A pesar de su obligatoriedad desde 2013, el certificado energético de viviendas en España sigue sin alcanzar la eficacia deseada, convirtiéndose en un mero trámite burocrático en lugar de una herramienta efectiva para promover la sostenibilidad energética. Según un informe reciente de la Asociación de Fabricantes de Morteros y SATE (Anfapa), la implementación del certificado energético ha sido insuficiente, calificando a la mayoría de los documentos emitidos siendo incompletos o incorrectos.

Fuente: Interempresas

Si entramos en detalle, el certificado energético, que clasifica las viviendas desde la calificación A (máxima eficiencia) hasta la G (mínima eficiencia), debería reflejar con precisión el consumo energético y sus beneficios potenciales. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Se estima que aproximadamente el 90% del parque edificado en España tiene calificaciones de E, F o G, que corresponden a niveles de eficiencia energética deficientes. A pesar de esto, más del 80% de los propietarios creen erróneamente que viven en viviendas eficientes.

El desconocimiento y la falta de vigilancia

Por otro lado, un factor clave en esta brecha de efectividad es el desconocimiento generalizado sobre el certificado energético. Un ejemplo de ello es que seis de cada diez propietarios no conocen la etiqueta energética de su vivienda. Asimismo, el 83% considera que su hogar es medianamente o muy eficiente, lo cual no se corresponde con la realidad de las calificaciones mayoritarias.

Además, la falta de vigilancia y sanciones por parte de las autoridades es un factor que también contribuye a la deficiencia en la aplicación del certificado. En este sentido, muchos propietarios y agentes inmobiliarios evitan proporcionar el certificado para reducir costos o simplemente por desconocimiento. De hecho, el certificado debería estar presente en cualquier anuncio de venta o alquiler de una vivienda, pero frecuentemente se omite, y únicamente se adjunta en las escrituras de compraventa debido a la exigencia del notario.

Necesidad de verificación y conciencia pública

Teniendo en cuenta la situación expuesta, Anfapa subraya la urgencia de implementar verificadores independientes de certificados energéticos para garantizar la precisión de la información proporcionada. Adicionalmente, la asociación también destaca la necesidad de aumentar la conciencia pública sobre los beneficios de una vivienda energéticamente eficiente, que puede reducir el consumo de energía hasta un 90% en comparación con viviendas de calificación G.

Paralelamente, la entidad está comprometida con la promoción de prácticas correctas dentro del sector, abogando por una mejora en la calidad de los morteros y sistemas de aislamiento térmico por el exterior, así como el impulso hacia la neutralidad climática y la economía circular.

En definitiva, es imperativo que tanto propietarios como agentes inmobiliarios se informen y cumplan con la normativa del certificado energético para evitar ilegalidades y promover viviendas más sostenibles. La correcta aplicación del certificado no solo facilitaría una transición hacia la eficiencia energética, sino que también permitiría ofrecer beneficios en términos de salud y confort.

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