Ante las graves consecuencias de las emisiones de CO2, la revista Nature elaboró una investigación que refleja buenos resultados en caso de optar más por esta materia prima, de aquí al 2100. El potencial de almacenamiento de carbono en edificios hechos de madera es mucho más alto que la contaminación asociada a su producción, repasa el artículo, dándole un importante y valioso respiro al planeta.

Fuente: Madera21

Las emisiones excesivas de CO2, una de las causas del calentamiento global, es tal vez el principal motivo de un reciente estudio publicado por la revista Nature que se vincula directamente a la madera. 

construcción madera

A través de un acabado análisis, la publicación científica “Land use change and carbon emissions of a transformation to timber cities” (2022) destaca el uso de madera de ingeniería para la construcción de edificios y en el camino hacia más “ciudades de madera”, con el propósito de evitar las emisiones asociadas provenientes de otras alternativas materiales. 

Proyecciones obtenidas referidas a la obtención de madera y uso de suelo

El estudio de Nature destaca el uso de madera de ingeniería para la construcción / ArchDaily

Tal como el artículo se encarga de dejar en claro, la madera es un recurso renovable que, por lo general, tiene la huella de carbono más baja que cualquier otro material de construcción. Además, el CO2 almacenado en esta materia prima —que se absorbió del dióxido de carbono atmosférico a través de la fotosíntesis— se conserva, en parte, cuando se utiliza como insumo constructivo, convirtiéndose en un sumidero de CO2 a largo plazo. 

Como dato, según Shared Socioeconomic Pathway 2, encargado de entregar escenarios de cambios socioeconómicos globales proyectados hasta 2100, la mitad de la población mundial vivía en ciudades en 2020 y, haciendo una proyección, la proporción global de la misma que vive en áreas urbanas podría aumentar al 80% para 2100. Aquello significa que, a mediados de este siglo, la infraestructura de nueva construcción —incluidas las nuevas viviendas urbanas— puede superar la que se está construyendo desde el comienzo de la industrialización.

Ante esto, y teniendo presente que la madera se produce mediante la cosecha de plantaciones forestales o bosques naturales —primarios y secundarios—, el hecho de que en 2020 el área de plantación era de 132 millones de hectáreas —es decir, el 8% del área mundial de tierras de cultivo y sólo el 4% del área mundial de bosques naturales—, da el pie para suponer que en el mediano y largo plazo las plantaciones altamente productivas podrían aumentar su producción de madera, mientras alivianan la presión de la cosecha de los bosques naturales bajo estrictos regímenes de protección de la tierra y la biodiversidad. 

Nature presenta una estimación global del cambio de uso de la tierra y las emisiones asociadas / Kitamura Naoya Architects

De esta forma, las proyecciones futuras destacan que las áreas de plantaciones forestales tendrían que expandirse en más del 100% en 2100, en comparación con 2020, incluso sin una demanda adicional de madera para la construcción. Asimismo, para satisfacer una parte considerable de la demanda de madera de ingeniería en el futuro, las indicadas áreas de plantaciones forestales deberían expandirse en más del 200%.

Respecto al uso de suelo, en todos los escenarios del estudio, las tierras de cultivo y las mismas plantaciones forestales se expanden a costa de los bosques naturales desprotegidos y “otras tierras”. Así, se estima que se necesita duplicar su intensificación, impulsada por inversiones en cambios tecnológicos que aumenten el rendimiento —entre 2020 y 2100— para aumentar la productividad de la tierra agrícola. 

Un punto sumamente relevante es que los bosques naturales y la vegetación natural no forestal pueden, en un principio, convertirse en tierras agrícolas o plantaciones forestales, siempre y cuando no violen las restricciones de protección de la tierra y biodiversidad en MAgPIE —Entorno de investigación de proyectos de genoma automatizado multipropósito—; sobre todo, porque puede implicar pérdidas en la biodiversidad y el carbono del suelo. 

Almacenamiento de CO2 en edificios de madera

Las cualidades de la madera como material constructivo fueron destacadas por la investigación / D.B.S.

La cantidad de madera de ingeniería utilizada para construir nuevos edificios urbanos juega un papel importante en la determinación de la cantidad de almacenamiento de carbono a largo plazo en el sector de la construcción. De hecho, se estima que, a mediados de este siglo, el carbono almacenado en edificios hechos de madera superará el carbono almacenado en otros productos de madera. O sea, de rollo industrial. Por consiguiente, a largo plazo se puede ver que el potencial de almacenamiento de carbono en edificios hechos de esta materialidad es, muchas veces, más alto que las emisiones asociadas con la producción de esta misma madera. 

Es más: los signos negativos de las emisiones que se presentan en el análisis sólo reflejan la lógica de contabilidad de carbono en MAgPIE y no corresponden al secuestro activo de carbono en la atmósfera. 

Con toda la información anterior, si pudiéramos hacer un compendio del estudio en sí mismo, Nature presenta una estimación global del cambio de uso de la tierra y las emisiones asociadas —incluido el potencial de almacenamiento de carbono— con la construcción de edificios de mediana altura hechos con madera de ingeniería hasta 2100. Así, el escenario de referencia son edificios urbanos basados en cemento y hormigón, contraponiéndolo con tres realidades hipotéticas en los que se demanda madera adicional para fines de construcción y, también, de la demanda regular de madera.

Finalmente, y como corolario de este trabajo, se podría señalar que la construcción futura de edificios con madera de ingeniería podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, bajando también sus costos generales. Además, si el uso de esta materia prima ya está asociado con la resistencia al fuego, buen comportamiento ante terremotos y con la reducción de desechos durante la faena, el hecho de sumarle el factor descarbonización es una oportunidad única para, realmente, tomar conciencia de futuro respecto a la salud del planeta, de nuestra propia calidad de vida y, también, como una gran opción lucrativa a largo plazo, en lo que respecta a la industria de la construcción y a las llamadas “ciudades de madera”.

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