En el Biobío se procesan 430 toneladas mensuales, de acuerdo a la Seremi de Medioambiente. Empresas y emprendimientos locales ya están en etapa de expansión a otros puntos del país.

Fuente: Diario Concepción

Los efectos de la contaminación son cada vez más graves, siendo visibles en todo aspecto del día a día. Por esto, las medidas de protección medioambiental han avanzado con el objetivo de batallar contra las consecuencias de la polución. Una de las principales disposiciones es el reciclaje.

De acuerdo a datos de la Seremi de Medioambiente, de la Región del Biobío, a través del Programa Regional de Reciclaje, procesa un promedio de 14,5 toneladas de residuos al día y 430 toneladas al mes.

En este contexto, el esfuerzo que realizan organizaciones y marcas de desempeño sustentable es clave.

Desde maceteros a material de construcción

Un caso es el de CreoReciclaje, creada en 2018 por Isabel Diaz, en Concepción. Como consta en la información oficial de la empresa se especializan “en el reciclaje integral de residuos sólidos no peligrosos tales como papeles, cartones, latas de aluminio, botellas PET, plásticos (…) mediante la segregación, transporte, almacenamiento, valorización, disposición final, planes de minimización y planes de reciclaje de sus residuos sólidos”.

En conversación con Diario Concepción, Isabel Díaz dijo que, además ofrecen servicios de construcción de puntos limpios, capacitaciones para la sostenibilidad y venta de productos de material reciclado.

“Elementos como los envases de shampoo o detergente los trituramos y hacemos nuevos productos como posavasos, maceteros o tablas para picar. Esto es porque ese tipo de plástico es más difícil de reciclar, entonces no podemos enviarlo a una planta de reciclaje; así que lo ocupamos nosotros mismos en estos productos”.

Sin embargo, Díaz advierte una notoria baja en el reciclaje particular. Antes de la pandemia su empresa manejaba alrededor de 20 toneladas mensuales, pero hoy ese número se redujo a tan solo una tonelada.

“La gente nos llama harto y se nota que quieren reciclar. Pero aún falta que la información llegue a la gente, además que hace falta más puntos limpios y que estos sean accesibles para la comunidad. Las personas se motivan para reciclar pero después no saben dónde ir ni qué productos son reciclables y cuáles no lo son”, explicó.

Plástico

El plástico es uno de los materiales más contaminantes en el planeta debido al largo tiempo que toma en descomponerse, por lo que la reutilización de este es una de las claves de la sostenibilidad.
Un ejemplo de innovación con el reciclaje de plástico es GreenBricks, fundada por Erwin Uribe en 2018, en el Biobío. Con el deseo de descentralizar el reciclaje en Chile, creó una empresa dedicada a la producción de materiales de construcción en base a plásticos reciclados. Entre los productos que ofrecen hay pastelones, soleras y adocretos que varían entre los $1.000 y $5.500 por unidad.

El material que utilizaban en un principio venía de limpiezas que el mismo emprendedor realizaba en las playas de Arauco.

Uribe detalló que en la manufacturación de sus productos usan 1.250 botellas plásticas por metro cuadrado, y más de cinco toneladas de plásticos mensualmente.

Gracias al crecimiento de GreenBricks, Uribe aclaró que “hace poco estamos trabajando con otra empresa que nos entrega el plástico triturado. Gracias a esto se nos simplifica el trabajo y podemos producir cada vez más. Hasta ahora, solo hacemos revestimiento de piso, pero en poco tiempo estaremos ampliando los servicios al revestimiento de muros con diseños arquitectónicos”.

El avance sostenido de GreenBricks ha permitido que incluso hayan tenido que migrar con su planta matriz, de manera estratégica y logística.

Es que si bien la empresa nació en Concepción, su casa de producción ahora se encuentra en Linares, pues en palabras de Uribe, “la mayoría de nuestros clientes están en Santiago y necesitamos estar más cerca de la capital. Si bien este tipo de productos no son lo más barato, ya que la producción es más compleja, las empresas igual lo prefieren ya que cada día es más importante reducir la huella de carbono”.

Además, ahora se encuentran trabajando en Silicon Valley en proyectos con destino a Brasil o PepsiCo, entre otros.

Reutilización del vidrio

El vidrio también es un grave problema en la contaminación por el peligro que conlleva el incorrecto manejo de este.

Sebastián Bahamondes creó Kupal, empresa dedicada a la reutilización de botellas de este material.

Se especializan en transformar estos envases en vasos, añadiendo diseños auténticos.

El primer paso fue comprar la máquina especial para el corte de botellas, la cual debieron encargar y comprar desde la Región de Coquimbo.

Bahamondes declaró que “la compra de la máquina costó $130 mil, y la pedimos al norte ya que no había nadie más cerca que trabajara con esta maquinaria”.

El material lo consigue principalmente en Lipimávida, localidad cercana a Constitución. Su hermano se encarga de cortar y pulir las botellas, para después hacer el grabado y personalizar los vasos.
Bahamondes y su emprendimiento son oriundos de Constitución, Región del Maule, pero en el último tiempo se han extendido hasta la Región del Biobío.

“Hemos visto un alza regular desde que partimos hasta hoy. En los inicios, nos compraban solo conocidos y con el paso del tiempo y a través del boca a boca, empezaron a llegar más clientes, y así nos expandimos a otras ciudades como Concepción”, concluyó.

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