Ya hemos presentado a los materiales Km 0: se pueden adquirir localmente, no necesitan ser transformados por grandes etapas de procesamiento industrial o tratamientos tóxicos y, al final de su vida útil, pueden ser devueltos al medio ambiente.
Fuente: Plataforma Arquitectura
Por ejemplo, madera de árboles cercanos, a tan solo pocos kilómetros, que eliminan la necesidad de largos traslados, valorizando los recursos locales, y permitiendo una arquitectura de menor impacto ambiental y más involucrada con el territorio.
Entonces, nos preguntamos: ¿Qué implica construir con maderas de km 0?
Un caso que responde en detalle es The Voxel – una cabaña realizada en el parque natural de Collserola (Barcelona) por estudiantes, profesionales y expertos del Máster en Edificios Ecológicos Avanzados y Biociudades (MAEBB) del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) Valldaura Labs.
Se trata de una estructura de madera contra-laminada estructural (CLT) de 16 m2 de pino carrasco (Pinus halepensis) extraído en un radio de menos de 1 kilómetro desde el lugar de construcción, que se fresó, secó, procesó y prensó in-situ.
Guarda esta imagen en tus favoritosCada lámina de cada panel fue rastreada y localizada, asegurando que cada elemento de madera de la casa puede ser rastreado con precisión hasta el punto de conocer de qué árbol exacto proviene. Image Cortesía de Valldaura LabsCada lámina de cada panel fue rastreada y localizada, asegurando que cada elemento de madera de la casa puede ser rastreado con precisión hasta el punto de conocer de qué árbol exacto proviene.
Como describen los autores, primero es necesario conocer el ciclo forestal. En este caso, a partir de un plan de gestión sostenible del bosque aprobado en Collserola, se puede obtener un cierto volumen forestal cada año con el fin de fomentar el crecimiento de árboles más pequeños y la biodiversidad, dado que la biomasa forestal crece cada año un 3% y los árboles en crecimiento son los que absorben más CO2.
En esta ocasión, 40 pinos se cortaron en tablas de 3 cm y se apilaron para que se secaran durante tres meses. Cuando alcanzaron el nivel de humedad adecuado, cada tabla se llevó a la carpintería de Valldaura Labs para ser procesada en cientos de lamelas de pino. Cada lámina se codificó en una secuencia específica, se etiquetó y se prensó en más de 30 paneles estructurales de CLT que se ensamblaron en un cubo de 3,6×3,6m. Cada lámina de cada panel fue rastreada y localizada, asegurando que cada elemento de madera de la casa puede ser rastreado con precisión hasta el punto de conocer de qué árbol exacto proviene.
Los paneles se unieron sin metal con juntas de solapamiento y tacos de madera, inspirados en el compromiso de utilizar materiales menos intensivos en carbono.. Image Cortesía de Valldaura LabsLos paneles se unieron sin metal con juntas de solapamiento y tacos de madera, inspirados en el compromiso de utilizar materiales menos intensivos en carbono.
Los paneles se unieron sin metal con juntas de solapamiento y tacos de madera. A continuación, la estructura se envolvió en una capa de aislamiento de corcho y se montó con una innovadora serie de paneles de protección contra la lluvia hechos con material de desecho creado durante el proceso de producción de CLT.
Sobre los paneles de madera se colocó un aislamiento de corcho, y sobre ella una piel de madera quemada, utilizando la técnica japonesa Shou Sugi Ban, que protege al edificio de la lluvia.
Al procesar las tablas de pino en bruto para obtener láminas perfectamente rectangulares, el borde orgánico de la tabla suele desperdiciarse. Estos recortes se convirtieron en una fachada que muestra la complejidad orgánica del árbol que suele quedar oculta en la mayoría de las construcciones de madera.