La arquitectura sustentable deriva del concepto de “sustentabilidad”, es decir, que tiene el objetivo de satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer las de las futuras generaciones
Fuente: El Diario CBA
La arquitectura sustentable es, básicamente, aquella que tiene en cuenta el ciclo de vida de los materiales, la reducción de la cantidad de los mismos, el uso de energías renovables, el reciclaje de residuos, entre otros aspectos. Pero, además, tiende a adecuar el diseño a las condiciones del sitio (geográficas, topográficas y climáticas) y a la cultura donde se emplaza.
Y bien se pueden sumar a la lista primordial aspectos como el diseño de estrategias de iluminación y ventilación natural, la proyección de un uso racional y eficiente del agua, aprovechando aguas grises y de lluvia; el desarrollo de un adecuado aislamiento térmico; el uso de materiales adecuados, en especial que puedan recuperarse, reciclarse y/o reutilizarse, que sean durables, y que no contengan productos peligrosos o contaminantes; la elección de materiales locales para evitar la emisión de gases contaminantes por el transporte, la selección de proveedores cuyos materiales dispongan de certificaciones ambientales, la reducción de las emisiones de CO2 y otros contaminantes, la utilización de los recursos ambientales de modo sostenible, entre otros.
Además, la arquitectura sustentable implica proyectar espacios que sean saludables, viables económicamente y sensibles a las necesidades sociales.
Uno de los mitos más frecuentes en torno a los edificios sustentables es que usan una tecnología muy costosa y compleja. Pero, no es cierto. Según las condiciones del lugar, es posible aprovechar al máximo la dirección de los vientos, la trayectoria de luz, y otras condiciones del ambiente para evitar las tecnologías complejas a nivel energético.
Lo mismo sucede con el aislamiento térmico, la clave para ahorrar en sistemas de calefacción o refrigeración. En el caso de energías como la solar, la inversión a largo plazo implica costos bajos de uso a lo largo del tiempo.
Tampoco es cierto que los materiales para hacer edificios sustentables son costosos e inusuales. En primer lugar, porque uno de los principios que se persigue es utilizar materiales locales, y evitar también así las emisiones del transporte. Y estos materiales locales algunas veces pueden, además, ser una opción más económica y disponible, como el caso de estos paneles de paja.
Otra de las “máximas” falsas en torno a este tipo de arquitectura, es la que afirma que las viviendas sustentables son raras en su diseño.
El aspecto de una vivienda no tiene por qué ser diferente. Pueden lograrse diseños de estilo moderno y sofisticado que respeten el ambiente. Otro de los aspectos difundidos es que los edificios sustentables requieren mucho mantenimiento. Si son elegidos de forma adecuada, los materiales pueden ser de gran durabilidad y resistencia, y aun así ser amigables con el ambiente.
Actualmente, la industria de la construcción es una de las mayores emisoras de dióxido de carbono a la atmósfera en el mundo, consume materias primas, agua y genera residuos. Por eso, si bien por sí sola no resolverá todos los problemas a los que se enfrenta el mundo, por su nivel de impacto la arquitectura sustentable puede reducir los efectos ecológicos producidos por nuestra manera de vivir, y construir.
Sin volver al pasado, sino desarrollando proyectos que aborden los aspectos económicos, sociales y ambientales de las viviendas en que vivimos.