Actualmente, hay 24 plantas desaladoras en operación en el país, produciendo algo más de 8.000 litros/segundo. Y son cada vez más las empresas mineras que se suman a esta tendencia para enfrentar la falta de recursos hídricos.

Fuente: Portal Minero

Para asegurar su posición competitiva, la industria minera enfrenta varios desafíos. Estos van relacionados con diversos temas, tales como, productividad, sustentabilidad, transformación digital, capital humano, operación, legitimidad, relación con las comunidades, entre muchos otros asuntos.

Sin embargo, entre los principales retos que enfrenta la minería nacional es del uso racional del agua o la escasez hídrica, por lo que la construcción de nuevos proyectos relacionados con plantas desalinizadoras en gran parte de la zona centro-norte del país, se han erigido como una de las respuestas a tales desafíos.

Escasez hídrica impulsa el desarrollo de plantas desaladoras en Chile

De acuerdo al estudio “Proyección de demanda de agua en la minería del cobre”, presentando por Cochilco en enero de este año, se espera que al 2033 el agua de mar represente el 71% del abastecimiento de agua para suplir la demanda por parte de las empresas mineras.

Según cifras de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades), actualmente hay 24 plantas desaladoras medianas o grandes en operación en el país, produciendo algo más de 8.000 litros/segundo. Y son cada vez más las empresas mineras que se suman a la construcción de sus propias desaladoras para enfrentar la escasez hídrica.

Entre estas iniciativas destacan las plantas desalinizadoras que construyen Minera Los Pelambres – INCO (US$ 2 millones) y Distrito Norte (US$ 1000 millones), y en los nuevos proyectos mineros de Quebrada Blanca Fase 2 y de Santo Domingo.

Planta Desaladora Petorca: Proyecto que beneficiará a diversas comunas en la Región de Valparaíso

Sin duda, que uno de los principales proyectos en construcción, es la nueva Planta Desaladora Petorca, la que estará ubicado en una de las zonas del país que más se han visto golpeadas por la escasez hídrica y falta de recursos hídricos durante los últimos años.

El proyecto, a cargo de la empresa Desala Petorca SPA, y que cuenta inversión estimada de US$ 370 millones, tiene contemplado la construcción de una planta desaladora de osmosis inversa, la que tendrá una producción inicial de 1.200 lt/seg.

Además, integraría un sistema de multipropósito para el sector agrícola, inmobiliario y minero, y no sólo beneficiará a los vecinos de Petorca, sino que también a los habitantes de otras comunas, como de La Ligua, Cabildo, Papudo, Zapallar y Putaendo en la Región de Valparaíso.

Por otro lado, en septiembre pasado, la Compañía Minera Vizcachitas Holding, subsidiaria de la canadiense Los Andes Copper Ltd, y Desala Petorca SPA, celebraron una carta de intención con la que se acordó negociar un contrato de suministro de agua desalada de largo plazo para el proyecto Vizcachitas, ubicado a 46 kilómetros del centro de Putaendo.

El acuerdo implicó el diseño y construcción de una planta desaladora multipropósito en la costa de Papudo, con una capacidad de aproximadamente 2.050 litros por segundo.

Filtro clave en el proceso legal

En cuanto al marco normativo para la instalación de una planta desaladora en Chile, Lester Maxwell, abogado jefe de Litigios del estudio jurídico Claussen & Velasco, explica a Portal Minero que el Código de Aguas fue recién modificado en abril del año pasado, reconociendo en primer lugar el acceso al agua como un derecho humano esencial e irrenunciable, que debe ser amparado por el Estado.

“Esto es muy importante para la empresa privada en particular, porque antiguamente debían buscar diversas alternativas para obtener el recurso; en cambio, ahora, con la nueva legislación, esas opciones van a privilegiar el consumo humano y van a tener una preponderancia abismante en relación a la modificación del Código de Aguas”, destaca.

Asimismo, el experto en temas de derecho minero y medioambiental, comenta que, para instalar una planta de desalinización, las empresas deben cumplir con ciertos requisitos, los que deben ser aprobados por el Servicio de Evaluación Impacto Ambiental (SEIA).

“En esta entidad pública, cumplen un filtro legal clave. El SEIA analizará los antecedentes y resolverá si la empresa no tiene problemas ambientales significativos; luego, las empresas deberán obtener una Resolución de Impacto Ambiental, y una vez que logren esto, siempre cuando cuenten con un proyecto que cumpla con todas las exigencias medioambientales, el proyecto será aprobado”, concluye el abogado.

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