China ha abierto un nuevo capítulo en el mundo de la construcción con una carretera de 157 kilómetros, en la que los únicos “trabajadores” fueron máquinas autónomas. En un logro sin precedentes, el proyecto fue completado sin intervención humana directa, utilizando robots y un pequeño equipo de supervisión humana que aseguraba la precisión del proceso.
Fuente: Revista Mercado
Este proyecto innovador, realizado en la carretera Beijing-HK Expressway que conecta Pekín con Macao, ha sido posible gracias al trabajo colaborativo de grandes empresas estatales chinas, como China Railway 11th Bureau, Hubei Communications Investment y Liaoning Guotai Road and Bridge. Con el respaldo del gigante de maquinaria Sany Group, se ha alcanzado un nuevo estándar de eficiencia y precisión en la construcción de carreteras.
¿Cómo funciona una carretera automatizada?
El proceso comienza con máquinas de pavimentación autónomas, que distribuyen de manera uniforme una mezcla de piedras y arena, asegurando una base sólida. Luego, se aplica un aglutinante de betún para unificar las capas y prevenir el desgaste. El paso final lo realizan los rodillos autónomos, que compactan el material para lograr una superficie nivelada y resistente.
Además, todo el proceso fue monitoreado en tiempo real mediante drones. Estos equipos de vuelo controlaban la topografía del terreno, asegurándose de que las especificaciones técnicas se cumplieran al milímetro. Gracias a este sistema de supervisión aérea, los errores humanos se reducen prácticamente a cero, lo cual mejora significativamente la calidad de la infraestructura.
La precisión milimétrica: clave del éxito
El éxito de esta obra se debe en gran medida al desarrollo de algoritmos avanzados. Las máquinas trabajaron en una formación conocida como 1+3+3+3, la cual permitía una sincronización perfecta en cada paso. Esta formación estratégica maximizó la eficiencia y redujo la necesidad de ajustes posteriores, un problema común en la construcción tradicional.
Un término clave en este proyecto es el «borde 0». Gracias a la precisión alcanzada, la maquinaria fue capaz de trabajar hasta el límite del pavimento sin necesidad de repasar los bordes. Este nivel de exactitud no solo ahorra tiempo, sino también reduce significativamente los costos de mantenimiento en el futuro.
Ventajas de la automatización en infraestructura
China ha demostrado que la automatización puede reducir drásticamente el tiempo de construcción. Al evitar el uso de empleados humanos para tareas físicas, el tiempo de ejecución disminuye y la seguridad aumenta, ya que los riesgos laborales se minimizan. Los expertos estiman que el tiempo y el costo de construcción pueden reducirse en hasta un 30% cuando se emplea maquinaria autónoma.
Otra ventaja significativa es la precisión. Las máquinas pueden trabajar a velocidades y niveles de exactitud que son difíciles de alcanzar para los seres humanos. Esto es crucial en grandes proyectos de infraestructura, donde cualquier desviación puede generar gastos adicionales.
¿Qué significa para el futuro de la construcción global?
La tecnología detrás de esta carretera podría revolucionar la construcción en otras regiones del mundo. La precisión y la eficiencia demostradas en China podrían trasladarse a proyectos en América Latina, Estados Unidos y Europa. La automatización de la construcción no solo reduce los costos, sino que también podría aliviar la presión sobre los recursos humanos, especialmente en países con escasez de trabajadores en el sector.
Sin embargo, la adopción de esta tecnología a nivel global presenta desafíos. En algunos países, la legislación actual sobre la construcción y el trabajo automatizado es limitada, y la inversión inicial para implementar esta tecnología es considerable. A pesar de estas barreras, el caso de China muestra que los beneficios de la automatización pueden superar ampliamente sus costos iniciales.
Impacto laboral: ¿una amenaza o una oportunidad?
Aunque la automatización de la construcción ofrece numerosos beneficios, también plantea inquietudes sobre el empleo. En proyectos como la carretera Beijing-HK Expressway, la intervención humana fue mínima, con solo un equipo reducido de supervisores en el sitio. Para algunos, esto representa una amenaza a la seguridad laboral en el sector de la construcción.
Sin embargo, es importante reconocer que la automatización también crea nuevas oportunidades de empleo en áreas de tecnología, programación y mantenimiento de maquinaria autónoma. Además, a medida que el sector se digitaliza, la demanda de personal especializado en inteligencia artificial y control remoto de maquinaria seguirá en aumento.
El futuro de la construcción: más allá de China
El éxito de este proyecto es solo el comienzo. China ha demostrado que es posible construir infraestructuras a gran escala sin intervención humana, y otros países están atentos a estos avances. La construcción de carreteras automatizadas puede cambiar radicalmente el panorama global de la infraestructura, reduciendo costos y tiempo de manera significativa.
A medida que la tecnología se perfeccione, veremos más proyectos de este tipo en otras regiones. La automatización en la construcción no solo es una tendencia, sino una respuesta a la necesidad de eficiencia y sostenibilidad en un mundo cada vez más complejo.