Cada día existe más dependencia de la información digital y, con las nuevas aplicaciones de la inteligencia artificial, continuará creciendo. Para ello, los data centers son instalaciones fundamentales, la base estructural que permite realizar todo trabajo en línea. Sin embargo, esta infraestructura digital requiere sistemas de enfriamiento de alta intensidad. El agua, por tanto, tiene un rol fundamental en el funcionamiento de los data centers, pero ¿hay suficiente disponibilidad para no limitar su crecimiento? Nuevas fuentes de agua podrían ser la solución.
Fuente: País Circular
Cada programa, cada información que es subida a la red o la “nube”, funciona gracias a un data center. Se trata de instalaciones físicas que las organizaciones utilizan para alojar sus aplicaciones y datos críticos. Su funcionamiento requiere un sistema de enfriamiento que, en el caso de la mayoría de los data centers, requiere grandes volúmenes de agua para su refrigeración.
Un informe de la Universidad de California que analiza los problemas de la huella hídrica de la Inteligencia Artificial, advierte que “el uso de agua proyectado por AI podría alcanzar los 6.600 millones de m³ para 2027, lo que indica la necesidad de abordar su huella hídrica (…) La refrigeración de servidores de IA consume una cantidad significativa de agua, y los centros de datos utilizan torres de refrigeración y mecanismos de aire para disipar el calor, lo que provoca que se evaporen hasta 9 litros de agua por cada kWh de energía utilizada”, señala el documento.
Esta controversia se vivió en Chile hace algunos meses con el proyecto de Data Center de Google en Cerrillos cuya calificación ambiental fue desfavorable. “El problema es que ocupa mucha agua. El proyecto tenía autorizado extraer 169 litros por segundo del Acuífero Santiago Central”, explicó el ministro del Segundo Tribunal Ambiental de Santiago, Cristian Delpiano. Agregó que “por esta razón, el proyecto se encontrará detenido hasta que haya mayor claridad sobre el funcionamiento del sistema de enfriamiento”.
En mayo de este año, el Ministerio de Ciencias anunció un Plan Nacional de Data Centers con el que se espera “acelerar la inversión de $2.500 millones de dólares empujando una industria sustentable”, de acuerdo a lo señalado por esa cartera. Este anuncio fue realizado por el Presidente Gabriel Boric, quien señaló que “Chile alberga 22 Data Centers hoy y se espera la llegada de 28 más, considerando que las características de nuestro país generan un ambiente seguro y predecible para poder invertir en el largo plazo en esta materia”.
La sustentabilidad de este plan es crucial, como lo señalaron las autoridades, ya que las instalaciones de data centers cumplen dos funciones: son un proveedor (para el depósito de información digital) que requiere grandes sistemas de refrigeración, entre los que se encuentra el agua como elemento central. Y además, son un espacio para la inteligencia artificial que, a su vez, hace más eficientes todos los procesos que involucran el mismo consumo de agua.
El gerente general de Ainwater, Camilo Huneeus, explica que “existen innumerables aplicaciones de IA que contribuyen a hacer eficiente el uso del agua. Desde herramientas de detección de evapotranspiración para hacer riego eficiente o sistemas de optimización de uso de agua en el campo, hasta sistemas de detección de pérdidas en redes de agua potable.”
La discusión de los expertos se enfoca en cómo equilibrar estas dos caras de los data centers, es decir, que su consumo de agua no ponga en peligro la seguridad hídrica de nuestro país, y por otra parte, que permita el desarrollo tecnológico que Chile necesita.
¿La solución? Desalación de agua de mar y reúso de aguas residuales
Desde la Asociación Chilena de Desalación y Reúso de Agua, explican que la respuesta a esta necesidad, que sólo seguirá en alza, podrían ser las fuentes de agua no continentales como el agua desalada o las aguas residuales tratadas, como soluciones viables para los data centers. El presidente de Bloom Alert y director de ACADES, Nicolás Barroso, explica que “la desalación ofrece una fuente confiable, especialmente en zonas con escasez de agua dulce, mientras que el tratamiento de aguas residuales permite reutilizar el agua, reduciendo la dependencia de fuentes tradicionales y promoviendo la sostenibilidad”.
Agrega que “existen varias experiencias a nivel mundial (..) Meta, en Dinamarca, ha implementado una solución innovadora en su data center en Odense, donde el exceso de calor de los servidores se usa para proporcionar agua caliente y calefacción a los hogares locales. Esto mejora la eficiencia energética y reduce el impacto ambiental, mostrando cómo las fuentes de energía y agua no convencionales pueden integrarse en las operaciones de los centros de datos para promover la sostenibilidad”.
Otro ejemplo que entrega el director de ACADES es que “Google también ha sido pionero en el uso de aguas residuales tratadas en sus data centers. En 2012, comenzó a utilizar agua reciclada de una planta de tratamiento de aguas residuales para enfriar su centro de datos en Georgia, reduciendo el consumo de agua potable y demostrando cómo estas fuentes pueden ser aprovechadas eficientemente para operaciones industriales”.