Con tecnología e innovación, la construcción ha logrado mejorar sus plazos y hacer más sustentables sus procesos, disminuyendo los residuos y las emisiones de CO2 mientras aumenta la productividad.
Fuente: Diario Financiero
En Chile, cada vez más actores se están sumando al mundo de la construcción industrializada, no solo por las certezas que ofrece en cuanto a plazos y costos, sino también porque permite un mejor manejo de residuos. En el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), describen este tipo de obras como aquellas que se realizan mediante un procedimiento seriado, repetitivo, rítmico y estandarizado, que puede incluir prefabricados, realizados en sitio, robotizados, automatizados, entre otros.
‘Esta definición implica metodologías de trabajo distintas, buscando el diseño integrado y colaborativo para avanzar en búsqueda de un desarrollo óptimo de los proyectos. Gracias a ello, se pueden alcanzar ventajas como el control sobre los procesos, plazos y costos de los proyectos; mayor certeza; mejora en calidad; mejora en seguridad; reducción de pérdidas; y un mejor desempeño ambiental por reducción de residuos, ruido, polvo, entre otros’, explica Katherine Martínez, subgerente de Desarrollo de la CDT de la Cámara Chilena de la Construcción y directora del CCI.
En síntesis, obras más rápidas, más eficientes y más limpias. O bien, como describe Oscar Sinnreich, jefe de Marketing de Volcán, ‘hacer los procesos dentro de un ambiente controlado, evitando reprocesos, mermas y optimizando los rendimientos en la ejecución’.
Por su parte,Verónica Oyarzún, gerente de Nuevos Negocios del Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTeC) destaca que la construcción industrializada favorece la optimización, el uso de recursos y materiales, y aumenta las medidas de seguridad, gracias a los entornos más controlados. Además, disminuye riesgos y externalidades, junto con reducir las emisiones de C02.
‘Un aspecto relevante al construir en fábrica o en un entorno regulado es que permite minimizar las incertidumbres y riesgos que puedan existir al finalizar el proceso y reducir así los problemas constructivos que puedan acontecer en el futuro. Además, el proceso de diseño y de producción está mucho mejor coordinado y automatizado, lo cual permite un mayor control del gasto y del tiempo’, explica la ejecutiva de CTeC.
Y es que, debido al mejor conocimiento del proceso, los errores se reducen mientras el trabajo se desarrolla colaborativamente para anticiparse a situaciones complejas. Incorporar a los equipos de trabajo de manera temprana contribuye, según Oyarzún, a definir las fases de ejecución más claramente, evitando la improvisación en obra.
Reactivando la economía
En un escenario marcado por la inflación y otras externalidades, la industrialización aporta respuestas concretas, especialmente en un contexto donde deben considerarse factores como los que detalla la directora del CCI: alzas en el costo de materiales, escasez de mano de obra, aumento en las tasas de interés y requisitos de desempeño ambiental. ‘Nos ofrece certezas en costos, plazos y sustentabilidad, y permite hacer un uso eficiente de recursos, para atender necesidades crecientes como son vivienda e infraestructura’, acota la ejecutiva.
En este aspecto, valora la constante innovación del sector, que ha permitido que sea cada vez más común el empleo de materiales reciclados y eficientes, fomentando con ello una economía circular.
Asimismo, la incorporación de mujeres a los procesos -que observan en el CCI- está dando buenos frutos. ‘Esto nos habla de un sector que se está renovando hacia la sostenibilidad y que genera nuevas oportunidades de empleo’, dice Katherine Martínez.