El conjunto de la Iglesia del Santísimo Redentor en Las Chumberas, un barrio residencial de la isla canaria de Tenerife, obra del arquitecto Fernando Menis, fue culminada en 2022 tras 15 años de construcción, proporcionando desde entonces un equipamiento público que, además de la propia iglesia, incluye un centro comunitario y una plaza rodeada de vegetación que se convierte en un lugar de encuentro y relación para todos los vecinos del lugar.
Fuente: Arquitectura y Empresa
El edificio está constituido por un conjunto de volúmenes de hormigón visto que, con su morfología y textura, aluden al origen volcánico de la isla, contrastando intencionadamente con el conjunto de bloques residenciales que lo rodea, convirtiéndose en un nuevo hito del barrio.
En planta baja se encuentra la iglesia, con una nave central diáfana, rodeada de un conjunto de pequeños espacios de servicio y una recogida capilla en uno de sus laterales, con la que comunica a través de unas puertas de hierro que permiten mantener la conexión visual con el espacio principal.
La mitad de la planta se libera en la totalidad de la altura del edificio, creando un volumen de triple altura en uno de cuyos extremos se sitúa el altar, marcando así la relevancia de este elemento, la cual queda enfatizada por el inteligente uso de la luz natural, que se filtra por ranuras practicadas en la piel del edificio, que crean una ilusión espacial acorde al carácter espiritual del edificio.
La otra mitad de la nave central se comprime, creando un espacio más íntimo y recogido, donde se sitúa la pila bautismal.
El espacio superior se divide en dos niveles donde se distribuyen otros espacios del edificio, con salas de reuniones plurifuncionales y baños que dan respuesta a distintas necesidades de los vecinos del barrio.
El gran contenedor, desde el exterior, se reconoce como 4 volúmenes diferenciados, definidos por rasgaduras resueltas con una piel de vidrio y acero.
El acabado del hormigón en su cara exterior es liso, con un marcado rayado que evoca la naturaleza geológica del lugar.
Por el contrario, en el interior, las texturas lisas se combinan con las rugosas de fuerte relieve que permiten mejorar las características acústicas del lugar.
Asimismo, la masiva envolvente de hormigón, de gran inercia térmica, garantiza el confort del espacio interior minimizando el consumo energético.