Los procesos controlados no solo son trazables y seguros, también disminuyen los costos y plazos, dos aspectos que son fundamentales para una pronta reactivación de la economía.

Durante el tercer trimestre, las ventas totales de viviendas, es decir, con entrega inmediata, en verde y en blanco alcanzaron las 5.021 unidades, lo que significó una caída de 42,3% respecto del mismo período del año anterior, según el informe trimestral Mercado Inmobiliario Gran Santiago de GfK Adimark. Urge revertir esa cifra y recuperar el tiempo perdido en obras paralizadas y la industrialización podría ser clave para ello.

Según Enrique Loeser, gerente general de AXIS Desarrollos Constructivos, la industrialización es la solución inmediata a la reactivación que requiere nuestra economía. “Hoy en Chile tenemos una importante cantidad de empresas que tienen sus instalaciones disponibles para fabricar partes de las obras. La industrialización es la respuesta moderna en la industria de la construcción de cómo construir, que se venía implementando lentamente, pero que a raíz de las exigencias actuales se ha acelerado su implementación”, señala.

Para José Doña, jefe de Instalaciones de la Constructora LyD, la industrialización en la construcción es un desafío tremendo. “La pandemia nos sirvió para comprender que las cosas se pueden y se deben hacer de la manera no tradicional. En base a esto la industrialización juega un papel sumamente importante pensando en reactivar las obras y dándole continuidad a las obras en ejecución y a los proyectos futuros”, sostiene.

Asimismo, la presidenta del CCI, Francisca Cruz, cree que la pandemia ha dejado de manifiesto que la construcción industrializada no es solo una tendencia, sino una necesidad imperiosa de hacer frente a los desafíos del futuro. “Con ella logramos estandarizar procesos y otorgar un mayor nivel de certeza a los procesos constructivos. Sin duda, un rubro más industrializado disminuiría el nivel de exposición de los trabajadores de la construcción a contagios, ya que entre otros, promueve la prefabricación, la cual permite trasladar la mayor cantidad de partidas desde una obra a una fábrica, que es un ambiente más controlado para el personal”, afirma.

La industrialización permite subir el estándar del rubro, no solo para los clientes sino también de manera significativa para los trabajadores. Por eso, la presidenta del CCI piensa que sería enriquecedor contar con un rubro de la construcción industrializada más desarrollado en nuestro país. “Esto nos permitiría poder contar con construcciones para estas emergencias en menor tiempo, estar mejor preparados y tener mejor capacidad de respuesta, lo cual es tan necesario en países como Chile donde sabemos de emergencias cada cierto tiempo”, argumenta. 

Menores costos y plazos

Incorporar innovación y tecnología, no solo mejora la calidad de las construcciones, sino también la sustentabilidad y la productividad. La industrialización toma ese camino. Por eso, el socio profesional del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Rafael Garay, la considera fundamental: “ya que aplica procesos que aseguran calidad, costos y plazos, temas fundamentales para continuar un buen proceso constructivo y terminar un buen ciclo”, afirma.

Igualmente, Luis Fernando Alarcón, director del Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (Cipycs), cree que industrializar puede ayudar a transformar a la construcción en un sector más resiliente y más productivo.“Hoy se puede considerar como una buena alternativa mitigadora de los impactos generados por la paralización de las obras, por lo que evaluar su implementación en proyectos que están en ejecución es una opción fundamental con tal de recuperar el valor perdido en los últimos meses”, complementa Priscila Becerra, líder de innovación en Echeverría Izquierdo.

Además, Garay recalca que aminora el problema de la mano de obra, ya que al industrializar se depende menos de la cantidad de participantes en la ejecución de partidas en distintas faenas, ya que los materiales se transforman en productos completos para ser instalados directamente en la obra. Y es que en las condiciones actuales, menos mano de obra significa menos posibilidades de contagiarse de coronavirus.

“Hoy con la nueva realidad de las actividades en pandemia se ha visualizado de manera evidente que la construcción tradicional con muchas personas y obras in situ , es prácticamente inviable mantener protocolos y también la productividad para cumplir plazos . Es decir, la opción de industrializar la construcción con prefabricación , incorporación de tecnologías , TI y procesos innovadores se validan completamente”, acota Enrique Loeser, gerente general de AXIS Desarrollos Constructivos.

Ventajas para la industria

La industrialización bien puede generar ambientes más seguros frente a las condiciones de COVID-19, pero, además, Luis Fernando Alarcón, director del Cipycs, enumera otras ventajas:

  • Acelera la digitalización y automatización de todas las partes de la cadena de suministro.
  • Impulsa la creación de empleos de mayor valor agregado.
  • Apura la implementación de las medidas estructurales requeridas para crear un significativo aumento de la eficiencia y reducir la estructura de costos.
  • Promueve la reestructuración de la base de proveedores, a través de oleadas de integraciones, desinversiones y fusiones de empresas para alinear sus capacidades con la nueva cadena de valor de la construcción.

Los procesos controlados son trazables y seguros en cuanto a calidad, seguridad y salud, lo cual no solo aumenta la productividad de los proyectos de infraestructura, sino que, además, “le da continuidad operacional a las empresas ejecutoras”, concluye Priscila Becerra, líder de innovación en Echeverría Izquierdo.

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