Investigadores de la Universidad de Columbia Británica (UBC), emplearon residuos de las fábricas de celulosa como material de relleno para el cemento, que, según informan, lo haría más fuerte y resistente. El producto de desecho en el que se basa este avance es la ceniza volante de las fábricas de celulosa (PFA). En lugar de enviarlo todo a los vertederos, el equipo de la UBC se propuso investigar cómo podía usarse como material aglutinante sostenible para la construcción de carreteras.
Mediante sus experimentos, descubrieron que la estructura de esta ceniza de madera reciclada serviría para formar enlaces más fuertes entre los distintos materiales que componen el cemento. También pudieron producir este material de construcción sostenible de forma más eficiente desde el punto de vista energético que el cemento convencional.
“La naturaleza porosa del PFA actúa como una puerta de entrada para la adhesividad de los demás materiales del cemento que permite que la estructura general sea más fuerte y resistente que los materiales que no están hechos con PFA. A través de nuestra caracterización del material y el análisis toxicológico, descubrimos otros beneficios medioambientales y sociales que la producción de este nuevo material era más eficiente desde el punto de vista energético y producía bajas emisiones de carbono”, explican los científicos.
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