El uso del cáñamo en la arquitectura y el diseño se perfila como una opción de futuro sostenible, tal y como nos cuentan desde el estudio Pensando en Blanco.
Fuente: Arquitectura y Diseño
El creciente interés en el diseño con menores emisiones de carbono significa que el cáñamo será una tendencia como material de construcción. Al menos, así lo perciben desde Pensando en blanco, el estudio de arquitectura con el que hemos hablado para descubrir este material que ya llevan usando un tiempo en sus diseños. “Creo que es un buen momento y oportunidad y espero que suceda a gran escala”, nos comenta Borja Garmendia, socio fundador del estudio junto a Aurora Polo Santamaría. “Puede ser necesario empujarlo con ayudas para promocionar y extender su uso a gran escala para que sea financieramente viable, crear formación, concienciación y tecnificación en su aplicación. Pero está más que probado: yo solo veo cosas positivas con respecto a este material”, asegura.
El cáñamo y su huella de carbono
“El cáñamo, es una cepa de rápido crecimiento de la planta de cannabis, utilizada como uno de los materiales más valorados en la construcción ecológica, ya que es capaz de secuestrar carbono, garantizando un bajo nivel de carbono incorporado en los espacios”, nos explica Garmendia. “Como planta, absorbe entre 8 y 15 toneladas de CO2 por hectárea de cultivo al año, frente a los bosques, que absorben entre 2 y 6 toneladas”. Sin embargo, apunta, que ha sido un material denostado en las últimas décadas por la asociación a la hoja de marihuana. “El cáñamo ha sido históricamente la primera materia prima en el desarrollo textil, así como en cosmética y medicamentos. Se cultiva desde hace miles de años por sus fibras fuertes y rígidas. Pero desde el siglo pasado ha sido demonizado y excluido como material durante 70 u 80 años. A nivel industrial, incluso a día de hoy sigue teniendo limitaciones en muchos países, al considerarse esta materia prima dentro del sector de las drogas, lo que ha ralentizado e incluso imposibilitado la penetración del cáñamo industrial en algunos países y mercados”, nos cuenta Garmendia.
Desde Pensando en Blanco, ya han utilizado el cáñamo en diferentes formatos, similares a los ladrillos. “Nosotros lo combinamos con bloques de termoarcilla en muchas ocasiones por lo que el cáñamo es una implementación a la construcción tradicional aportando excelentes propiedades de aislante, regulador térmico, acústico y de transpirabilidad“. De hecho, desde el estudio apuesta, por “dejar de lado el uso del hormigón y el pladur como materiales principales en la construcción, y construir a partir de esta materia prima natural y orgánica, que marca claramente unas propiedades únicas desde su plantación, su trazabilidad y propiedades”.
Cómo empezó todo
En el estudio han desarrollado ya varios proyectos utilizando cáñamo en su construcción. Tres viviendas, un estudio, una cafetería y un obrador de pastelería. Como primicia, nos cuentan, que han proyectado un nuevo modelo de tienda para Zara que esperan llevar a cabo, y en la que el cáñamo tendrá un uso extensivo. Y, es que, llevan ya varios años experimentando con este material. Lo descubrieron escuchando sobre su uso en Europa, especialmente en zonas frías, como los Alpes.
“Nos trasladamos de Barcelona al País Vasco, y el choque climatológico así como el impacto de la humedad en mi socia Aurora, fue clave para llevarnos a una especialización y conocimiento en técnicas de aplicación del cáñamo, en la búsqueda de máximos beneficios saludables y ambientales, con el objetivo de mejorar la transpirabilidad, regulación térmica y reducción de la huella de carbono en los espacios y habitats a diseñar”.
Así, el primer proyecto lo realizaron para ellos mismos, para conocer de cerca el material. Para Borja Garmendia, la principal limitación que encontraron “es la ausencia de aplicadores actualmente en España“, comenta. De hecho, se llegaron a encontrar con 5 toneladas de balas de cáñamo en la puerta de su casa “sin tener quién lo pudiera aplicar”. “El mercado va por otros derroteros donde distribuidores y aplicadores están en manos de una industria con la imperativa de construir a costes mínimos a la mayor velocidad posible, lo cual imposibilita la predisposición de profesionales de adquirir formación y conocimiento en la aplicación de nuevas técnicas y materiales como el cáñamo, raramente utilizados antes”, explica Garmendia.
Así, tomaron la decisión de contar con un profesional con formación adquirida en Suiza y han invertido en formación para crear un equipo propio en Guipúzcoa y otro en Vizcaya, para poder seguir creando proyectos con esta materia prima, que ya se distribuye en formato grano o bricks en España.
Un aislante perfecto
Afortunadamente, el proyecto salió adelante y ahora, disfrutan en su propia casa de los beneficios de este material que Garmendia describe como “la solución de aislamiento más sostenible del mercado”. De hecho, nos explica que: “utilizado en muros y paredes, el cáñamo ofrece altísimas propiedades en términos de transpirabilidad, aislamiento térmico y acústico, lo que significa que actúa como regulador de la humedad del aire, resiste a la humedad, moho y conduce a un ambiente y calidad del aire más saludables, uno de los principales principios en nuestros proyectos. Estas características y propiedades conducen a la transmisión de armonía en los espacios, aportando sensación de aislamiento cuando habitas los espacios”.
¿En qué se traduce todo eso? “En una reducción del uso de calefacción, una oscilación menor entre las temporadas de frío y calor”. Este aislante unido a otros sistemas como la geotermia o aerotermia, así como la ventilación cruzada, permite crear espacios de gran eficiencia térmica. “Creemos que es muy importante tener una visión global en los proyectos de bioconstrucción y buscar una comunicación y mismo lenguaje entre materiales, que ayuden a esa regulación entre todos. Por poner un ejemplo, las propiedades térmicas que aporta un suelo de yeso natural, sumadas a las aportaciones del cáñamo, acentúan aún más la eficiencia térmica en los espacios”, añade Garmendia.
Otros beneficios estéticos y funcionales
Además de sus grandes propiedades como aislante térmico, el cáñamo tiene otras ventajas a nivel constructivo. “Es ligero, resistente contra incendios y con un alto nivel de transpirabilidad. Resiste también el moho, los microbios y los insectos. Es 100% reciclable al final de su ciclo de vida, descomponiéndose de forma natural. Es no tóxico y dura cientos de años”, enumera Garmendia.
Además de todas estas características, a nivel de diseño, también han sabido aprovechar al máximo este material desde Pensando en Blanco. “Se ha convertido en un signo de identidad de nuestros proyectos, donde las materias primas naturales y orgánicas como el cáñamo son elevadas hacia un diálogo con acabados de alta calidad, en una búsqueda de equilibrio entre opuestos”. Así, en algunos de sus proyectos, respetan el aspecto del material dejando muros vistos de cáñamo, mientras en otros aplican revocos de cal natural sobre él, dotando de color y textura los espacios. Como guinda del pastel, y dada su pasión por todo lo natural, en Pensando en Blanco rematan sus propuestas con un diálogo único entre materiales: “al cáñamo le hemos sumado una gran variedad de materiales naturales que le acompañan en suelos y acabados como: barro, cedro, cal, yeso, piedra y bambú entre otros”, comenta Garmendia.