Con la finalidad de transferir conocimientos y fortalecer la competitividad de las PyMES forestales y madereras, asegurando que la madera chilena cumpla con los más altos estándares de calidad y sostenibilidad, el INFOR realizó una nueva charla técnica, esta vez enfocada en la actualización de NCH789 y NCH 1207.

Fuente: Madera21

En el marco de la visibilización de las materias tratadas en el ciclo de charlas organizadas por el Instituto Forestal (INFOR) entre octubre y diciembre de 2024, Madera21 rescata los aspectos más destacados de estas instancias para ponerlos al servicio de sus lectores. Este esfuerzo busca difundir los avances técnicos y normativos que están transformando la industria forestal y maderera de Chile, con énfasis en la actualización de las normativas chilenas aplicables al sector.

En una combinación exposiciones técnicas con instancias de diálogo directo entre investigadores y asistentes, Leonardo Troncoso Cansino y Patricio Elgueta Muñoz -ambos del área de tecnología y productos de la madera del INFOR- abordaron las normas: NCH 789: “Maderas – Parte 1: Durabilidad de la madera” y NCH 1207: “Pino radiata, Pino oregón, Pino ponderosa – Clasificación visual para uso estructural – Especificaciones de los grados de calidad”. Leonardo Troncoso, ingeniero mecánico con más de 24 años de experiencia en el área de calidad de madera aserrada y actual investigador en madera estructural para la construcción, fue el encargado de exponer sobre la NCH 1208. Por su parte, Patricio Elgueta, ingeniero civil en industrias de la madera y jefe de calidad del Laboratorio de Madera Estructural del INFOR, presentó los detalles de la NCH 789 y su reciente actualización.

La iniciativa busca transferir conocimientos para fortalecer la competitividad de las PyMES forestales y madereras, asegurando que la madera chilena cumpla con los más altos estándares de calidad y sostenibilidad. El ciclo completo de charlas se puede encontrar en el canal de YouTube INFOR TV.

Los cambios en la NCH 789: Nueva mirada hacia la durabilidad de la madera

La NCH 789, tras una reestructuración integral, presenta cambios significativos en su enfoque y alcance. Mientras que la versión original de 1987 solo abordaba la durabilidad natural frente a hongos xilófagos, la nueva norma amplía su campo de acción, incorporando información sobre los ensayos para determinar la durabilidad de la madera frente a insectos xilófagos (como termitas subterráneas) y xilófagos marinos (como teredos y limnorias).

Este cambio responde a la necesidad de garantizar una mayor calidad en los materiales de construcción y a la actualización de los métodos de ensayo, que ahora incluyen referencias internacionales como la norma europea UNE-EN 350 y la americana AWPA E10. Además, se establecen cinco categorías de durabilidad, desde “muy durable” hasta “no durable”, adaptadas a los riesgos definidos en la norma chilena NCh819.

Otro cambio clave es la incorporación de un anexo informativo con las durabilidades de especies madereras comerciales. Estas tablas, basadas en estudios realizados por el INFOR, incluyen nuevas especies como el pino oregón, pino ponderosa, eucaliptus nitens y especies nativas, relevantes para la industria chilena. Además, se excluyeron especies protegidas como el alerce y la araucaria, respetando su condición de monumentos naturales.

La norma también refuerza su aplicación en el ámbito constructivo, ya que es citada por la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) en su artículo 5.6.8, donde se establece que las maderas utilizadas en elementos estructurales deben pertenecer a las cuatro primeras categorías de durabilidad o, en el caso de estar en la quinta categoría, ser preservadas según la norma NCh 819.

NCH 1207: Una herramienta esencial para la clasificación estructural

La NCh 1207, también actualizada, se enfoca en la clasificación visual de maderas estructurales, estableciendo criterios claros y objetivos para agrupar piezas de pino radiata, pino oregón y pino ponderosa en tres grados de clasificación visual estructural: GS, G1 y G2.

Entre los cambios más relevantes, se encuentra la redefinición de los criterios para evaluar los nudos y su proyección en las secciones transversales, un aspecto clave para determinar el grado estructural de cada pieza. Adicionalmente, se actualizó el requisito de contenido de humedad, que ahora debe ser menor al 20%, lo que mejora significativamente la estabilidad y el desempeño estructural de la madera en condiciones de servicio. También se revisaron y redefinieron las características de los nudos alargados, permitiendo una identificación y clasificación más precisa, y se especificaron nuevas tolerancias para fisuras y grietas, detallando cómo estas afectan la resistencia de las piezas.

Estos ajustes no solo fortalecen la confianza en el uso de maderas chilenas en proyectos de construcción, sino que también alinean a la industria local con estándares internacionales, promoviendo su competitividad en mercados globales, garantizando que las maderas utilizadas en edificaciones cumplan con los más altos estándares de calidad y seguridad.

Fotos: gentileza Furó

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