Los nuevos materiales de construcción también se han subido a la cresta del tsunami tecnológico en el que nos encontramos.
Fuente: I’mnovation Hub
Si los romanos levantaran la cabeza no darían crédito con cómo ha evolucionado la edificación desde que ellos asentaran muchos de los fundamentos en lo que a materiales y a técnicas se refiere.
Madera translúcida, cemento luminiscente, ladrillos fabricados con colillas, hormigón para urbanizar Marte… Un sinfín de materiales del futuro que, a priori suenan a extravagancia, pero que forman parte de los proyectos de investigación de muchas universidades y empresas que trabajan con dos objetivos claros: repensar la arquitectura para hacerla más innovadora y, sobre todo, sostenible. Veamos algunos de ellos.
Con este nuevo material de construcción si alguien te dice “toca madera” no sabrás dónde mirar, porque un equipo de investigación del Royal Institute of Technology de Estocolmo ( KTH) ha desarrollado un método capaz de conseguir que esta parezca cristal.
El proceso consiste en extraer la lignina presente en las paredes celulares de las plantas y, después, sustituirla por un polímero plástico que tiene alrededor de un 93% de transparencia. El resultado es una estructura muy parecida a la madera pero translúcida, con un 85% de transparencia para ser más exactos. Con este nuevo material se podrían construir, por ejemplo, ventanas solares de madera no solo más resistentes que el cristal, sino con unas excelentes propiedades mecánicas, lo que lo convertiría en una materia prima ideal para las células solares gracias a su ventaja económica y a su abundancia.
Cuando llegan los meses de verano los aparatos de aire acondicionado se convierten en nuestros principales aliados contra el calor. Pero esto podría cambiar gracias al material que han desarrollado unos estudiantes del área de Construcciones Inteligentes del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña. Se llama Hydroceramic, un material para revestir fachadas compuesto de arcilla e hidrogel que es capaz de enfriar el interior de un edificio hasta 6ºC cuando hace calor.
Este nuevo material de construcción consigue su propósito de enfriamiento gracias a la evaporación. Utiliza las propiedades del hidrogel para absorber hasta 500 veces su propio peso en agua que, cuando sube mucho la temperatura, se evapora hasta conseguir disminuir la del interior del edificio y aumentar la humedad de su ambiente. Según las pruebas que han realizado, el mejor material para acompañar al hidrogel es la arcilla.
Uno de los principales beneficios de este innovador material de construcción es el ahorro energético, ya que su utilización en las viviendas podría suponer una reducción del 28% del consumo de electricidad.
La costumbre de fumar no solo conlleva serios problemas de salud, sino que además, genera cada año kilos y kilos de basura en forma de colillas. Ahora un grupo de investigadores de la Universidad RMIT de Australia (Melbourne Institute of Technology) le han encontrado a este desecho un destino con el que se les podría dar un uso más ‘constructivo’: servir como material de edificación.
El equipo dirigido por el Dr. Abbas Mohjerani ha descubierto que si a los ladrillos de arcilla se les añade tan solo 1% extra de colilla de cigarrillo, se puede reducir la energía necesaria para su cocción y, en consecuencia, el coste de su producción. Parece que durante el proceso de cocción, algunos de los contaminantes solubles de este desecho son atrapados en los ladrillos reduciendo futuros problemas de contaminación ambiental. Según los investigadores, añadiendo una cantidad de alrededor del 1% de colillas en la fabricación, los ladrillos serían más ligeros que el estándar y se podría ahorrar un 18% o más de la energía necesaria para su elaboración.
El siguiente ejemplo de materiales del futuro va de carreteras luminiscentes. Y es que un investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de México, José Carlos Rubio Ávalos, ha creado el primer cemento capaz de irradiar luz, lo que podría ser una solución extraordinaria para alumbrar caminos y edificios sin necesidad de instalaciones eléctricas.
Gracias a un proceso de modificación de la microestructura del cemento, el material alcanza en su superficie una textura que es capaz de captar la luz. Según su creador, el material puede emitir hasta 12 horas de luz si permanece expuesto a la energía solar durante el mismo período de tiempo.
El principal hándicap de este nuevo material, al menos por el momento, es el alto coste de fabricación comparado con el cemento tradicional. Pero su estandarización podría ser una revolución en la construcción de carreteras en zonas sin iluminación y, de paso, reduciría el uso de plásticos y polímeros propios de las instalaciones eléctricas.
La colonización del espacio exterior ya no es un simple argumento cinematográfico. Poco a poco se va desarrollando toda una maquinaria alrededor de una idea que puede estar más cerca de lo que pensamos. La impresión 3D como técnica de construcción en Marte es una de las innovadoras propuestas que podrían ayudar a conseguirlo y, ahora, según un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern, la fabricación de cemento sustituyendo el agua por azufre puede ser otra prometedora sugerencia.
Si viajamos hasta el planeta vecino, parece probable que el agua será un recurso escaso y muy valioso, de ahí la importancia del proyecto. Desde los años 70 se trabaja en la viabilidad de este nuevo material de construcción, pero hasta ahora el enfriamiento del azufre provocaba cavidades y tensiones internas en el cemento que debilitaban su estructura. El equipo de esta universidad americana, sin embargo, ha sido capaz de producir un hormigón con azufre y un agregado que simula el suelo de Marte (una mezcla de dióxido de silicio, óxido de aluminio, óxido de hierro y dióxido de titanio) lo suficientemente compacto, por lo que podría convertirse en uno de los materiales del futuro más sorprendentes.