madera aislantes y autoportantes, conocidos como SIP (Structural Insulated Panel). Este sistema constructivo fue desarrollado en los años 70 y destaca su alta capacidad estructural y de aislamiento, tanto térmico como acústico. Consiste en una especie de “sándwich” de 3 capas adheridas entre sí: las exteriores de madera y en el centro, un núcleo aislante.

La capa interna de los paneles es de virutas de madera orientadas (OSB) y constituye la imagen interior de las piezas. El acabado se realizó con un aceite natural, preservando así la estética original del material. 

Los paneles se recubrieron en su parte exterior de una membrana permeable al vapor y resistente al paso de la humedad y de las filtraciones de aire. Esta película minimiza los puentes térmicos, tema fundamental dadas las condiciones climáticas extremas del lugar. Sobre los paneles, una ligera subestructura soporta los listones de cedro rojo que configuran la envolvente final.

Por la forma en A de las cabañas, los paneles SIP conforman al mismo tiempo paredes y techo. Evitan así la necesidad de que aparezca cualquier otro elemento estructural, gracias a la gran estabilidad inherente a las geometrías triangulares y a la capacidad portante de los propios paneles.

Para el piso se utilizaron paneles de madera contrachapada en masa, sistema conocido como MPP. Una de sus principales cualidades, muy adecuada al ambiente forestal donde se encuentra el proyecto, es su probada resistencia al fuego.

Los puntos de contacto con el piso se realizan mediante 4 zapatas de hormigón armado de reducidas dimensiones. Estas son las únicas intervenciones que modifican el suelo natural. Sobre ellas, una estructura de vigas de madera maciza sirve de apoyo al resto del sistema. También es el único momento de la construcción no realizada en seco y con otro material que no sea la madera. 

La prefabricación como sistema de producción minimiza en gran medida los costos y productos de deshecho al lograr una mayor eficiencia y control de calidad en el proceso. 

En este caso, además se sumó la participación de la empresa constructora, Illig Construction, durante la etapa de anteproyecto. Esto ayudó a encontrar una combinación de sistemas y materiales aún más eficiente y económica. Incluso se estudió un modo de traslado de los componentes en el que los paneles de cada cabaña fueron transportados en paquetes planos y compactos. 

El comedor es un gran edificio diáfano que debía sustituir al anterior, destruido en un incendio. Con sus 1000m2 de superficie, significa una estructura relativamente grande para un entorno forestal. Por ello, tal y como explican los arquitectos, el nuevo edificio necesitaba ser especialmente sensible tanto a su escala como a su contexto.

También se diseñó con la icónica forma de A. Su estructura la componen una serie de pórticos de madera laminada de forma triangular. Los pilares inclinados que conforman cada pórtico se apoyan en la losa de hormigón armado que sirve de apoyo al edificio a la que se unen mediante conectores metálicos.

Sobre estos marcos, una subestructura de madera soporta los paneles que configuran la envolvente, en este caso con un acabado de chapa metálica.

Sustentabilidad en cada decisión proyectual 

El Bosque nacional los Padres se considera una de las ecorregiones biológicamente más ricas y en mayor peligro de extinción de la Tierra. De casi 8000km2 es refugio de gran variedad de especies vegetales y animales. Agregar elementos construidos a una ecología sensible requiere poner el foco en la sustentabilidad de cada decisión proyectual. Y más teniendo en cuenta el carácter educativo del propio proyecto.

La elección de la madera como material protagonista en todas las edificaciones, además de lograr una conexión con el bosque desde el ambiente construido, permitió una reducción de casi un 30% en la huella de carbono comparado con una opción de construcción tradicional en hormigón armado.

A todo esto, se suman los sistemas pasivos de climatización en las cabañas: ventanas y persianas practicables y la forma de A, muy adecuada a temperaturas extremas: la parte baja se mantiene fresca y la pendiente pronunciada evita la acumulación de nieve sobre la cubierta en invierno.

En cuanto al comedor, está diseñado para funcionar con energía solar fotovoltaica. Se combinan técnicas de enfriamiento pasivo con calefacción por suelo radiante, lo que garantiza un interior confortable a lo largo de todo el año con un mínimo consumo energético.

En la implantación de cada edificación se tuvo muy en cuenta la preservación del medio natural. En la implantación de las cabañas se respetó la presencia de los árboles existentes. Al estar sobrelevadas sobre el nivel natural del terreno se evitó el que hubiese que modificarlo y permite la escorrentía natural del agua de lluvia, así como los recorridos libres de bichos y animales.

Así lo explica Leigh Christy, directora de la firma: “nuestro mayor desafío en este sitio serenamente boscoso fue complementar su belleza en lugar de destruir sus elementos más sensibles, incluso durante el proceso de construcción”.

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