La industria de la construcción no ha podido mejorar sus índices de eficiencia durante décadas, por lo que hoy se abre un camino a través de la construcción industrializada, modular y prefabricada.
Fuente: La Tercera
Los niveles de productividad de la construcción tradicional se han mantenido estancados, razón por la cual en las últimas décadas esta industria no ha podido mejorar sus índices de eficiencia. En ese sentido, “la construcción industrializada nos presenta un mundo nuevo de oportunidades para mejo-rar la productividad en la construcción, este escenario va a impactar positivamente el desarrollo de la construcción modular y pre-fabricación en el país”, precisa Tatiana Martínez, presidenta del Consejo de Construcción Industrializada (CCI). De hecho, según el estudio de Matrix Consulting, su uso logra disminuir plazos de ejecución en un 66% de los proyectos y costos en un 65% de ellos.
Las ventajas que presenta hoy este cambio de paradigma son un mejor uso de recursos, menos residuos, menor disrupción local, disminución de los plazos, mayor productividad y menos accidentes, entre otras. Precisamente, las ventajas y beneficios de la construcción industrializada se han ido expandiendo con cada vez más fuerza en el sector. El año 2021, el CCI mostró las oportunidades de mejora que ofrece la industrialización y, por supuesto, siguió aumentando el volumen de personas y organizaciones interesadas en promoverla. “Actualmente, son más de 480 personas las que componen el CCI, entre 73 empresas, 34 profesionales aso-ciados y 20 patrocinadores y aliados; que juntos miramos el futuro con un fin ambicioso: ‘Industrializar la construcción para ser el sector más productivo”, afirma Tatiana Martínez.
Si bien existe una gran brecha de productividad en la construcción, el CCI se ha instalado como un agente acelerador en el sector, a través de la vinculación de actores, las diversas posibilidades de networking o sinergias que se generan entre las propias entidades que lo componen: empresas inmobiliarias, constructoras, proveedores, empresas de ingeniería y consultoría, además del trabajo colaborativo público – privado y academia con entidades como Construye2025 de Corfo, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y la Cámara Chilena de la Construcción, entre otras. “Para el CCI, la misión es promover el desarrollo de soluciones industrializadas, prefabricadas y modulares que mejoran la calidad, productividad y sustentabilidad en la edificación, incorporando mejores prácticas, tecnologías e innovación en toda su cadena de valor”, comenta Katherine Martínez, directora del CCI.
Asimismo, la arquitecta recuerda que la “construcción industrializada” define a las “obras de construcción ejecutadas median-te procedimientos seriados, repetitivos, rítmicos y estandarizados”, que permiten una mejora en los tiempos en el desarrollo de las obras, reduciendo el uso de materiales, residuos y de horas de trabajo, lo cual implica una mejora continua en los indicadores que miden la sustentabilidad en las obras de construcción.
Hacia adelante
Con respecto a los desafíos de 2022, la presidenta del CCI, Tatiana Martínez señala que “aunque estamos saliendo de una crisis sanitaria que ha golpeado a las constructoras, éstas están buscando soluciones que permitan mejorar su productividad y sus costos. Para los especialistas en sistemas constructivos modulares, prefabrica-dos y proveedores será un año desafiante para ayudarlos a tomar decisiones ágiles, además de generar mayor certeza y con-fianza en estas soluciones”.
Y agrega: “El CCI está tomando fuerza por nuestra diversidad, si trabajamos de forma colaborativa y empujamos la integración temprana vamos a lograr resulta-dos más interesantes”. Por ello, la invitación hoy es “abrirse a un cambio de mentalidad, trabajar con mayor énfasis y tiempo en la planificación y diseño previo a la construcción, provocar una integración temprana y colaborativa entre los distintos profesionales, durante toda la vida del proyecto, así como a revisar las normas y estándares que ya están obsoletos”, sostiene Martínez.