Las escaleras es un elemento muy repetitivo que se utiliza en muchos edificios y con la industrialización se mejora la productividad reduciendo plazos, costes, residuos, etc.
Fuente: El Economista
La edificación en España es, con diferencia, la actividad menos industrializada de las pertenecientes al sector secundario. Este hecho se debe a un gran abanico de factores: económicos, sociales, industriales. Sin embargo, el más probable es que, tradicionalmente la construcción en nuestro país se ha realizado de modo casi artesanal, confiando en muchas ocasiones la seguridad de un edificio a la pericia de un soldador a la hora de realizar una ferralla, lo que hace imprescindible un control exhaustivo a pie de obra para asegurar el resultado final. A pesar de esto, es llamativa la poca cualificación de la mano de obra en España. Construir se considera, aún hoy en día, un oficio que se aprende trabajando, destinándose desde las administraciones escasísimos medios a la formación. En el sistema educativo español no existen prácticamente grados de formación básica relacionados con los oficios de construcción. En este contexto, se hace aún más urgente la introducción de la industrialización en el proceso constructivo. Hay muchos materiales utilizados en la edificación y, por su abundancia y prestaciones, el hormigón sigue siendo uno de los principales.
“Con la industrialización no sólo se consigue de este modo el producto óptimo en cuanto a aspecto y uniformidad, sino que también se aumenta su calidad y se sistematiza el control de ésta. Pero, sobre todo, se potencia la eficacia constructiva debido al incremento de la producción y al descenso de los plazos y costes. A esto se añaden otra serie de ventajas: la reducción de residuos, la eficiencia energética, la sostenibilidad, etc. Por último, y no menos importante, es indudable la mejora de las condiciones de los trabajadores, lo que se traduce en la reducción de los riesgos en su puesto de trabajo, su mayor formación técnica, su estabilidad laboral, la incorporación de la mujer al sector, etc.” afirma José María Quirós, delegado de Industrialización de Aedas Homes.
En los últimos años se ha avanzado enormemente en este sentido. No sólo en cuanto a la ingeniería de instalaciones, especialmente en la rama energética. También es habitual la inclusión en los edificios más sencillos de productos industrializados estructurales o de fachada, en muchas ocasiones aunando ambas funciones. Ha sido más lenta la inclusión de unidades completas, como baños o cocinas, que ahora son de uso habitual en algunas tipologías edificatorias. Incluso se admiten cada día más, las edificaciones modulares, es decir, edificios completos realizados con sistemas montados en taller y únicamente puestos en obra. El paso siguiente a la normalización del uso de elementos industrializados en la construcción es la estandarización de estos, es decir la adaptación a tipos o normas. Desde el Clúster de la Edificación se promueve la estandarización de elementos de hormigón.
María Vallejo, directora de proyectos y obras en Morph Estudio, puntero en la introducción de elementos prefabricados en sus edificios y en el uso de la tecnología BIM, declara que “para los arquitectos el hormigón es el material más versátil para realizar un proyecto. Se utiliza mucho para temas en estructuras y en Morph también lo utilizamos para las fachadas, pero para que os hagáis una idea se podría hacer un sillón de hormigón si quisiéramos. Con respecto a la estandarización pensamos en las escaleras porque es un elemento muy repetitivo y se utiliza mucho en los edificios. Todos los tramos vienen a ser iguales y es muy sencillo estandarizar para luego ponerlo en cualquier edificio”.
La Asociación, Nacional de empresas de prefabricados de hormigón (Andece) agrupa a 120 empresas y cerca de 60 ofrecen soluciones en edificios residenciales. “Si se tipifica, se estandariza y se establecen prototipos de los elementos grandes o pequeños de una construcción, asumiendo como naturales sus dimensiones y características, se normalizará su uso. Se hará menos necesario el proceso de ensayo y error y se mejorará notablemente la productividad, reduciendo plazos, costes, residuos, consumo de energía, etc. A nuestro entender, la estandarización de las soluciones supone, por tanto, economía de medios materiales y humanos, que tienen como consecuencia lógica un mayor éxito del proceso” afirma Antonio Tovar, gerente de Vivialt, Agrupación de empresas dentro de Andece.
Luis Felipe Setién, director de Operaciones en Iconkrete, prefabricadora especializada en el desarrollo de soluciones en hormigón, afirma que se tiende a confundir la indutrialización con elementos prefabricados. La industrialización es poder emplear sistemas constructivos eficientes que permitan ejecutar siempre de la misma forma, dar lugar a procesos muy bien planificados, con un flujo continuo de recursos, ejecutar las obras de forma seriada con actividades estandarizadas que acorten plazos y costes, integrar de forma más temprana los diferentes proveedores, aprovechar la tecnología y la innovación y poder ejecutar actividades con una mano de obra competente y especializada en entornos de trabajo más seguros que en una construcción tradicional.