Las bombas de calor para ventanas ayudarán a electrificar los apartamentos de Nueva York. Una iniciativa de 70 millones de dólares desplegará 30.000 bombas de calor eléctricas para proporcionar un confort sostenible a los residentes de las envejecidas viviendas públicas de Nueva York.
Fuente: EcoInventos
A diferencia de los aparatos de aire acondicionado que hacen ruido y gotean agua en los edificios de la ciudad, este aparato zumba suavemente y evita que los transeúntes sufran fugas. Y cuando el pegajoso y sofocante calor de agosto da paso a un frío invierno, la máquina puede calentar la habitación.
La empresa Gradient ha presentado esta semana su nueva unidad de calefacción y refrigeración. A finales del año pasado, las autoridades municipales y estatales de Nueva York invitaron a los fabricantes a desarrollar una nueva tecnología electrificada que mejorara las condiciones de vida y empezara a descarbonizar los edificios de viviendas públicas, muchos de los cuales siguen dependiendo de sistemas de calefacción de gasóleo y calderas de gas anticuados.
El martes, los dirigentes de Nueva York anunciaron una inversión inicial de 70 millones de dólares para instalar 30.000 bombas de calor eléctricas del tamaño de una ventana en apartamentos de toda la ciudad.
Gradient y otra empresa, el fabricante mundial de electrodomésticos Midea America, obtuvieron contratos de siete años para desarrollar y producir dispositivos para la Autoridad de la Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA), que proporciona viviendas asequibles. Los dirigentes de otras ciudades, como Jersey City, Boston y Seattle, dicen que siguen de cerca los avances del proyecto.
El reto del calor limpio forma parte de un esfuerzo más amplio de los gobiernos municipales y estatales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los edificios en un 40% para 2030. Los edificios representan casi tres cuartas partes de las emisiones de la ciudad de Nueva York, en comparación con sólo el 13% del total de las emisiones de Estados Unidos.
La iniciativa también llega en un momento en el que NYCHA se enfrenta a un enorme retraso en las tareas de reparación y mantenimiento de sus deterioradas propiedades, que en conjunto albergan a casi 536.000 personas en unos 178.000 apartamentos.
Las bombas de calor calientan las casas extrayendo el calor del aire exterior y trasladándolo al interior. Para enfriar las habitaciones, los dispositivos funcionan de forma muy parecida a los aires acondicionados, utilizando un líquido de condensación para absorber el exceso de calor en el interior y transferirlo al exterior. Las unidades del tamaño de una ventana que se instalarán en los apartamentos de viviendas públicas están pensadas para sustituir el sistema de calefacción centralizado del edificio, dando a los individuos más control sobre la temperatura dentro de su espacio vital. Lo ideal sería evitar la necesidad de abrir las ventanas en pleno invierno para dejar salir el calor extra, o de enchufar pequeños calefactores en las habitaciones poco calefactadas, con el riesgo de provocar incendios mortales.
Para el reto de diseño, los organismos pidieron a las empresas que desarrollaran sistemas electrificados que no requirieran técnicos especializados para su instalación, que no costaran más de 3.000 dólares por unidad y que pudieran funcionar en climas fríos. El reto también consiste en sustituir las viejas ventanas con fugas de los apartamentos de las viviendas públicas por otras nuevas diseñadas para acomodar mejor las bombas de calor y evitar que se escape el aire.