Debido a la naturaleza de las actividades constructivas, el ruido está siempre presente, por lo que la forma de abordarlo y/o mitigarlo se vuelve de gran relevancia para desarrollar los proyectos de forma adecuada. Iniciativas como la Matriz de control de ruido y el Manual de relacionamiento comunitario de Compromiso PRO, son parte de las herramientas que el gremio pone a disposición para lograr una buena relación con el entorno.

Alfredo Saavedra L.
Periodista BiT

Con el término paulatino de la pandemia y las medidas sanitarias, las diversas actividades productivas vuelven a tomar sus ritmos de desarrollo y el sector construcción no es la excepción. Basta un breve recorrido por las calles para ver nuevos edificios levantándose u otros que continúan sus faenas. Uno de los aspectos que probablemente más notan aquellos que están cerca, es el ruido que se puede generar. Y es que la construcción es por definición una actividad que genera ruido en muchas de sus faenas, tanto en las obras civiles (puentes, carreteras, etcétera), como en las de edificación, ya que estas incluyen procesos como: demolición de estructuras y las excavaciones que se realizan con maquinaria pesada (retroexcavadoras, camiones, cargadores frontales, demoledores y en ocasiones con explosivos), entre otros. “Entendemos por ruido generado en la construcción al conjunto de actividades, tareas y/o faenas que emiten Niveles de Presión Sonora que se propagan a distancias considerables, las que pueden o no afectar a las personas y/o al entorno de un proyecto”, explica, Alfredo Echavarría, gerente de Edificación y Desarrollo en AXIS Desarrollos Constructivos y presidente del Grupo de Trabajo Pilar Comunidad- Ruido del Consejo de Sostenibilidad Empresarial de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).

Ruido en obras de construcción

Entre las principales fuentes generadoras de ruido se encuentran: demoliciones, excavaciones, compactación y nivelación de terreno, confección de enfierraduras, instalación y descimbre de moldajes, así como la descarga de hormigones, camión mixer, el bombeo de hormigones y hormigonado, vibrado y alisado de hormigones y el montaje y desmontaje de andamios. Adicionalmente se pueden mencionar actividades como: carga y descarga de camiones, descarga de residuos de construcción, la demolición de elementos aislados y corte de cerámicas, la confección e instalación, carpintería y estructuras metálicas, tronaduras, entre muchas otras. “Lo anterior, además, es realizado por personal de obra, el que también puede emitir ruidos molestos como gritos, usar la música en alto volumen, etcétera”, indica, Ignacio Santa María, consejero Nacional CChC, miembro del Grupo Técnico del Comité Inmobiliario.

Ruido y normativa

Actualmente la normativa vigente en Chile sobre el ruido asociado a obras de construcción, se encuentra establecida en el Decreto Supremo N° 38 de 2011 del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), que regula y establece los niveles de presión sonora máximos permisibles. En la norma (artículo 6°) se define como “Receptor”, a “toda persona que habite, resida o permanezca en un recinto, ya sea en un domicilio particular o en un lugar de trabajo, que esté o pueda estar expuesta al ruido generado por una fuente emisora de ruido externa”.  En cuanto a la medición del ruido, se señala en el artículo 16, que esta “debe realizarse en la propiedad del receptor, en el lugar, momento y condición de mayor exposición al ruido”.

“Dicha norma establece límites que dependen de zonas y horarios en que se encuentran los receptores, las que están determinadas por el uso de suelo que esté asignado al área según lo establecido en los instrumentos de planificación territorial a través de los planos reguladores, tanto para zonas urbanas y rurales a nivel comunal, intercomunal y regional”, explica el ingeniero civil industrial, Ricardo Saavedra, asesor Senior en Seguridad y Salud Laboral de la Gerencia de Sostenibilidad e Innovación CChC.

Es así que para zonas urbanas se establecen cuatro zonas con niveles máximos permisibles de presión sonora corregidos (NPC), en decibeles (db).

En el caso de la Zona I, que es aquella definida en el Instrumento de Planificación Territorial respectivo y ubicada dentro del límite urbano, que permite exclusivamente uso de suelo residencial, espacio público y/o área verde, los límites están en 55 (db) de 7 a 21 horas y en 45 (db) de 21 a 7 horas.

La Zona II, en tanto, es aquella definida en el Instrumento de Planificación Territorial respectivo y ubicada dentro del límite urbano, que permite además de los usos de suelo de la Zona I, equipamiento de cualquier escala. Aquí, los límites están en 60 (db) de 7 a 21 horas y en 45 (db) de 21 a 7 horas.

Por su parte, la Zona III, que permite además de los usos de suelo de la Zona II, actividades productivas y/o de infraestructura, tiene sus límites en 65 (db) de 7 a 21 horas y en 50 (db) de 21 a 7 horas.

Finalmente, la Zona IV, que permite solo usos de suelo de actividades productivas y/o de infraestructura, tiene sus límites en 70 (db) tanto de 7 a 21 como de 21 a 7 horas.

Las zonas rurales, en tanto, se definen como aquellas ubicadas al exterior del límite urbano establecido en el Instrumento de Planificación Territorial respectivo y para estas se aplica como nivel máximo permisible de presión sonora corregido (NPC), el menor valor entre: Nivel de ruido de fondo + 10 dB(A) y NPC para Zona III.

”Para cumplir con la norma, los titulares de los proyectos pueden efectuar un diagnóstico a través de la medición de los niveles de ruido en las proximidades de las zonas aledañas a un proyecto, especialmente donde se haya identificado previamente posibles receptores”, señala Saavedra, agregando que es conveniente monitorear en forma permanente, según el avance de los procesos constructivos, especialmente con aquellos que son los de mayor emisión acústica. “Dependiendo de la magnitud de los niveles de ruido y de la evaluación según las zonas donde se encuentren dichos receptores, se analiza la factibilidad de mitigar para disminuir las emisiones a la comunidad y luego verificar nuevamente con mediciones si se logra el cumplimento”, explica el ingeniero. 

Medidas de control e iniciativas sectoriales

Para hacer frente al tema del ruido hay diversas posibilidades como medidas administrativas, de ingeniería, usos de materiales, etcétera. Por ejemplo, para disminuir los efectos del ruido en receptores sensibles a los niveles que genera dicho proyecto, se pueden tomar medidas administrativas, es decir, que implican una modificación en el funcionamiento de la fuente emisora de ruido, ya sea revisando el horario de las actividades, la programación de faenas ruidosas e informar también a la comunidad sobre la obra y su programación, entre otras. En el caso de medidas relacionadas con ingeniería y materiales, se pueden mencionar aquellas que implican la instalación de dispositivos que permitan reducir el ruido (barras acústicas, encierros y semi-encierros acústicos, cierre de vanos, etcétera).

Asimismo y al ser un asunto permanente por la naturaleza de la industria, el sector también ha avanzado en el desarrollo de iniciativas gremiales que apuntan a mejorar en este aspecto. Una de ellas es la Matriz de control de ruido, que fue desarrollada por el Grupo Técnico del Comité de Vivienda de la CChC, con el apoyo de CDT, la participación de personeros del Ministerio del Medio Ambiente Departamento Ruido, Lumínica y Olores, División Calidad del Aire, con quienes se realizó una mesa de trabajo y la Gerencia de Sostenibilidad e Innovación del Gremio. Posteriormente fue aprobada por el Consejo de Sostenibilidad CChC para su difusión a las empresas socias de la Cámara y como herramienta para las empresas que se encuentran incorporadas a Compromiso PRO. “La matriz incorpora una serie de medidas técnicas, de procesos y de conductas posibles de adoptar e implementar para cada etapa durante el ciclo de vida de un proyecto de construcción”, cuenta Echavarría.

El objetivo de esta herramienta era desarrollar una matriz que relacionara actividades de la construcción con medidas de control de ruido, con la finalidad de tender al cumplimiento de la normativa vigente. “Las empresas que la están aplicando en sus proyectos han visto en esta herramienta un gran apoyo para las etapas de diseño y planificación, así como para la adaptación e incorporación de medidas durante la ejecución del mismo. Esto se hace con el involucramiento de los administradores de obras y sus equipos de gestión, que les ha permitido probar el funcionamiento y su aplicabilidad”, señala Saavedra.

Ejemplo cierre acústico edificio Inbest (Gentileza AXIS).

La matriz debe completarse por los profesionales de las obras una vez iniciadas las mismas y permite revisar las distintas actividades de la construcción de acuerdo a un listado de 25 actividades típicas que deben adaptarse a la obra en específico. El listado de medidas (típicas y no excluyentes de otras que puedan desarrollar) se compone de: medidas de control de ruido, requerimientos y condiciones de funcionamiento de maquinaria y equipos, recomendaciones sobre métodos constructivos y recomendaciones generales y buenas prácticas. “El objetivo es revisar el listado y lograr comprometerse con el máximo de medidas e incluso, se sugiere dejar establecido ese compromiso con la matriz rellenada, pegada en el Libro de obras, que es un documento oficial y revisable en cualquier momento por las autoridades, propietario y profesionales de la obra, de modo que ante una fiscalización de parte de la autoridad por algún reclamo de los vecinos, se pueda demostrar que esa obra ha hecho el mejor esfuerzo de medidas para evitar o disminuir las molestias a la comunidad”, detalla Santa María.

A modo de ejemplo, en AXIS, se ha aplicado la matriz, la que según indican ha sido una hoja de ruta a la hora de conocer medidas de mitigación del ruido. “Hemos adoptado una serie de medidas establecidas en esta matriz y también otras que se basan en incorporar rápidamente la industrialización, prefabricación e innovación de los procesos constructivos en una etapa temprana del proceso, analizando aquellas partidas de mayor impacto y trasladando su producción off-site con el fin de mitigar emisiones en la obra, sustituyendo faenas ruidosas como por ejemplo el corte y doblado de fierro en obra reemplazándola por la enfierradora prearmada o como es el caso del hormigonado de losas el cual hemos reemplazado por losas prefabricadas”, cuenta Valeska Gálvez, subgerenta de Cultura de Seguridad y Prevención de Riesgos de AXIS Desarrollos Constructivos.

Rol de la comunidad y otras iniciativas

De acuerdo a los entrevistados, la comunidad constituye el principal público de interés al momento de relacionarse directamente con las empresas constructoras que desarrollan los proyectos, siendo actores principales en la activación de denuncias a las autoridades cuando sienten que los ruidos que perciben no son abordados en forma suficiente por las empresas. “Dentro de las recomendaciones generales de buenas prácticas de la Matriz, se encuentran explicadas las sugerencias de estándar mínimo de entrega de información a la comunidad y la de recepción y gestión de reclamos, que básicamente implica crear canales expeditos hacia y desde los vecinos, informando en distintas etapas de la obra los horarios, programa de faenas más ruidosas, explicando las medidas que se están tomando y dejando contactos del responsable de la obra”, explica Santa María, agregando que la experiencia muestra que una comunicación rápida y fluida mejora la relación y disminuye los reclamos, ya que también permite conocer las sugerencias y condiciones especiales de los vecinos.

Para potenciar la relación con la comunidad, el gremio desarrolló un “Manual de relacionamiento comunitario para obras de construcción urbanas”, que entrega una metodología de acercamiento temprano con la comunidad, dependiendo de la tipología del proyecto. Además, incluye herramientas concretas que permitan identificar públicos de interés, analizar los entornos aledaños a un proyecto de construcción e identificar los potenciales impactos a la comunidad. El manual es una guía de actividades y herramientas que orienta a empresas inmobiliarias y constructoras sobre cómo definir una estrategia de aproximación y relacionamiento con la comunidad y sus actores relevantes durante toda la etapa de construcción. “Su objetivo es promover que las acciones de relacionamiento comunitario sean de carácter temprano, facilitando la comprensión del lugar, sus actores y la anticipación de posibles controversias”, se indica en el documento. “Estas herramientas están siendo usadas por las empresas y actualmente se está trabajando en la adaptación del manual para focalizar en el aspecto del ruido ambiental, para lograr en cada etapa de construcción tener identificadas no solo las medidas técnicas de mitigación, sino también las medidas de acercamiento y mitigación desde la mirada comunitaria”, detalla Saavedra. Descarga el Manual aquí: https://compromisopro.cl/herramientas    

Las constructoras han notado que en la actualidad el rol de la comunidad es activo y empoderado. “En AXIS, por ejemplo, nos preocupamos de generar medios de comunicación eficaces según la tipología de vecinos, estableciendo una comunicación oportuna, con canales de comunicación diferenciados”, señala Gálvez, agregando que ya no basta con tener un libro de sugerencias, sino que también se hace necesario generar cercanía y demostrar empatía por medio de visitas puerta a puerta, incluyendo a la población más joven incorporando comunicación digital por medio de códigos QR o el mismo correo electrónico.

Adicionalmente, los entrevistados cuentan que otras iniciativas que se están llevando a cabo para abordar el tema, forman parte de una estrategia elaborada a mediados de 2021 que involucra cuatro áreas de atención: desarrollo de herramientas para el sector, comunicaciones, relacionamiento con autoridades y proyectos de innovación y levantamiento de buenas prácticas en el sector construcción. “Los avances en estos ámbitos han sido la elaboración de un Decálogo de Medidas de mitigación de ruido, el lanzamiento del Manual ya mencionado y la Guía de Orientación y acciones para el relacionamiento con las autoridades fiscalizadoras en materia de ruido comunitario”, cuenta Saavedra, agregando que en el ámbito de las comunicaciones, se ha difundido a todos los socios del gremio las herramientas señaladas, como también a las autoridades del ministerio del Medio ambiente, quienes han publicado la Matriz en su sitio web, efectuado dos seminarios de difusión abierta y una campaña interna de sensibilización, a través de conversatorios regionales y difusión de videos testimoniales con empresas que han abordado la temática. “En materia de relacionamiento con las autoridades, el gremio participa de dos instancias de trabajo: en una mesa técnica con el área de fiscalización de la Superintendencia del Medio Ambiente y en el Comité Operativo Ampliado que participa del proceso de modificación del Decreto Supremo N° 38”, explica Saavedra.

Finalmente, en materia de Innovación, se está próximo a desarrollar un plan de levantamiento de buenas prácticas de mitigación de ruido y en planificación, un concurso de innovación abierta destinado a resolver algunas de las problemáticas que afectan a la industria en esta materia.

Sobre materiales y soluciones

De acuerdo a los entrevistados, el sector está en permanente búsqueda de tecnologías que contribuyan en la disminución del impacto acústico hacia la comunidad. “Existen empresas y startups que están desarrollando softwares y aplicaciones destinadas al monitoreo y mediciones de ruido que puedan generar las alertas inmediatas cuando los procesos constructivos estén superando los valores máximos permisibles establecidos en la norma”, cuenta Saavedra. También se pueden encontrar distintas tecnologías en el uso de materiales y soluciones acústicas para el sector construcción (ver recuadro). Lo mismo ocurre en el caso de los elementos de protección personal para las personas que deben desempeñar funciones en el lugar de las obras; aspecto que está normado en la legislación y donde se indica que deben ser de calidad certificada. El mercado ofrece una amplia gama de elementos, como protectores auditivos para los trabajadores, ya sea en tipo tapones endoaurales, protectores tipo orejeras, entre otros. De igual forma se están usando biombos acústicos revestidos internamente con materiales absorbentes de ruido, como lana mineral o lana de vidrio, con una alta capacidad de absorción y también con revestimiento por la cara interior del biombo, el cual contribuye a disminuir el ruido reflejado que llega a un operador que realiza un trabajo con alto nivel de ruido.

Así, el ruido es un aspecto de cuidado para el sector, el que constantemente está siendo revisado y en el cual se buscan y aplican mejoras tanto para el desarrollo de proyectos, como para los propios trabajadores y por sobre todo, para las comunidades.

Conclusiones:

  • El ruido en la construcción se refiere a aquel generado por el conjunto de actividades, tareas y/o faenas que emiten Niveles de Presión Sonora que se propagan a distancias considerables, las que pueden o no afectar a las personas y/o al entorno de un proyecto.
  • El sector ha desarrollado diversas iniciativas para abordar el tema ruido, entre las que se incluyen: una Matriz de control de ruido, un Decálogo de medidas de mitigación y un Manual de Relacionamiento Comunitario, entre otros.

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