El Reto estuvo dirigido a empresas de todos los sectores en la Región Metropolitana, incluyendo socios y no socios de la CChC, en las áreas de construcción, logística y valorización de residuos. Tras un riguroso proceso de evaluación, cinco de estas alianzas lograron llegar a la final, destacándose por su innovación y compromiso con la economía circular.
Fuente: Edifica
El jurado, conformado por reconocidos expertos en medio ambiente y sostenibilidad, evaluó las propuestas según su innovación y viabilidad. Entre los miembros se encuentran Marisol Cortez, presidenta de la comisión de Medio Ambiente CChC; Javier Obach, gerente Territorio Circular; Nicolás Fernández, presidente Asociación Nacional del Reciclaje (ANIR); Helen Ipinza, representante de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, entre otros.
El premio del Reto de Economía Circular consideró 100 UF para pilotar las dos propuestas ganadoras, además una de ellas recibió tres pasajes para participar en una misión internacional organizada por la CChC en el año 2025.
El primer ganador está conformado por la alianza Kyklos, Refill y Boetsch con el proyecto “Desmoldante R-I”, que busca crear un desmoldante reutilizable y reciclable que reduzca el impacto ambiental en el sector, alineándose con los principios de la economía circular.
Antonio Irarrazaval, representante de la alianza destacó el trabajo realizado con la alianza formada en este concurso, debido a que les permitió “conectar entre los distintos actores de la construcción para buscar soluciones colaborativas y eso es realmente importante porque nos permite identificar problemas y proponer soluciones”. Además precisó que el equipo está feliz de poder implementar el piloto y “seguir aumentando el impacto que generamos en toda la economía circular”. También agradeció la oportunidad de que representantes de su alianza podrán participar en una misión CChC el 2025.
Helen Ipinza, representante de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) fue una de las jurados del concurso quien se refirió al proyecto ganador. “Había una diferencia con los otros proyectos muy importantes, que no solamente se dedicaba a reciclar o reutilizar, sino que estaba en la punta de la pirámide de la jerarquía de economía circular, donde agregaba valor, donde innovaba con un producto nuevo, un producto que además contribuye a la productividad y a la sustentabilidad, porque es biodegradable, pero además que simplifica los procesos de desmoldaje”.
El otro consorcio ganador fue SalfaCorp, Subcargo, Aceros AZA y Polpaico, quienes presentaron el proyecto “Mueve RCD”. Este ambicioso desarrollo se centra en la creación de hormigón circular a partir de residuos del acero, lo que representa un avance significativo en la reducción de desechos en la industria.
Luciana Retamales, representante del equipo ganador, precisó que “estas instancias son muy importantes para poder generar espacios de transformaciones, de colaboración”.
Los próximos desafíos que el consorcio tiene, según explicó Retamales, es empezar a trabajar en torno a la propuesta. “Ya tenemos elegido parte de las obras de Salfa en donde vamos a empezar, a probar este hormigón verde y por qué no empezar a ver posibilidades de expandir el proyecto”.
Conrad von Igel, gerente de Innovación y Sostenibilidad de la CChC destacó la calidad de proyectos que participaron y la colaboración que tuvieron las alianzas para enfrentar desafíos del sector. “El trabajo colaborativo es una de las cosas más importantes a rescatar del Reto de Economía Circular. En segundo lugar, el hecho de que sí es posible desarrollar esto como una oportunidad de negocio y no como una imposición normativa. Y que por ende la economía circular es en sí misma una oportunidad y no un problema”.