Descubre cómo la Inteligencia Artificial y la sostenibilidad van de la mano para afrontar los retos del cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La IA ofrece soluciones innovadoras y efectivas para un futuro más verde.
Fuente: Sostenibilidad
La crisis climática sigue su curso y la humanidad se encuentra inmersa en la búsqueda de soluciones innovadoras y efectivas para mitigar los efectos del cambio climático. En este contexto, la Inteligencia Artificial (IA) se revela como un aliado imprescindible para el desarrollo sostenible, ayudando a diseñar, ejecutar, consultar y planificar un futuro más sostenible para nuestro planeta.
El potencial de la Inteligencia Artificial en el desarrollo sostenible del planeta
La integración de la IA en el cuidado del planeta ofrece una promesa sin precedentes: la capacidad de transformar todos los sectores para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer a las generaciones futuras. ¿Cómo lo consigue? En el siguiente vídeo te mostramos algunas aplicaciones prácticas de la Inteligencia Artificial que ya están contribuyendo a la creación de un mundo más sostenible.
Pero hay más. Un estudio publicado en Nature revela que la Inteligencia Artificial podría facilitar el cumplimiento del 79 % de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y hasta el 93 % si consideramos solo los ODS medioambientales. Datos que reflejan el inmenso potencial de la IA para ayudar en la lucha contra el cambio climático, pero ¿cómo funciona exactamente esta tecnología?
La IA ya está presente en numerosas aplicaciones cotidianas, desde asistentes virtuales como Siri y Alexa, hasta en sistemas de navegación y recomendaciones personalizadas en plataformas de streaming. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y aprender de ellos la convierte en una herramienta poderosa para resolver problemas complejos.
Como hemos visto en el vídeo, la relación entre la IA y el desarrollo sostenible es multifacética y aplicable a diversos sectores. Nos ofrece herramientas poderosas para abordar los desafíos ambientales y sociales, haciéndonos avanzar hacia un futuro más sostenible. Sin embargo, los expertos subrayan la importancia de implementar estas tecnologías de manera ética y equitativa, asegurando que sus beneficios lleguen a todos los rincones de la sociedad.
Aplicaciones de la IA en la protección del planeta
Desde mejorar los sistemas de predicción climática hasta optimizar la eficiencia energética y promover la agricultura inteligente, la Inteligencia Artificial está desempeñando un papel crucial en la creación de soluciones innovadoras y sostenibles.
Sistemas de predicción climática
La IA puede mejorar significativamente los modelos de predicción climática al procesar enormes cantidades de datos meteorológicos en tiempo real. Esto permite prever con mayor precisión los patrones climáticos y prepararnos mejor para los fenómenos extremos.
Ocurre, por ejemplo, en el caso de las sequías. La IA utiliza modelos avanzados para analizar datos históricos y en tiempo real sobre precipitaciones, temperaturas y patrones de humedad. Lo que ayuda a conocer con antelación los períodos de sequía y planificar medidas preventivas a tiempo.
Además, mediante el uso de sensores y tecnología de IoT, la IA puede monitorizar los niveles de agua en embalses, ríos y acuíferos. Datos que son analizados para optimizar la distribución y el uso del agua, ayudando a conservar recursos durante períodos de escasez.
Detección temprana de desastres naturales
Mediante el análisis de datos satelitales y sensores terrestres, la IA puede detectar señales tempranas de desastres naturales como incendios forestales, terremotos e inundaciones, permitiendo una respuesta más rápida y eficaz.
En Argentina, el proyecto Prevenir (Pronóstico y Alerta de Eventos de Inundaciones Repentinas) busca desarrollar un sistema de alerta temprana de inundaciones urbanas para dos cuencas urbanas altamente pobladas y vulnerables a estos eventos: una ubicada en la provincia de Buenos Aires y la otra en la provincia de Córdoba.
Eficiencia energética
La IA puede optimizar el consumo energético en edificios y ciudades inteligentes, ajustando automáticamente la iluminación, la calefacción y la refrigeración según las necesidades reales. Esto no solo reduce las emisiones de carbono, sino que también disminuye los costes energéticos.
Otra aplicación clave de la IA es el mantenimiento predictivo , en el que se supervisa y analiza continuamente el rendimiento de los activos energéticos para identificar posibles fallos con antelación.
Energía renovable
Uno de los usos más destacados de la inteligencia artificial en el sector energético es la mejora en las predicciones de oferta y demanda, según apunta la Agencia Internacional de la Energía. Comprender con mayor precisión cuándo está disponible la energía renovable y cuándo se necesita es esencial para los sistemas de energía de próxima generación. Esto es particularmente importante dado que el sol no brilla las 24 horas del día y el viento no siempre sopla cuando más lo necesitamos.
Agricultura inteligente
Los agricultores pueden usar sensores y drones impulsados por IA para monitorear sus cultivos en tiempo real, identificar enfermedades y optimizar el uso de agua y fertilizantes. Esto no solo aumenta la productividad, sino que también reduce el impacto ambiental de la agricultura.
Puedes leer más sobre los retos y oportunidades de la agricultura sostenible aquí.
Conservación de la biodiversidad
El papel de la IA en la conservación es cada vez mayor, con aplicaciones en la vigilancia de hábitats, la protección de la vida salvaje y el reconocimiento de patrones en las especies. Desde el seguimiento de las rutas de caza furtiva de elefantes en África hasta la identificación de infecciones emergentes, la IA emerge como guardiana de la biodiversidad y catalizadora de prácticas ambientales sostenibles.
Gestión del tráfico
La aplicación de la Inteligencia Artificial a la movilidad urbana permite predecir atascos y ofrecer rutas alternativas. En sharing (la movilidad compartida), esta tecnología predice la demanda de vehículos por zonas y horas. De esta manera, las empresas pueden organizar la disponibilidad de los vehículos para los ciudadanos en función de sus necesidades. Una solución que no solo facilita la movilidad, sino que también minimiza su impacto ambiental.
Argumentos contra el uso de IA
Pese a las soluciones innovadoras que ofrece en múltiples áreas, esta tecnología no está exenta de críticas y desafíos. Analicemos los más comunes.
La IA consume grandes cantidades de energía
El funcionamiento de sistemas avanzados de IA requiere una capacidad de procesamiento significativa, lo que implica un alto consumo energético. Esta demanda energética puede contrarrestar algunos de los beneficios medioambientales que la IA pretende ofrecer.
De hecho, las emisiones para el entrenamiento de GPT-3 fueron de 552 toneladas de CO2 y su consumo de energía fue de 1287 MWh, según un artículo científico escrito por autores de Google y de la Universidad de Berkeley. Esto es equivalente al consumo medio de un hogar estadounidense durante 120 años.
Sin embargo, hay esfuerzos en marcha para mitigar el impacto ambiental de la inteligencia artificial. Según un estudio realizado por el MIT Technology Review, las empresas tecnológicas están invirtiendo en infraestructura de energía renovable y en técnicas de optimización energética para reducir la huella de carbono en los centros de datos. Por ejemplo, desde 2017 Google compensa en 100 % de su consumo eléctrico con la compra de energía renovable.
La IA puede aumentar la brecha entre países desarrollados y en desarrollo
La implementación y el desarrollo de tecnologías avanzadas como la IA requiere infraestructura y recursos que no están igualmente distribuidos a nivel global. Esto puede aumentar la brecha tecnológica entre países desarrollados y en desarrollo, limitando el acceso y los beneficios de la IA a ciertos sectores privilegiados.
Para contrarrestar esta desigualdad, se han lanzado múltiples iniciativas que fomentan la democratización tecnológica. Programas de cooperación internacional y proyectos de código abierto permiten compartir conocimientos y tecnologías de IA con países en desarrollo. Un ejemplo es el AI for Good Global Summit organizado por la ONU, que promueve el uso de la IA para abordar desafíos globales y asegura que sus beneficios lleguen a todas las regiones del mundo.
Preocupaciones sobre privacidad, sesgo y autonomía
El uso de IA plantea serias preocupaciones éticas, incluyendo la privacidad de los datos, el potencial sesgo en los algoritmos y la autonomía de decisiones críticas. Estos problemas pueden afectar negativamente a la sociedad si no se abordan adecuadamente.
Para mitigar estos riesgos, es esencial desarrollar marcos éticos y establecer regulaciones claras. Organizaciones internacionales y gobiernos están trabajando en la creación de normas y guías para el uso responsable de la IA. Por ejemplo, la “Guía Ética para la IA” de la Unión Europea establece principios para garantizar que los sistemas de IA sean justos, transparentes y respeten los derechos fundamentales. Del mismo modo, empresas tecnológicas están implementando prácticas internas de revisión ética para asegurar que sus sistemas se desarrollen y utilicen de manera responsable.
En resumen, la Inteligencia Artificial no solo nos brinda herramientas poderosas para enfrentar los desafíos actuales, sino que también nos ofrece una oportunidad sin precedentes para construir un futuro más sostenible y resiliente para todos.