Para diseñar muebles, estructuras o incluso edificios, la impresión 3D se está convirtiendo poco a poco en un método popular.
Fuente: 3D Natives
Y las innovaciones en este sector se suceden. En Israel, investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén han desarrollado un método de impresión en que han conseguido madera impresa en 3d capaz de transformar las piezas una vez que han perdido toda su humedad. Presentada recientemente en el evento de otoño de la American Chemical Society, celebrado del 21 al 25 de agosto, esta nueva tinta para madera podría transformar los métodos de construcción del futuro.
Debido a su estructura y a la disposición de las células, la madera cambia naturalmente de forma cuando se seca. Gracias a esta característica, los investigadores pudieron, por ejemplo, imprimir en 3D un cuenco de 1 metro. Para ello, imprimieron en 3D la tinta de la madera en forma circular, de modo que los extremos del círculo se elevaran cuando la pieza se secara. Eran Sharon, uno de los responsables del proyecto, explica la motivación de los investigadores: «Queríamos volver al origen de este concepto, a la naturaleza, y hacerlo con madera».
El desarrollo de la innovación
Para desarrollar esta tinta de madera, el equipo dice haber recogido astillas de otras construcciones. Una vez molida y obtenida la tinta, se preguntaron qué parámetros de impresión eran óptimos para este tipo de aplicación. Tras varias pruebas, se dieron cuenta de que la velocidad de impresión y la orientación de las tiras impresas en 3D desempeñaban un papel importante en la transformación de la pieza. En concreto, estos parámetros determinan cómo se comportará la madera cuando esté seca.
Y aunque ya se han diseñado varias piezas, como utensilios de cocina y muebles, con este método, la investigación de los científicos no se queda ahí. También quieren demostrar que con ciertos parámetros es posible volver a cambiar la forma de la madera. Eran Sharon concluye: «Esperamos demostrar que bajo ciertas condiciones el material es reversible. Queremos demostrar que, en determinadas condiciones, podemos hacer que estos elementos sean reactivos, por ejemplo a la humedad, cuando queramos volver a cambiar la forma de un objeto.