Noruega, Canadá y Estados Unidos son los referentes de una tendencia que aparece incipiente en Chile. Un reciente cambio normativo podría impulsar la construcción en madera en altura.
Fuente: Pauta
En medio de la crisis climática y la búsqueda de nuevas soluciones constructivas, el diseño de edificios en altura hechos en madera es cada vez más frecuente. Uno de los argumentos reiterados es la posibilidad de este material para captar CO2. La pregunta, entonces, es por qué si Chile es un país maderero no ha desarrollado edificios en altura hechos en este material, como los está haciendo, por ejemplo, Noruega y Canadá. Esto, a pesar de que en el sur del país las viviendas unifamiliares en madera han tenido una evolución fuerte y transversal.
El gerente de arquitectura de la oficina de arquitectura, construcción y desarrollo inmobiliario Norte Verde, Sergio Pereira -quien es especialista en el tema-, explicó que si bien Noruega, Canadá y Estados Unidos llevan la delantera, en el resto del mundo esto recién se está desarrollando. “Chile, donde creo que va a entrar en los próximos años, no lo ha hecho antes por dos cosas: lo primero es lo normativo, que estaba inhibiendo el uso de la madera. La ordenanza tiene mucho para el hormigón y para el acero, pero poco para la madera. De hecho, hace unos dos o tres años, recién se hizo un cambio en la ordenanza general con un pequeño párrafo de las tablas de cómo se construye un edificio, y lo que debe cumplir, y se establece que la madera, y otros materiales, con el cálculo de un profesional competente, puede jugar el mismo rol que estaba teniendo el hormigón”. Un segundo factor es, según Sergio Pereira, la falta de especialistas en Chile. “Hoy es mucho más sencillo trabajar en el hormigón y en albañilería”.
El CO2 también es un factor a considerar. “La captación del CO2 es cuando el árbol está vivo. Una vez hecha madera, ya no realiza ese proceso. Lo que pasa es que a través de la fotosíntesis se degrada la molécula, se captura el carbono, se libera el oxígeno. Está en cómo procedemos con el material, y en la conservación que existe del material, que ese carbono se mantenga en una edificación y no se vuelva a liberar a la atmósfera”, explicó Pereira sobre la fama de aliada del medioambiente que se escucha fuertemente sobre la madera en el último tiempo. Agregó que “la mitad del peso de la madera es carbono. En 500 kilos de madera, 250 kilos son carbono”.
A esa condición medioambiental, Sergio Pereira suma el rol que cumple la tecnología de planta planificadora y el prefabricado que, junto con reducir el impacto en el entorno, acortan significativamente los tiempos de construcción de la obra. “Disminuyen entre 30 y 40%”, dijo. Agregó que “son obras mucho más limpias. Muchas máquinas gigantes cambian por atornilladores y otras herramientas más pequeñas”.
¿Qué pasa con el fuego? “El acero colapsa antes que la madera. Cuando la madera está desnuda y se utiliza en piezas grandes, genera una coraza, una costra de carbón, que hace que se regule la cantidad de energía que entrega en forma de fuego y eso se puede medir. Piezas grandes de madera pueden tener resistencia sin ningún tratamiento”.