Columna escrita por Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo y administrado por el Instituto de la Construcción.

Fuente: AOA

No ha sido novedad el impulso que la industrialización le ha dado al Plan de Emergencia Habitacional. Como Construye2025, llevamos siete años fomentando esta transformación para la industria nacional y ya vemos sus frutos. Al reciente anuncio de la adjudicación del concurso para el diseño y construcción de viviendas sociales en Renca y Lo Espejo de parte empresas socias del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) –Tecno Fast y Entidad Patrocinante Unión– y de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) –Archiplan-, se sumó a la gran muestra de prototipos de vivienda a escala real y múltiples montajes en vivo, que pudimos apreciar en Edifica 2022, en octubre pasado.

Al ver in situ los beneficios de la industrialización en la construcción, muchos pudimos comprender por qué el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) ha optado por este camino para enfrentar el déficit habitacional.

Marcos Brito_Entregar soluciones concretas y rápidas a las familias que esperan

Y es que la construcción industrializada organiza las obras de construcción mediante procedimientos estandarizados, así como la prefabricación, que puede realizarse en el sitio de la obra o bien en fábricas, donde se pueden producir componentes o bien, módulos completos previamente manufacturados. De esta manera, el proceso se vuelve más eficiente en su diseño, planificación y uso de recursos, con lo que se puede lograr un avance significativamente más rápido y de calidad estándar. Frente al déficit habitacional, estos sistemas constructivos tienen el potencial de resolver el problema con una mayor rapidez de entrega, actualmente no lograble con sistemas tradicionales de construcción.

La principal diferencia está en la producción seriada de soluciones constructivas. Modelos de diseño replicables y adaptables a distintas zonas climáticas, que pueden ser producidos y montados en obra en forma rápida, limpia, ordenada y sin accidentes. Como consecuencia, los usuarios finales obtienen sus viviendas tras solo unos meses de espera y no años, como en muchos casos, con mínimas situaciones de defectos o fallas. Hoy, más que nunca, el diseño integrado es fundamental para construir este nuevo paradigma, desde la arquitectura.

A ello se suma que existe hoy toda una red de proveedores y expertos para este tipo de soluciones constructivas, la mayoría de ellos agrupados en el Consejo de Construcción Industrializada (CCI). Lo importante es considerar que estas empresas tienen una capacidad hoy definida de producción, pero la mayoría está en condiciones de aumentar significativamente su capacidad productiva, siempre que la demanda exista.

Por ello, desde nuestro programa creemos que es necesario continuar dando pasos para afianzar la industrialización como una nueva forma constructiva de viviendas sociales. Para ello, hay varios factores por considerar, como: una mayor difusión de los sistemas constructivos industrializados y sus beneficios, junto con las metodologías de optimización de procesos, planificación y coordinación temprana para el diseño. También es importante definir estándares y contar con una normativa más adecuada. El resto depende, en gran parte, de la demanda, puesto que en la medida que esta crezca, traccionará una mayor inversión en capacidad industrial para producir.

Creemos que el escenario es auspicioso. Al respaldo de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) para el Plan de Emergencia Habitacional -tanto de su directiva pasada como de la recientemente elegida-, se suman las transformaciones normativas que está desarrollando el Minvu, ya que gran parte del avance de la producción de estas viviendas requiere ser inspeccionado fuera de la obra, para así poder avanzar con los estados de pago. El desafío es poder garantizar que lo que está en planta corresponde efectivamente a la obra, para lo que existen hoy diversas tecnologías de trazabilidad y seguimiento.

Es importante distinguir que no todos los casos se refieren a prefabricados en planta y, en algunos casos, las soluciones son mixtas. Por otra parte, hay empresas que desarrollan los proyectos completos y, en otros, el prefabricador actúa solo como un proveedor. La mayor diferencia es que los elementos constructivos se montan en forma integrada, desde etapas tempranas de diseño, lo que reduce significativamente, además, el número de proveedores de la obra.

En suma, hoy la invitación que hacemos desde Construye2025 es a todos los actores de la cadena productiva -con un rol importante de los arquitectos- a sumarse a esta transformación, a vivir sus beneficios y a dar soluciones concretas, efectivas y rápidas a miles de familias que esperan hace años por sus viviendas.

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