Muchas veces, sin querer, conoces la vida de tu vecino al escuchar todas tus conversaciones a través de las paredes. O te desvelas cuando el perro que vive en el departamento de arriba decide dar un paseo en medio de la noche.

Fuente: Plataforma Arquitectura

Si es así, posiblemente vivas en una casa con un aislamiento acústico inadecuado en sus paredes y/o losas. Con ciudades cada vez más densas y constructores que buscan aumentar sus márgenes de ganancia, no es raro que la comodidad acústica se pase por alto en muchos proyectos arquitectónicos. Cuando el sonido es excesivo o no deseado, se llama ruido, e impacta el cuerpo humano, la mente y las actividades. Si bien no todos los espacios necesitan sellar todos los tipos de sonido, como las cámaras herméticas, la creación de espacios con un grado adecuado de insonorización mejora la calidad de vida de todos los usuarios.

El aislamiento acústico es la capacidad de insonorizar el medio ambiente en relación con su exterior. Es decir, puede servir para “tapar” el ruido proveniente de la calle o los sonidos generados al interior del espacio, sin dejar que se “filtren” hacia el exterior. Es la capacidad de las superficies para crear barreras, evitando que el ruido pase de un entorno a otro. Para lograr un entorno acústicamente aislado, las ondas de sonido deben reflejarse nuevamente o ser completamente absorbidas por las superficies del material sin emitir ningún sonido desde el otro lado.

Pero un entorno con buen aislamiento acústico no siempre coincide con una acústica de calidad. Ya hemos cubierto este tema en este artículo. Todos los materiales de construcción tienen propiedades acústicas porque absorben, reflejan o transmiten sonidos que los afectan. Cuando las ondas de sonido se reflejan, causan un aumento en el eco general y los niveles de reverberación en un espacio. Es decir, un espacio construido con materiales reflectantes, como el hormigón, tiene varios ecos y poca claridad de sonido, que pueden ser deseables para ciertos usos, como en las iglesias, por ejemplo. La absorción acústica es el fenómeno que minimiza la reflexión de las ondas sonoras en el mismo entorno, haciendo que el sonido desaparezca inmediatamente después de su emisión. Cuanto más material absorbente se agrega a la habitación, más corto es el tiempo de reverberación.

Aquí es donde encontramos la mayor parte de las confusiones  en torno a los materiales acústicos. Para lograr la insonorización necesitamos grandes masas, es decir, paredes y losas gruesas y pesadas. Los materiales considerados “buenos absorbentes de sonido” son ligeros, de poca masa, suaves y porosos. Por el contrario, los materiales considerados como “buenos aislantes” son pesados, de mucha masa, duros y lisos. Si la idea es reducir el ruido que entra o sale de una habitación, se debe aumentar la masa estructural de las paredes, el piso y el techo, y sellar los espacios de aire en puertas y ventanas. Pero si el propósito es hacer que el ambiente sea más agradable, con menos eco, lo que buscamos es absorber el sonido. Para auditorios, teatros y cines, donde la acústica debe ser lo más cercana al ideal, se debe realizar un análisis de los materiales de todas las superficies y plantas y secciones del recinto, y definir cuánta absorción y reflexión se desea en cada uno uno de los puntos. Para esto, la experiencia de un experto en acústica es esencial.

acústica

Para alcanzar un conocimiento básico, es importante conocer las características de los materiales más comunes. Para esto, existen tablas que enumeran los coeficientes de absorción de cada material al exponerse a ciertas frecuencias (Hertz). Varía de 0.00 (perfectamente reflectante) a 1.00 (perfectamente absorbente). Por ejemplo, un coeficiente de 0.2 significa que el 20% de la energía del sonido que entra en contacto con este material se absorbe y no se refleja de nuevo en la habitación. Es decir, este material es 80% reflectante para una frecuencia de sonido dada. Para facilitar la clasificación, NRC se refiere al “Coeficiente de reducción de ruido” y es una clasificación estándar que corresponde a la media aritmética de los coeficientes de absorción para las frecuencias de 250, 500, 1000 y 2000 Hz. Par tener un noción, compartimos algunos materiales y sus respectivos coeficientes de reducción de ruido.

Teniendo el conocimiento de los materiales, es posible tener una mejor idea del comportamiento del espacio diseñado. El confort acústico puede depender de una buena absorción acústica, un aislamiento acústico eficiente o ambos a la vez. Además de la posibilidad de combinar materiales reflectantes y absorbentes en un mismo espacio, existen productos en el mercado que sirven para este mismo propósito. En términos prácticos, la elección de un material para absorción acústica en un proyecto va más allá de los datos técnicos, como el coeficiente de absorción y la frecuencia de ruido, dependiendo del costo, la resistencia, la disponibilidad y la apariencia, entre otros. Lo importante es comprender las necesidades del medio ambiente y las características de cada material utilizado en el proyecto. Al elegir los materiales, debemos combinar todos los elementos necesarios para obtener el mejor resultado según el propósito del proyecto y los requerimientos de sus usuarios.

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