La promotora Aedas Homes se lanza definitivamente a la industrialización de viviendas. Hace tan sólo unos días presentó el primer diccionario de este nuevo modelo de negocio y ahora alcanza otro hito: 2.000 viviendas industrializadas, total o parcialmente. Una cifra que ha logrado gracias, en gran parte, a la fábrica de Neoblock (filial de la constructora Bauen) que se encarga de construir gran parte de estas casas. idealista/news visita estas instalaciones donde se construyen viviendas como si fueran un puzle, sin cascos, sin ladrillos y en la mitad de tiempo que en una obra tradicional.

Fuente: Idealista

La fábrica tiene una capacidad de 25.000 m2 de construcción terminada al año por cada turno de trabajo. Esto significa que puede finalizar 200 casas al año, aunque aspiran a aumentar esta cantidad en los próximos años. “Llevamos bastantes años haciendo proyectos más pequeños de industrialización. Compramos Neoblock en 2018 y esta fábrica de Toledo la montamos en 2019 para hacer ya proyectos y productos masivos en industrialización. Pero la experiencia de Neoblock en este tipo de construcción es del orden de 25 años”, explica a idealista/news Jorge Perelli, directora general de Bauen.

Gran parte de la producción actual de esta fábrica se centra en dos promociones de viviendas industrializadas de Aedas. “La industrialización está en nuestro ADN: tratar de convertir nuestro sector bastante artesanal tradicionalmente en un sector industrializado, en una industria. “Ya hemos entregado seis promociones, más de 100 viviendas. En la actualidad tenemos en proyecto otras seis con estos sistemas totalmente industrializados, como el de la fábrica en la que estamos. Hoy hemos podido ver aquí la fabricación de dos de ellas que estarán en Boadilla y en Mallorca. Además, aparte de apostar por este sistema 3D, estamos apostando por el sistema 2D”, relata en este sentido Jose María Quirós, delegado de industrialización de Aedas.

Nada más entrar en la nave se diferencian varias zonas, pero todas ellas cuentan con railes para poder mover los módulos e ir completando la vivienda como si fuera un puzle, por piezas. Primero se desarrolla la estructura de aluminio, luego hormigonan el suelo, se instala las paredes, los techos, los suministros y se acoplan las ventanas. “La casa se puede personalizar para que cada vivienda sea particular”, asevera Quirós. Finalmente, la casa se embala y se transportar al lugar de destino. “Este modelo de negocio nos permite trabajar en la fábrica y en la obra de manera paralela porque podemos cimentar y urbanizar mientras que montamos las casas en la nave”, añade Quirós.

Para conformar la vivienda, hacen falta cuatro módulos: dos de la planta baja, y dos de la planta alta. En total, 200 metros cuadrados de vivienda. En la fábrica se lleva a cabo el 80% del proceso. El 20% restante es a pie de obra. Eso sí, no arrancan hasta que tienen la licencia de obras correspondiente.

Todavía un negocio residual

De momento, este tipo de negocio sólo representa el 1% del total de la construcción de viviendas en España. Un porcentaje que queda muy alejado del 9% de Alemania o del 50% de Holanda. Ahora, el objetivo es conseguir aumentar este tipo de construcción en España e incluso poder llegar a exportar casas al extranjero. Lo que es evidente son los beneficios de este incipiente modelo de negocio: atraer mano de obra joven, mayor sostenibilidad, menor dependencia de la montaña rusa de los costes de construcción…

Reducimos entre un 50% y un 60% los gases de efecto invernadero, lo que la hace mucho más competitiva”, relata Perelli. Y ¿por qué Toledo? “La verdad es que buscamos la ubicación de Toledo por varias razones. Una, porque nuestro principal mercado ahora mismo es Madrid y por lo tanto hay cercanía a la capital. Además, tiene un equilibrio bastante interesante entre costes de terreno, costes de mano de obra, facilidad para encontrar mano de obra en Castilla-La Mancha…”, asevera Perelli.

El precio de estas viviendas está en 1.200 euros el m2. Aunque es cierto que el precio m2 de las casas depende mucho de la tipología, si es unifamiliar y por supuesto de los acabados de las estructuras y demás componentes que tienen”, añade Quirós. “Nos hemos marcado un compromiso para 2023: de las viviendas entregadas en un año que un 25% sean industrializadas, total o de manera parcial”, agrega.

Más competitivos en zonas tensionadas

El delegado de industrialización de Aedas no descarta ampliar la producción de este tipo de viviendas a otras fábricas. “Por supuesto que estudiamos ampliar nuestra apuesta”, afirma. Con respecto al precio final de la vivienda, Perelli reconoce que funcionan mejor en zonas como Baleares, Madrid o Barcelona por la situación del mercado. “En costes comparables con la misma calidad, entre obra tradicional y obra industrializada, estamos del orden de entre un 5% o un 8% por encima para lo que sería un producto estándar. Pero es verdad que somos más competitivos en zonas tensionada, como Baleares, Costa del Sol o zonas de Madrid y de Barcelona, donde ya es un producto incluso más competitivo en coste. Si haces todo el cálculo de la ecuación de la rentabilidad a construir en la mitad de tiempo, pues la rentabilidad por ese acortamiento de plazos es muy superior”, afirma.

Hasta el momento, la industrialización se centra, sobre todo, en las casas unifamiliares, pero Perelli abre el abanico de posibilidades a la construcción de viviendas en altura. “Con este mismo modelo hay países como Reino Unido donde se están haciendo edificios de 40 plantas. Es decir, no tienes limitaciones. Sí es verdad que tienes otra serie de complejidades técnicas de zonas comunes, de asentamientos horizontales y verticales… Nosotros ya estamos analizando proyectos de hasta seis alturas”, explica. De hecho, Aedas ya tiene proyectado un proyecto de industrialización en altura ubicado en Alcalá de Henares, tal y como adelantó en exclusiva idealista/news.

Un empleo más atractivo

Ahora, el reto de este sector es atraer mano de obra de joven, una tarea más fácil para este modelo de negocio que para la construcción tradicional. “Damos formación dependiendo un poco de los de los puestos. Hay gente que viene de industriales, de otras empresas a los que les exigimos que tengan una formación y unos carnés para poder hacer su trabajo. Y a los operarios que tenemos nosotros les damos la formación adecuada a su puesto de trabajo”, afirma Perelli. “Al final, aquí también trabajan electricistas, carpinteros… como en cualquier obra, pero con unas condiciones meteorológicas favorables, por ejemplo”, finaliza.

Cabe destacar que al margen de grandes promociones, la fábrica de Toledo también puede fabricar vivienda industrial para particulares, o módulos para otro tipo de edificios como colegios residencias de ancianos o de estudiantes.

Ver Anterior

Máquinas de construcción autónomas: uno de los grandes objetivos de desarrollo en el sector

Ver Siguiente

Construido para no durar: la tendencia japonesa de reemplazar las casas cada 30 años

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...

Comentar Publicación