La transformación digital ya es una realidad en la gran minería, y Chile, como un actor relevante del mercado mundial, se encuentra inmerso en este desafío. De acuerdo al Índice de Transformación Digital, los proveedores del sector alcanzaron un desempeño 13% superior respecto a la media nacional.
Fuente: Comunicado de Prensa
Columna: Mauricio Gomez, Consultor de Arcadis Chile
Se estima que la mitad de las compañías del sector, han incrementado en hasta un 25% su inversión en tecnologías para acelerar su integración digital.
Otros reportes dan cuenta que tres de cada cinco compañías mineras en el país ya cuentan con áreas especializadas y planes concretos para impulsar la transformación digital. Esto ha permitido que la industria avance significativamente en la materia, con el objetivo de lograr operaciones más eficientes, seguras y sostenibles.
Estos beneficios no solo buscan reducir la exposición a tareas críticas, sino también optimizar procesos y maximizar la productividad en sus operaciones.
Sin embargo, la tecnología, así como las oportunidades derivadas de su adopción, no son por sí solas suficientes para generar un cambio real. Se necesita de visión y experiencia para liderar este proceso, que será determinante para el futuro de la actividad. No es posible pensar hoy en una gran minería que, en la era de la crisis climática y la revolución 4.0, no evolucione digitalmente.
El valor de estas herramientas no solo depende de su aplicación, sino también de la experiencia técnica y el conocimiento del negocio que aportan los profesionales de las compañías y sus consultores estratégicos.
Hay consenso en la industria que la clave del éxito está en integrar las nuevas tecnologías, junto con el conocimiento de sus equipos y consultores estratégicos, que aportan conocimiento y experiencia.
Esta combinación permitirá que, al implementar herramientas digitales, se asegure que cada desarrollo genere un impacto tangible en el desempeño y sostenibilidad del negocio, logrando el cumplimiento de objetivos de eficiencia, seguridad, control de riesgos, optimización de costos, y compromisos y regulaciones ambientales.
El éxito de la transformación digital no se mide por la cantidad de tecnologías que una organización adopte, sino por cómo estas se traducen en mejoras concretas que agreguen valor al negocio.
Estas soluciones, en definitiva, son solo el punto de partida: el verdadero cambio sucede cuando las personas aplican su conocimiento y habilidades, logrando operaciones seguras y sostenibles, en línea con los objetivos del negocio y las expectativas de las comunidades.