Investigadores de la UPM han analizado el impacto de este tipo de soluciones, basadas en los principios de la naturaleza a la hora de reducir los efectos de las islas de calor urbanas sobre la salud de las personas.
Fuente: Universidad Politécnica de Madrid
El cambio climático ha traído consigo fenómenos extremos en lo que a las temperaturas se refiere que están afectando a las ciudades que deben hacer frente al desafío de reducir sus efectos para mejorar la calidad de vida de la población. Utilizar soluciones basadas en la naturaleza (SBN) puede ser una opción para revertir esos efectos. Y precisamente la viabilidad de estas soluciones es lo que ha tratado de analizar un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha tomado como modelo el caso del Matadero de Madrid, una de las instalaciones más emblemáticas de la capital.
“En el caso de ciudades grandes el estrés térmico de sus habitantes se dispara por el efecto Isla de Calor Urbana, que hace que las urbes experimenten temperaturas más altas que las zonas circundantes debido a la actividad humana” La causa principal son la acumulación de estructuras, como edificios, aceras o asfaltos, que absorben más calor y lo liberan más lentamente, al revés que parajes naturales como bosques, ríos o lagos”, explica Francesca Olivieri, investigadora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPM (ETSAM-UPM) y una de las autoras de este trabajo.
Reducir los efectos de esas islas de calor es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los arquitectos en estos momentos y la posibilidad de utilizar soluciones basadas en la naturaleza puede ser una opción para conseguirlo.
Pero, ¿qué son las soluciones basadas en la naturaleza? “Entendemos por Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) una serie de enfoques, acciones o procesos que utilizan los principios de la naturaleza para dar solución a distintos problemas relacionados con la gestión territorial y urbana como la adaptación al cambio climático, la gestión de los recursos, del agua, la seguridad alimentaria o la calidad del aire y el entorno”, explica la investigadora de la UPM.
Para analizar cómo puede este tipo de soluciones mejorar el comfort térmico de la población, los investigadores de la UPM simularon escenarios de mitigación con SBN que mejoren el confort térmico en las zonas exteriores del edificio de Matadero de Madrid cumpliendo con regulaciones legales, administrativas y culturales actuales.
La sombra, clave en la reducción del estrés térmico
“Matadero Madrid suele albergar actividades y eventos en sus zonas exteriores, pero en el verano las temperaturas extremas imposibilitan su uso durante gran parte del día”, explica Olivieri. “Por ello, se planteó un escenario de mitigación combinando tres soluciones: dosel arbóreo, dosel fabricado y un área verde de descanso”.
Para cada una de esas propuestas, los investigadores analizaron cuatro variables: radiación solar directa, velocidad del viento, temperatura del aire y humedad relativa, empleando para ello cuatro puntos de medición distribuidos en distintas zonas del lugar. Adicionalmente, para evaluar el impacto del escenario de mitigación, se calculó el parámetro bio-meteorológico del Voto Medio Estimado (PMV), un índice de confort térmico definido como el valor medio de los votos de un grupo de personas respecto a la sensación térmica.
“La combinación de las tres soluciones logró mejorar significativamente el confort térmico, pero sin conseguir un nivel óptimo para el Voto Medio Estimado (PMV), incluso manteniendo valores entre 3 y 4 en ciertas horas del día (12 h-18 h), que corresponden a sensaciones calientes y muy calientes. Los resultados mostraron que el escenario de mitigación tiene un impacto en la radiación solar directa y en la velocidad del viento, pero no afectan la temperatura del aire ni la humedad relativa”.
Los investigadores constataron además que, de las tres soluciones propuestas, no todas tenían el mismo impacto a la hora de reducir la sensación de calor.
“Las soluciones que proveen sombra a los visitantes (dosel arbóreo y fabricado) son claves en la reducción de estrés térmico, resultando más efectivo el fabricado, por su capacidad de tapar completamente el sol, mientras que el dosel arbóreo presenta distintos niveles de sombra, dependiendo de la densidad de la cubierta de su follaje. La solución de un área de descanso verde no tuvo efectos considerables en el confort térmico”, explica Louise-Nour Sassenou, investigadora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPM (ETSAM-UPM) y una de las autoras de este trabajo.
Para los investigadores de la UPM, los resultados de este trabajo que ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, son importantes ya que refuerzan el papel de las soluciones basadas en la naturaleza para contrarrestar los efectos del cambio climático: “Nuestro estudio ha demostrado que la integración de las SBN en las ciudades permite mitigar el efecto de las ICU y disminuir las temperaturas del aire, además de diseñar espacios exteriores atractivos y confortables para los ciudadanos”, explican.
Además, añaden, trabajos como este pueden ayudar a los responsables políticos a explorar estas posibilidades ya que aporta recomendaciones, a través de la simulación de un escenario concreto. “Al ser un valioso activo de las ciudades mediterráneas, el patrimonio edificado puede incluir estrategias SBN para desarrollar una red de infraestructura verde más conectada que mitigue los efectos del cambio climático y las temperaturas extremas en los ciudadanos”, concluye.