Más de cuatro millones de toneladas. Es el peso abrumador del Palacio del Parlamento en Bucarest. Analizamos la construcción y las curiosidades del segundo edificio administrativo más grande del mundo tras el Pentágono de Estados Unidos.

Fuente: Sacyr

Del One World Trade Center a la Pirámide de Keops pasando por la Gran Mezquita de La Meca y el Burj KhalifaSon algunas de las estructuras más pesadas del mundo. Pero el primer puesto lo ostenta un edificio en Bucarest, la capital de Rumanía, que ostenta unas cifras de vértigo. Se trata del Palacio del Parlamento, que pesa cuatro millones de toneladas. Así se levantó esta megaestructura que, según el Libro Guinness de récords mundiales, cuenta con 700.000 toneladas de acero y bronce, 1 millón de metros cúbicos de mármol, 3.500 toneladas de cristal y 900.000 metros cúbicos de madera.

Los misterios del edificio más pesado del mundo

El Palacio del Pueblo pero sin el pueblo

Tras el terremoto del 4 de marzo de 1977, el dictador Nicolae Ceaușescu inició un plan para reconstruir Bucarest. El líder de la era comunista de Rumania quería construir un edificio más grande y más impresionante que el Kremlin de Moscú y la Casa Blanca de Washington DC. El resultado fue el Palacio del Parlamento, que en un principio se llamó Palacio del PuebloUn nombre un tanto irónico teniendo en cuenta que gran parte de la población sufría escasez de alimentos y apagones mientras que se invertían 2.000 millones de dólares en este proyecto para las élites.

La construcción, que comenzó en 1984, no estuvo exenta de polémica porque hubo que demoler parte del centro histórico de Bucarest, como iglesias, sinagogas, monasterios y viviendas. La gente recibió un aviso por la mañana para guardar sus cosas y marcharse, y al mediodía llegaron las excavadoras y comenzaron a demoler todo lo que estaba a la vista, según recoge el portal Atlas Obscura, que indica que un total de 40.000 personas fueron desplazadas y 9.000 casas fueron destruidas.

El Palacio del Parlamento es el segundo edificio administrativo más grande del mundo tras el Pentágono. Crédito: Earth 3D Map.

De 1.000 habitaciones a un búnker subterráneo

Más adelante, unos 20.000 trabajadores, 5.000 soldados y 700 arquitectos se pusieron manos a la obra. Las fábricas estatales de Rumania se utilizaron para decorar los interiores con cortinas de brocado plateado y techos con pan de oro. El objetivo era que la construcción durará dos años, pero de las más de 1.000 habitaciones que el edificio tiene en su interior, solo unas 400 están terminadas.

Si por algo destaca este edificio, es por sus magnitudes estratosféricas. Con una altura de 84 metros y una superficie total de 365.000 metros cuadrados, es la segunda estructura más grande del mundo después del Pentágono de Estados Unidos. En su interior, además de un millar de habitaciones, cuenta con una sala de conciertos para 4.000 personas y un centro de conferencias para más de 1.500 personas. Entre las salas, hay alguna que incluso supera las proporciones de medio campo de fútbol, según el periódico The Guardian.

El Palacio del Parlamento alberga el Centro Internacional de Conferencias de Bucarest. Crédito: Partido Popular Europeo.

El Union Hall del palacio cuenta con dos grandes escaleras de caracol que descienden hasta la entrada principal. Ceaușescu quería hacer entradas grandiosas y sincronizadas junto con su esposa. “Era bajo y delicado por su altura, así que hizo reconstruir las escaleras dos veces para que coincidieran con su paso”, explica una empleada parlamentaria a la CNN. Bajo el suelo, el edificio tiene ocho niveles subterráneos. El dictador temía una guerra nuclear, por lo que ordenó la construcción de un búnker con paredes de hormigón de 1,5 metros de anchura para proteger a los líderes del gobierno en caso de un ataque.

¿Convertir el edificio en un parque temático o un casino?

Ceaușescu fue líder de Rumania desde 1965 hasta que fue derrocado y asesinado a tiros en una revolución en 1989. Cuando murió, la mayoría de los exteriores del Palacio del Parlamento se habían completado, pero los interiores no. La administración entrante no sabía qué hacer con él. “No podían permitirse el lujo de demoler los edificios, pero tampoco tenían el dinero para silenciar la temida sensación que emanan. Eran restos profundamente monumentales de este pasado reciente que todos querían olvidar”, señala Emanuela Grama, de la Universidad Carnegie Mellon.

Se valoraron varias propuestas sobre qué hacer con él: de convertirlo en un parque temático a apostar por el centro comercial o el casino más grande del mundo. Pero ninguna se llevó a cabo. A día de hoy alberga el Senado y la Cámara de Diputados de Rumanía, el Centro Internacional de Conferencias de Bucarest y el Museo Nacional de Arte Contemporáneo. Sus gigastescas proporciones y toda la historia que tiene a sus espaldas lo han convertido en una de las principales atracciones turísticas de Bucarest, además de en el escenario de películas y programas de televisión de todo el mundo.

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