En plena era de innovación en materiales de construcción como este robot que imprime casas en 3D, una compañía austríaca ha decidido apostar por un material milenario para conseguir el aislante perfecto. Estos nuevos ladrillos ofrecen una alta capacidad como aislante y será de gran ayuda para tu presupuesto, además de ser sustentables y libres de emisiones de CO2.
Fuente: Ecoticias
La industria de la construcción invierte cada vez más recursos en la búsqueda de materiales eficientes, baratos y que no contribuyan a la contaminación de nuestro medio ambiente. En este esfuerzo nos han sorprendido con frecuencia los anuncios de increíbles materiales futuristas, hechos con compuestos reciclados que ofrecen eficiencia y sustentabilidad a bajos costes.
La búsqueda de un reemplazo para los materiales como el concreto y los ladrillos que son los más ampliamente usados en la construcción, se hace urgente si queremos cumplir con las metas de sustentabilidad para 2030. Las altas emisiones que se desprenden tanto de la fabricación y uso como del transporte de estos importantes recursos suponen un gran riesgo para nuestro planeta.
Con el fin de solventar estos problemas, Wienerberger, una compañía austríaca de renombre en la industria, ha lanzado su nuevo ladrillo ISObric, fabricado a base de terracota, un material de construcción que se usaba hace 2500 años por las antiguas civilizaciones. La clave de su propuesta está en la reinvención de los ladrillos de terracota sumando la lana de piedra como aislante.
El encuentro del presente con el pasado
Los ladrillos de terracota de Wienerberger son mucho más ligeros que los tradicionales. Se fabrican con una estructura hueca que se rellena con lana de piedra. La combinación de estos dos materiales produce un efecto de sellado y filtrado que lo convierten en el aislante perfecto. Al no requerir más capaz de aislante, se puede reducir en hasta 6cm el grosor de las paredes.
Esto significa una excelente economía del espacio, permitiendo paredes más delgadas y por tanto habitaciones más amplias. La terracota de los ladrillos es un material transpirable que permite el intercambio de oxígeno adecuado para mantener la calidad del aire del interior en niveles óptimos. Los cambios de temperatura del exterior son absorbidos por la lana de roca, ahorrando mucha electricidad.
Las características de este ladrillo de terracota hacen que resulte en un material mucho más económico, más ligero y cuya fabricación resulta mucho más sustentables que los ladrillos tradicionales. Al ser más ligeros y reducir la cantidad de material necesario, este aislante perfecto resulta en muchas menos emisiones de CO2 en el aspecto logístico.
El ladrillo más eficiente del mercado
El material todavía está en fase de experimentación, pero las pruebas realizadas han demostrado que ISObric por sí solo puede ofrecer entre 30% y 45% del aislamiento total de una pared. Con este importante ahorro en material, compañía no sólo busca avanzar hacia la sustentabilidad, sino que también hace un gran aporte para reducir los costes de cualquier edificación.
Como beneficio añadido, la empresa también ha demostrado que su ladrillo de terracota es capaz de ofrecer mucha más resistencia mecánica que otros materiales de uso común. Esto, sumado a la alta resistencia a la humedad, convierten a este aislante perfecto y milenario, en un material con una vida útil por encima de los 100 años.
Un enfoque diferente
La propuesta de Wienerberger sorprende justo en un momento en el que estamos enfocados en materiales del futuro, como este hormigón flexible que se enfría por sí solo. Trayendo de vuelta un material usado por los primeros pueblos de la humanidad, y combinándolo con elementos actuales, han conseguido un aislante perfecto que combina lo mejor del presente y el pasado.