La construcción de estos muros sigue un proceso meticuloso y bien estructurado para garantizar su efectividad y seguridad.
Fuente: Constructivo
Los muros anclados se han convertido en una técnica fundamental en la construcción de edificaciones de mediana profundidad, especialmente en áreas urbanas donde el espacio es limitado y la estabilidad del terreno es crucial. La construcción de estos muros sigue un proceso meticuloso y bien estructurado para garantizar su efectividad y seguridad. A continuación, se describen las etapas clave de este proceso:
1. Estudio geotécnico
Antes de iniciar cualquier construcción, es vital realizar un estudio geotécnico del terreno. Este estudio proporciona información sobre la composición y las propiedades del suelo, así como sobre las condiciones hidrológicas. Estos datos son esenciales para diseñar un sistema de anclaje adecuado y prever posibles desafíos durante la excavación y construcción.
2. Diseño del muro y sistema de anclaje
Con la información del estudio geotécnico, los ingenieros estructurales y geotécnicos diseñan el muro anclado. Este diseño incluye el tipo de muro (por ejemplo, muro de concreto proyectado o pantalla de pilotes), la disposición y longitud de los anclajes, y los materiales a utilizar. El diseño debe considerar factores como la presión del suelo, la carga de la estructura adyacente y las condiciones del terreno.
3. Preparación del terreno
La siguiente etapa es la preparación del terreno, que implica limpiar el área de construcción y nivelar el terreno. En esta fase, también se instalan sistemas de drenaje temporales para manejar el agua subterránea y evitar que interfiera con la excavación y la estabilidad del suelo.
4. Excavación y soporte temporal
Se inicia la excavación del terreno en fases controladas para asegurar la estabilidad del mismo. Durante la excavación, se pueden instalar soportes temporales, como puntales metálicos o madera, para mantener las paredes del suelo estables hasta que se puedan instalar los anclajes permanentes.
5. Instalación de anclajes
Conforme avanza la excavación, se perforan agujeros inclinados en el terreno y se insertan los anclajes. Estos anclajes pueden ser barras de acero o cables de alta resistencia. Los anclajes se fijan mediante inyecciones de lechada de cemento, que se endurece y asegura el anclaje en el suelo. Este proceso se repite en diferentes niveles de la excavación, dependiendo de la profundidad y las especificaciones del diseño.
6. Construcción del muro
Una vez instalados los anclajes, se procede a construir el muro. Para los muros de concreto proyectado, se aplica el concreto directamente sobre el suelo excavado, mientras que para las pantallas de pilotes, se colocan los pilotes de concreto en el terreno. En ambos casos, el muro se construye en secciones, siguiendo la excavación y la instalación de anclajes.
7. Tensado y prueba de anclajes
Después de la instalación del muro y los anclajes, se procede a tensar los anclajes para asegurar que están correctamente fijados y que pueden soportar las cargas previstas. Esta etapa incluye pruebas de carga en los anclajes para verificar su capacidad y asegurar que cumplen con los requisitos de diseño.
8. Finalización y acabados
Una vez que todos los anclajes están instalados y tensionados, y el muro está completo, se realizan los acabados finales. Esto puede incluir la aplicación de revestimientos protectores, sistemas de drenaje permanentes y la integración del muro en la estructura de la edificación.
9. Monitoreo y mantenimiento
Aunque la construcción del muro anclado se haya completado, es fundamental implementar un plan de monitoreo continuo para asegurar su desempeño a lo largo del tiempo. Esto incluye inspecciones regulares y mantenimiento preventivo para abordar cualquier problema que pueda surgir debido a cambios en las condiciones del suelo o la carga de la estructura.
La construcción de muros anclados en edificaciones de mediana profundidad es un proceso complejo que requiere una planificación meticulosa y ejecución precisa. Cada etapa, desde el estudio geotécnico hasta el monitoreo continuo, es crucial para garantizar la estabilidad y seguridad del muro y, por ende, de la edificación. Esta técnica no solo proporciona una solución eficiente para la contención del terreno, sino que también maximiza el uso del espacio disponible, haciendo posible la construcción en áreas urbanas densamente pobladas.