La pandemia impactó en los hábitos sociales: se buscan propiedades de construcción sustentable, con espacios libres. El mundo inmobiliario toma nota de las nuevas necesidades y requerimientos. 

Fuente: Noticias Perfil

En el ámbito social, la pandemia provocó un cambio de tendencia que lleva a la sociedad a demandar modelos de construcción sustentables, espacios naturales, libres, lejos del encierro. Todas demandas que, tiempo atrás, eran impensadas para el diseño mismo de las ciudades. Así se refleja en los estudios que analizan los fenómenos urbanísticos. “Se modificó la relación con los espacios verdes. La gente tiene el deseo de conectar con la naturaleza, oxígeno y lo vivo, en lugar de la imagen lúgubre de la pandemia, la muerte y del peligro. Lo verde y la naturaleza fueron una gran ayuda. Se ve un movimiento de gente mudándose a lugares con espacios libres, terrazas, balcones hasta con espacios para tener macetas”, destaca Ximena Díaz Alarcón, directora de la consultora Youniversal.

Lo que se pensaba que sólo iba a impactar en temas sanitarios o económicos, también lo hizo en los hábitos de las familias. Patricio Rozenblum, director de Desarrollos de PBG Desarrollos, empresa del Grupo Oslo, también es de los que opina que “definitivamente hay una tendencia en el mercado a demandar espacios abiertos más generosos. Tanto en las zonas privadas de los departamentos como balcones y terrazas, como en las partes comunes del edificio”. Desde su visión, “es una tendencia que, si bien ya existía antes de la pandemia, se aceleró por el encierro, que puso en evidencia la necesidad de contar en casa o en la oficina, con un lugar al aire libre”.

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Esta es una opinión generalizada en el mercado del real estate: “Antes, un edificio con terrazas verdes y paneles solares no era noticia. Hoy, parecería que cambió el mundo. En la construcción, se venía utilizando. Hace años era caro, ahora se hace más económico con la sustentabilidad. Se adelantó el uso de tecnología en los edificios. Llamas al ascensor desde el celular, encender las luces, el aire acondicionado. Ahora, es noticia no tener estos aspectos, o no ser sustentable”, se suma Alejandro Ginevra, de GNV Group.

Las cartas están echadas. El mercado inmobiliario es otro de los sectores que debe reconfigurarse. “Hoy los clientes buscan una vivienda urbana lo más parecida a una casa suburbana, con vistas y verde, pero que pague costos de mantenimiento y expensas lo más acomodados posibles. Obviamente, los grandes balcones son los más demandados post pandemia”, describe Germán Gómez Picasso, de Reporte Inmobiliario. Y las constructoras tomaron nota. “La gente ahora comprendió que puede trabajar desde la casa y desde un espacio abierto. Por ejemplo, nosotros habíamos planificado espacios cerrados para coworking, entrenamiento o esparcimiento. Y después adaptamos todo a lugares al aire libre, porque es lo que se demanda”, apunta Jaime Garbansky, del Grupo ECIPSA.

La referencia de Garbansky no es casual. Con una inversión inicial de más de US$ 30 millones para la primera etapa (se estima que el desembolso final llegará a los US$ 100 millones), ​​el Grupo ECIPSA desembarcó en el barrio de Devoto (Argentina) con el proyecto “MilAires”, un complejo residencial que estará emplazado en un terreno de 30.000 metros cuadrados.

“Si en la ciudad de Buenos Aires salimos a mirar fachadas, vamos a ver que es bastante habitual encontrar edificios de 40 o 50 años hacia atrás que se construían sin balcones o con balcones muy chiquitos tipo balcón francés. En cambio, en edificios de menor edad, no se encuentran fachadas sin balcones, hoy es inimaginable no dotar a un departamento de balcón ante la posibilidad de hacerlo. ¿Quién no querría tener ese espacio adicional al aire libre?”, agrega Rozenblum.

Más allá de las políticas públicas que apuntan a crear más plazas o zonas “verdes” en medio del cemento, los privados ya tomaron nota de las demandas insatisfechas de los nuevos compradores.

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“El fenómeno es 100% global”, subraya Gómez Picasso. Ginevra coincide: “Este fenómeno es global, no solo de la Argentina. Hay muchas cosas que habrá que aprender. ¿Cómo serán? No me animaría a predecir cómo será volver a la nueva normalidad. ¿Qué implica esa nueva normalidad? ¿Qué demandarán las empresas? ¿Cuántos días de presencialidad se demandarán? No hay nada claro aún”. Rozenblum se suma: “Es un fenómeno global que viene dado por una tendencia que ya existía antes de la pandemia, en la búsqueda de una vida más conectada con lo natural, la vida sana, la alimentación saludable y la conexión con la naturaleza y el aire libre. La pandemia simplemente aceleró este proceso que ya estaba en marcha”. El brote verde, versión ladrillo.

La pandemia cambió muchos aspectos de la vida en todo el planeta. Uno de los aspectos en los que se evidenciaron estas nuevas demandas fue en lugares para vivir. En ese sentido, Díaz Alarcón, destaca que “se reconfiguró la relación de la gente con sus espacios y el lugar donde se vive. Ahora, se prioriza cómo queremos vivir al darnos cuenta de que nos pusimos a pensar que se puede vivir de una manera diferente”. La socióloga relata que en los estudios de mercado se observa que “cambiaron los espacios de la ciudad, el microcentro, no solo acá, sino en todo el mundo y nos preguntamos por qué estar tanto en el centro de una ciudad”.

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