La construcción, al igual que otros muchos sectores ha evolucionado. Lo ha hecho a un nivel mayor en estos últimos años, y de cara al futuro, cobra especial relevancia el campo de la construcción industrializada. Esta apuesta por aspectos como la sostenibilidad, el uso de materiales que ayudan a lograr una mejor eficiencia energética y también en la calidad de las construcciones.

Fuente: Deia

Se trata pues de un modelo de construcción basado en procesos industrializados, lo cual lleva a trabajar previamente en unas condiciones y con sistemas distintos. Para abordar la situación de este sector al alza, los retos que tiene por delante y las oportunidades y beneficios que ofrece, DEIA ha organizado el Encuentro DEIA Construcción Industrializada Sostenible, que contó con la participación de Jon Ansoleaga, director general de Eraikune, Clúster de la Construcción de Euskadi y Fernando Larraza, director de Precom.

Para introducir algunos de los puntos clave de la construcción industrializada, Fernando Larraza explica que “lo que entendemos como construcción industrializada es la utilización de unos sistemas y procesos industrializados, en los que se pueden utilizar diferentes materiales”. Esto conlleva que “gran parte del trabajo se hace en taller, se prefabrica, se industrializa, para que luego solo se tenga que llevar a la ubicación del destino final y ensamblarlo”. Se trata de que todo eso se haga “con unas herramientas específicas, digitales, con mucha previsión de costos, y sobre todo trabajando con otros medios”. Después se transporta y ensambla, “por lo que los tiempos de obra disminuyen, así como los riesgos laborales, ya que el operario está menos tiempo haciendo un trabajo fuera”.

Para Jon Ansoleaga, la definición de Larraza “va en la línea de lo que nosotros creemos. Es integrar sistemas y métodos de trabajo que generan mayor certidumbre en proyectos de construcción de todo tipo. Lo que hace es cambiar un poco el paradigma del trabajo”. “Yo creo que ganan todos los agentes implicados, tanto los usuarios, como las empresas, que tienen previsiones mucho más ajustadas”.

La situación se ha visto trastocada a lo largo de este 2020. Tal y como explica Ansoleaga, el sector de la construcción, en base a los datos, “está en disposición de dar un cambio radical. La integración de producto, métodos de trabajo industrial, los procesos de construcción etc., tienen que ir incorporándose porque tienen impacto directamente en la cuenta de resultados de todas las empresas de la construcción, empezando por los estudios de arquitectura o ingeniería, hasta el último que ensambla o construye”. Al igual que en los últimos años, el sector de la construcción ha tenido “una evolución positiva-en 2019 creció-, se veía cierta evolución e incluso en el primer trimestre de 2020 creció un 1,9. Ha habido cierto elemento tractor en toda la cadena de valor. Ahora con el covid y teniendo en cuenta que la industria de la construcción en el Next Generation Europe es uno de los sectores tractores de la economía en el corto-medio plazo, estamos en la obligación de ejecutar proyectos ejemplarizantes, integrar medidas y procesos industrializados y hacer de la construcción uno de los sectores referentes de la recuperación económica después del covid, bajo criterios de construcción industrializada”.

Para Larraza, estamos en un momento de catarsis. Dejando un poco de lado el momento actual debido al covid, “llevamos unos años en los que la gente se está concienciando. El sector aboga por objetivos y metas que sean más adecuadas para el medioambiente. También se apuesta por todo lo que sea más avanzado tecnológicamente, pensando que es adecuado para lograr una buena construcción, y que también económicamente sepas lo que te va a costar el proyecto es muy importante para animarte a desarrollarlo. Unido eso a una estructura tan pesada como la industria, con el peso importante que ha tenido y tiene en Euskadi, cada vez hay más gente que se interesa por este método de trabajo, como arquitectos que se han animado a trabajar en ese sentido. Nosotros sí vemos un cambio en los últimos años. Sin embargo, la pandemia provocada por el covid-19 se ha dejado notar.

Según el director de la empresa Precom, la actual coyuntura y la evolución de los últimos años “sí que pueden suponer una oportunidad, porque nos vemos abocados a utilizar métodos y elementos más sostenibles, recursos naturales, tratar de reducir emisiones y sobre todo lograr edificios de viviendas que permitan una mayor salud a los que habitan en ellos”. En los últimos años se están incorporando “renovaciones de aire y sistemas de climatización que hagan el ambiente más salubre, ligado a que consumas menos energía, etc. El camino que hay que seguir es el de la sostenibilidad, lo mires por donde lo mires”. Ansoleaga añade que “eso se conjuga también, partiendo de esa realidad sectorial y de que la sociedad requiere una transformación del parque de viviendas, porque sabemos que tenemos un parque de viviendas anticuado, y por eso se conjugan varios elementos”.

Otro aspecto clave en el sector de la construcción industrializada es el de la sostenibilidad. Para Larraza no se puede negar que “la sostenibilidad va de la mano de la construcción industrializada, porque si tratamos de que los recursos se consuman de la manera más eficiente posible, con la industrialización lo conseguimos, y conseguimos también que se beneficien todos los actores implicados. Al final influye, desde los prescriptores, constructoras, clientes””. Con la sostenibilidad “vamos a ganar todos, porque va a haber eficiencia en costes, calidad en la terminación, seguramente certezas en las previsiones con un margen muy escaso de desviación

Para que la construcción industrializada siga creciendo, la digitalización, al igual que en el resto de la industria es esencial.

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