CDT S-MAO analiza el juego con los pliegues y vacíos estructurales en su obra de formas solitarias, que se presentan como origami construido encaramado en los desolados paisajes de España.
Fuente: Stir World
Para Sancho-Madridejos Architecture Office, la forma construida es una investigación constante de los conceptos espaciales, los edificios solitarios y los seres estructurales de tranquila belleza y función. De espíritu libre y con los pies en la tierra, la obra arquitectónica de S-MAO, con sede en Madrid, España, brilla en su sencillez prevista.
La firma está dirigida por los cofundadores y arquitectos principales Juan Carlos Sancho y Sol Madridejos, quienes “doblan” el hormigón para construir edificios singulares y amplios, donde superficies grises sólidas y vacíos geométricos estratégicos se unen en un coro construido, a la vez, exploratorio, reflexivo y escultórico.
STIR habló con los arquitectos españoles, quienes profundizan en su práctica de casi cuatro décadas, destacando sus inspiraciones, así como su proceso de creación de edificios como unidades únicas donde se unen la estructura, la envolvente, la luz y la forma.
Algo que leí sobre ti: “S-MAO es una práctica matizada y comprometida arraigada en investigaciones en artes plásticas y teoría estética”. ¿Cuáles son tus pensamientos?
Juan Carlos Sancho: A lo largo de los años, nuestro trabajo se ha centrado en la investigación en torno al espacio, investigación que ha dado como resultado diferentes líneas de trabajo, en diferentes conceptos que en algunos casos provienen de otros ámbitos artísticos o culturales, en ocasiones distintos a la propia arquitectura. Vivimos en una época en la que enfoques específicos relacionados con el espacio, como el vacío, el pliegue, el tono o la “densidad del espacio”, ya han sido explorados en campos distintos a la arquitectura, como en la escultura, la pintura, o incluso pensamientos. Todos ellos tienen que ver con el espacio y, por lo tanto, están mucho más cerca del campo de la arquitectura que de otras disciplinas.
Sol Madridejos: Nos centramos muchas veces en utilizar en arquitectura determinados temas que derivan de otros campos artísticos y de épocas diversas de la historia y la cultura, entendiéndolos con medios propios de nuestra práctica arquitectónica. La arquitectura tiene procesos pausados y complejos. A veces ciertos conceptos aparecen más rápido y más directamente en otros campos del arte o del pensamiento, que a su vez ofrecen una investigación casi ilimitada. A lo largo de nuestra trayectoria, nos hemos encargado de trasladar estos conceptos al campo de la arquitectura, con sus tiempos, particularidades y peculiaridades.
Cuéntenos cómo surgió Sancho-Madridejos Architecture Office y describa su viaje arquitectónico a lo largo de los años. ¿Cuáles son algunos de los aprendizajes obtenidos en el camino?
Sol: Comenzamos nuestra carrera como una extensión de nuestro trabajo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, España, estableciendo nuestra oficina incluso antes de haber terminado la carrera. Desde el principio participamos en concursos, incluso ganando algunos, lo que a su vez nos permitió desarrollar y construir algunas obras. No fue así con la mayoría, que ahora son parte de nuestro conocimiento y experiencia, de ideas, temas y soluciones que nunca se han desarrollado. Esta enorme cantidad de trabajo, por otro lado, nos ha ayudado a crear las bases de nuestros proyectos futuros. En cualquier caso, hemos tenido la oportunidad de trabajar con escalas de todo tipo. Desde proyectos muy singulares a pequeña escala hasta grandes desarrollos urbanos, en todos los países, culturas y situaciones.
Juan Carlos: Todos estos proyectos, construidos o no, junto con nuestras reflexiones y análisis teóricos, labores docentes, viajes, lecturas e investigaciones han transformado el contexto en el que se ha desarrollado nuestra carrera.
¿Qué citarías como inspiración para tu práctica arquitectónica?
Juan Carlos: Más que una inspiración directa, nuestra arquitectura es parte de un proceso que se desarrolla a partir de una superposición de variables que se entrelazan, provenientes de diferentes orígenes e impactan en nuestra mirada arquitectónica. Estas variables se pueden clasificar en tres facetas: historia, artes plásticas o técnica. Este enfoque no se refleja en estilos o formas específicas, sino en ideas, ya que las ideas son transferibles de una disciplina a otra o de un momento histórico a otro, mientras que las formas no lo son.
Por ejemplo, tuvimos la oportunidad de conocer al escultor español Eduardo Chillida en San Sebastián y de tener varias conversaciones con él sobre pensamientos e ideas que le interesaban y que nos abrían nuevos caminos. Estas conversaciones nos hicieron mirar conceptos como pliegues o vacíos desde una nueva perspectiva a través del arte y la historia. Pudimos hacerlos nuestros, elaborarlos y trasladarlos a la arquitectura.
Sol: Además, la investigación de Juan para su tesis sobre el sentido cubista de Le Corbusier nos acercó a los procedimientos artísticos y arquitectónicos del aclamado arquitecto. Algunas de sus ideas y postulados han contribuido a nuestra forma de entender y proponer la arquitectura.
Junto a estos ejemplos, viajar y tener la experiencia de visitar las obras de arquitectura construidas a lo largo de la historia, ha sido un proceso de aprendizaje continuo y una vía de conexión con el pensamiento de arquitectos y creadores que nos han precedido.
Estos edificios pueden ser interpretados por un espectador como “origami construido”. ¿Qué tienes que decir al respecto?
Juan Carlos: ¡Esa es una manera interesante de decirlo! Nuestras obras intentan crear una serie de tensiones en un plano con la intención de crear un espacio, que puede ser percibido estéticamente como “origami construido”. Este proceso parte de un pliegue inicial, una sola acción que mantiene intacta la unidad, incluso cuando está plegada. El resultado y la forma final dependen enteramente de las transformaciones que se produzcan; en el caso de un plano, esa es la transformación de un elemento plano. Una transformación que no deja de ser una sola unidad en sí misma.
Por ejemplo, la Capilla de Valleacerón se desarrolla en torno al estudio y manipulación del “caja-pliegue”, colado focalmente. La escala variable del pliegue se encarga de presentar un volumen a veces compacto, pero que se rompe en ocasiones, ofreciendo una serie de espacios -cerrado-compacto, abierto-fragmentado- en constante cambio.
Para la Capilla de Sierra La Villa, el pliegue curvo es una respuesta a tensiones externas complejas de una acción topológica. No es solo origami, es una expresión topológica formal, en equilibrio estructural, que responde a tensiones externas. Se concibe con una entrada amplia, que acoge y conduce hacia un fondo comprimido.
¿Cómo se conceptualiza primero un pliegue arquitectónico y luego se le da vida en la construcción?
Sol: El pliegue nos interesa por su capacidad de generar espacio y por la temática de la unidad, que siempre está presente. Una unidad que este al mismo tiempo formal y espacial, pero también estructural y material. Nuestro trabajo se centra en cómo trasladar estos conceptos de “plegamiento” a nuestra arquitectura y cómo construirla con las circunstancias que le corresponden.
¿Cómo suelen abordar un proyecto?
Juan Carlos: Nuestro enfoque parte de ideas o conceptos previos que hemos trabajado o desarrollado como parte de nuestra línea de investigación, que en su mayoría se materializan en maquetas de varias escalas y materiales. Como resultado, comenzamos trabajando en tres dimensiones. Estas ideas y conceptos, junto con las variables inherentes a la realidad de cada lugar, la situación económica y cultural, el cliente y su encargo, producen respuestas específicas.
En el caso de los pliegues, cada uno de los pliegues base se desarrollan a través de una serie de disposiciones, secciones y modelos hasta lograr la definición completa de la pieza en particular, tanto en términos de geometría como de percepción del espacio realizable.
Los planos aparentemente rectos se inclinan y chocan para formar techos y superficies decoradas. ¿Cómo se te ocurren estos relieves?
Sol: La forma final de nuestros edificios es el resultado de las operaciones espaciales desarrolladas: los pliegues juegan con vacíos y superficies sólidas. No buscamos una forma específica, ya que esta se produce como resultado de las tensiones y fuerzas aplicadas. La forma en sí misma hace que el volumen sea estructuralmente estable, creando un volumen único que no requiere elementos externos para sostenerse. Los modelos de los proyectos le darían una mejor comprensión de esto.
A lo largo de su obra de arquitectura contemporánea , hay un testimonio constante de geometrías limpias y formas monolíticas encaramadas en paisajes que se extienden, ¿eso se hace intencionalmente? ¿Cómo influye este paisaje en los edificios y cómo se asegura un diálogo entre los dos?
Sol: Hemos tenido la oportunidad de trabajar en diferentes entornos, tanto naturales como urbanos, con características y consistencias propias que influyen en la toma de decisiones e intenciones iniciales del proyecto. Partimos siempre de un estudio minucioso de las circunstancias existentes y un análisis de la situación concreta de cada proyecto. A partir de esta génesis, nuestras obras se insertan en el lugar, a partir de estas decisiones iniciales, para generar una nueva realidad, ya que ahora son capaces de modificar el entorno, crear nuevas situaciones urbanas, ordenar y mejorar el paisaje. Así, se hacen propios, se integran en el paisaje, para crear un entorno armónico que no se inmiscuye entre sí.
Hay esquinas agudas o la ausencia de ellas en estas obras, así como pocas ventanas ubicadas estratégicamente, ¿es eso deliberado?
Juan Carlos: Todos los elementos que están presentes son parte de un enfoque específico, un enfoque que atañe a la totalidad de la obra, su escala y su relación con su entorno. Todos estos elementos están, como tales, relacionados entre sí y responden a una pretendida coherencia y unidad, y no elementos diferentes que se ensamblan entre sí.
¿Cuáles son algunos de los materiales y colores que te gustan y que usas para lograr estructuras que parecen fuertes pero aireadas al mismo tiempo?
Juan Carlos: Los materiales que empleamos intentan dar una respuesta clara y coherente a los planteamientos iniciales, así como conseguir una lógica constructiva eficiente. Buscamos siempre utilizar materiales duraderos que sean sostenibles en todo su ciclo de vida.
En el caso de los pliegues, normalmente utilizamos el hormigón, ya que es capaz de expresar la unidad solitaria que buscamos crear, un único material que consigue la necesaria continuidad entre los distintos planos. También utilizamos piedra, vidrio o madera, materiales variados y duraderos que responden al lugar, orientación y uso de las edificaciones. Estos, junto con vacíos estratégicamente ubicados y elementos naturales de agua, luz solar y aire, otorgan a estos edificios la dualidad de parecer robustos pero ligeros al mismo tiempo.
La Capilla de Valleacerón se concibe desnuda, sin iluminación artificial, como un lugar en el que la relación espacial interior-exterior establece su sentido: sólo una cruz y una efigie en el punto focal refuerzan los aspectos simbólicos del proyecto. Aquí, la luz se utiliza como un segundo material, un material que contrasta con el hormigón, que es frágil, cambiante, móvil e inestable, que domina o desaparece.
¿Te acercas a proyectos religiosos como estos de la misma manera que lo haces con otros, por ejemplo, una biblioteca o un bloque de viviendas?
Juan Carlos: A lo largo de la historia, la arquitectura religiosa siempre se ha manifestado como obras únicas, poderosas, que buscan la belleza como algo inherente, que se convierten en un referente en la ciudad y que siempre son pioneras en los avances técnicos de su tiempo. La monumentalidad, la escala y los tamaños se exploran en detalle, se entrelazan con las emociones humanas y se convierten en pináculos construidos de nuestras habilidades y técnicas.
La belleza no es prescindible en nuestra vida; no ha sido así a lo largo de la historia, ni lo es hoy. La arquitectura, que define el hábitat en el que nos movemos, tampoco es prescindible; es una forma de arte alcanzable a la que todos pueden tener acceso. Consideramos la arquitectura de las capillas como ejemplos vivos de expresiones de belleza, lo que significa el valor inconmensurable de la arquitectura en nuestras vidas.
Sol: El enfoque, como se describió anteriormente, sigue siendo más o menos el mismo para edificios de otras tipologías: el proceso, el sitio, el cliente, el clima y mucho más entran en juego que, inevitablemente, cada pieza de material esculpido se vuelve únicos en su enfoque y resultado final.
¿Cuál es la única pieza de arquitectura que permanece, para ti, perpetuamente inspiradora?
Juan Carlos: Dentro de la múltiple historia de la arquitectura, las artes y la cultura global, hay una serie de obras que siguen siendo claves para nosotros, como inspiraciones inagotables, que nos han abierto caminos y ahora forman parte de nuestros procesos de investigación, formando nuestros propios historia dentro de la historia.
Una de estas piezas es el Panteón de Roma , en el que todo se desarrolla desde un solo concepto -una sola unidad- hasta la perfección y precisión matemática. En este edificio, forma, espacio y estructura responden exactamente a la misma idea generadora. Siempre hemos abordado nuestro trabajo con este mismo concepto de unidad, y continuamos haciéndolo.
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