Todas las personas conocen los materiales de construcción que han sido utilizados tradicionalmente para la edificación de todo tipo de viviendas.
Fuente: Murcia.com
Con el paso del tiempo, estas tendencias han ido avanzando hacia el abandono progresivo de estos materiales en detrimento de otros más novedosos debido a diversos factores. En este artículo, se puede conocer cuáles son estas tendencias y cómo van a cambiar la forma en la que el mundo estará construido.
Materiales sostenibles
La sostenibilidad es un factor de gran importancia en todo tipo de empresas en la actualidad, y en la construcción no podía ser menos. Este tipo de recursos ya se han venido utilizando en los últimos años, pero se espera que, en los próximos años experimente un cambio exponencial.
Los materiales de construcción sostenibles se caracterizan por el bajo impacto medioambiental que causan, permitiendo una reducción de la cantidad de energía empleada en la producción y distribución, tanto de mano de obra como en el uso de vehículos industriales, como puede ser el camión grúa o las furgonetas, por último, ofrecen la posibilidad de ser reciclables y biodegradables.
Entre los diferentes ejemplos de materiales sostenibles, se pueden encontrar algunos como el bambú, el corcho, los ladrillos de arcilla y de adobe, los paneles solares, el hormigón celular y los revestimientos ecológicos.
Materiales inteligentes
Estos materiales pueden cambiar sus propiedades en función de diferentes estímulos. Sus funciones son tan variadas que pueden ir desde el aislamiento, ya sea térmico o acústico, a la seguridad o a la capacidad de cambiar la transparencia de las ventanas para regular la cantidad de luz óptima que debe entrar en un edificio.
Algunos ejemplos que se pueden encontrar en este apartado, son los vidrios, los paneles de pared y los aislantes térmicos inteligentes o los materiales de construcción que cambian de forma
Materiales impresos en 3D
La impresión 3D siempre ha sido algo que ha llamado la atención en todo el mundo, desde su aparición en la gran pantalla. Actualmente, ya es común encontrar contenido de este estilo más allá del cine en videojuegos, páginas web, mapas y planos…
Con el paso de los años, ganarán más y más peso en este sector. La impresión de este estilo ofrece ventajas como puede ser, la producción de piezas complejas y personalizadas de forma rápida y eficiente, además de permitir una gran reducción de residuos y de materiales durante el proceso de construcción en comparación con los materiales más clásicos.
Entre los materiales 3D más utilizados, se encuentran con varios de los materiales más habituales en la construcción tal y como se conoce, como pueden ser el hormigón o los ladrillos o incluso elementos como puentes, fachadas o el mobiliario.
Materiales de construcción transparentes
Este recurso ya ha sido empleado en los últimos tiempos, sin embargo, nada parecido a lo que se espera para el futuro.
Ello se debe a los constantes avances tecnológicos que existen y que van a permitir la elaboración de este tipo de productos con un nivel de resistencia y durabilidad más elevada que aquellos que han diseñados anteriormente. Los edificios a los que se dirigirán serán a aquellos que cuenten con una gran luminosidad y que sean grandes y espaciosos, ya que su principal virtud será la de conseguir concentrar la mayor cantidad de luz natural posible, reduciendo en su máxima medida la luz artificial.
Los materiales transparentes más comunes son el vidrio, el cual ha sido el más utilizado históricamente, el policarbonato, que está diseñado para la construcción de techos y paredes en invernaderos o edificios con gran nivel de exposición solar, el acrílico, que se manifiesta principalmente en los elementos de los centros comerciales y residenciales, el Etileno TetraFluoroEtileno, enfocado a los centros deportivos y la resina.
Materiales auto-curativos
Son aquellos que permiten reparar pequeñas grietas o daños superficiales de forma automática. En el futuro, se espera que estos materiales cuenten con más funciones y responsabilidades y no solo se utilicen en la construcción de edificios, sino también de otros elementos como pueden ser los puentes o las carreteras. Esto ofrecerá una reducción de costosos trabajos de reparación y mantenimiento, mejorando la seguridad y la durabilidad de las infraestructuras.
Los ejemplos más destacados pueden ser: Los polímeros, que cuentan con microcápsulas con líquidos que se rompen cuando el material se daña, liberando un líquido que se endurece llenando las grietas.
También se destaca el cemento autocurativo, formado por bacterias que producen carbonato de calcio, el cual restaura la integridad estructural. Además, hay que tener en cuenta los metales autocurativos, que se activan por una reacción química gracias al compuesto que los forma, evitando que el daño se produzca y se acrecente debido a la formación de una capa protectora. Finalmente, los materiales compuestos, que están formados por la unión de varios de los productos nombrados anteriormente (metales-polímeros, polímeros-cemento).
La industria de construcción se encuentra en constante cambio y desarrollo, y aunque este proceso ya lleva años en marcha y sigue aumentando, no se puede predecir un plazo específico en el que el uso de estos materiales sea mayoritario.
El cambio contará con diferentes grados, que dependerá de factores como la investigación e inversión en este tipo de materiales, la adopción y regulación de normativas que fomenten el uso de estos, y la disposición de los propietarios de adoptar nuevas tecnologías y materiales.
Si esto se da como se espera, hay estar atentos porque los edificios del futuro están más cerca de llegar de lo que se puede llegar a imaginar.