Si algo tiene claro Mariam Kamara, es que las construcciones no solo deben ser definidas por los occidentales. Por ello, diseña desde su propio estudio estructuras sostenibles que buscan rendir homenaje a la arquitectura tradicional africana.
Fuente: Sacyr
La arquitecta nigeriana Mariam Issoufou Kamara está convencida de que lo moderno no solo es sinónimo de las formas europeas. Esa visión descarta el resto del mundo como “lugares lejanos que solo a veces nos han proporcionado estructuras hermosas pero primitivas, mientras que los edificios occidentales son los que merecen una verdadera consideración”. De repente, “no podemos imaginar el diseño sin hormigón, madera, vidrio o acero”, pese a que “estén lejos de ser utilizados universalmente en todo el mundo”. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, investigamos la vida y obra de esta arquitecta que ha recibido múltiples reconocimientos en los últimos años y lidera su propio estudio en el que rinde homenaje a las construcciones africanas.
“Me pedían que desaprender lo que sabía que era cierto”
Kamara nació en 1979 en Saint-Étienne, una ciudad en el sudeste de Francia, pero unos meses después su familia se mudó a Níger. Ya por entonces sentía fascinación por los edificios que vio en la ciudad de Agadez, “un lugar con una arquitectura centenaria en la que la gente todavía vive hoy”. Algo que quedó grabado en ella y más adelante la motivó a dejar su carrera como desarrolladora de software para estudiar arquitectura.
Cuando estudió en Estados Unidos, se dio cuenta del poco tiempo que dedicaba a estudiar las construcciones fuera de Europa. “Me pedían constantemente que desaprendiera lo que sabía que era cierto”, señala al portal Archdaily Kamara, que obtuvo su maestría en 2013 en la Facultad de Entornos Construidos de la Universidad de Washington. Según cuenta, “existe la percepción de que el 80% del planeta somos solo receptáculos para las grandes visiones de los europeos y los estadounidenses”.
Varios arquitectos se han pronunciado en el mismo sentido. Es el caso de Mabel O. Wilson, profesora de la Escuela de Posgrado de Arquitectura, Planificación y Preservación de la Universidad de Columbia (GSAPP): “La arquitectura moderna construye el mundo para el sujeto blanco, manteniendo la lógica del racismo al mismo tiempo que imagina un mundo futuro en el que los sujetos no blancos siguen siendo explotables y marginales”.
Un homenaje a la arquitectura tradicional africana
En 2014, Kamara fundó Atelier Masōmī en Niamey, la capital de Níger. Un ejemplo de la arquitectura de su estudio es la construcción del mercado de Dandaji, cuyo diseño recuerda al de un mercado tradicional de la zona con postes de adobe y techos de caña. Pero, en este caso, se optó por ladrillos de tierra comprimida y metal para mayor durabilidad. Entre sus creaciones en marcha, está el Centro Cultural de Niamey. Este proyecto, según el propio estudio, “pone un fuerte énfasis en las soluciones de mitigación climática y las prácticas sostenibles de uso de materiales locales, recolección de agua de lluvia y energía solar, al tiempo que permite el uso continuo del sitio como un centro de agricultura urbana”.
Kamara también es una de las fundadoras del colectivo de arquitectura united4design, que tiene proyectos en Afganistán, Estados Unidos y Níger. En este último país, el colectivo completó Niamey 2000, unos 1.700 metros cuadrados diseñados en respuesta a la crisis de vivienda en Niamey. “Siempre ha habido muchas viviendas para las clases altas y también las bajas pero nada para las medias. Un ejemplo relevante es que hay bastantes jóvenes que no pueden casarse por la sencilla razón de que no pueden encontrar un lugar donde vivir”, explica Kamara. Mientras que su diseño rinde homenaje a la arquitectura tradicional que solía encontrarse en Malí, Níger y Nigeria, se construyó con tierra sin cocer y técnicas de refrigeración pasiva para protegerse contra las altas temperaturas.
El segundo proyecto colaborativo de Kamara fue el Complejo Religioso y Secular de Hikma. Su objetivo era transformar una mezquita abandonada en el pueblo de Dandaji en una biblioteca y una nueva mezquita.
Por qué Filipinas “parece un suburbio estadounidense”
Kamara ahora trata de formar a una nueva generación de arquitectos en conferencias organizadas por el MIT, la Universidad de Columbia GSAPP, el African Futures Institute en Ghana y la Escuela de Graduados de Diseño (GSD) de Harvard. En este último centro, Kamara pidió a algunos estudiantes que diseñaran proyectos especulativos para un lugar en el área de Boston tras empaparse de las influencias indígenas de la región. Pese a que los precedentes indígenas son parte del ADN de América del Norte, según Kamara, a menudo faltan o son inaccesibles porque un sistema de valores colonial alienta a los estudiantes a ignorarlos.
Este proyecto hizo replantearse algunas cuestiones a alumnos como Kathlyn Kao: “Estoy haciendo mi tesis sobre los inmigrantes de Filipinas, de donde es mi familia, y dudo que los arquitectos estadounidenses trabajen en el extranjero. Me preocupa por qué Filipinas parece un suburbio estadounidense”. Otro de sus estudiantes, Thomas Kuei, asegura que “el solo hecho de hablar con personas de un lugar no significa que conozcas el lugar”. “Hablar con la gente local no significa que esté recibiendo la historia completa. Solo obtienes una instantánea de cuando esas personas ingresaron a la escena en esa ubicación específica”, señala.