Estos humedales que imitan las propiedades de sus pares naturales, se posicionan como una nueva alternativa para hacer frente a la escasez del recurso hídrico.
Fuente: DF
Con el fin de hacer frente a la sequía y buscar nuevas fuentes de agua, en octubre del año pasado comenzó a gestarse una iniciativa para “construir” humedales para depurar aguas grises y reutilizarlas en riego en localidades cercanas a Valdivia.
El proyecto -que considera una inversión de $ 74 millones- es una iniciativa público-privada liderada por Fomento de Los Ríos -que agrupa a Corfo y Sercotec de la región- y en la que participan centros y universidades, que contempla la construcción de dos humedales piloto para probar la técnica y tecnología.
El coordinador del proyecto, Gianfranco Moris, explica que se busca “construir” humedales que imitarían la dinámica de los naturales para depurar las aguas grises provenientes de viviendas y reutilizarlas en jardinería y agricultura familiar campesina.
El primero, ubicado en el sector de Pellines en Valdivia, está ad portas de terminar su construcción en los próximos días. “Este humedal está en un predio experimental que tenemos en la Cooperativa de Aprendizaje en Restauración Ecológica y Permacultura (Carep), que está inserto en plena selva valdiviana, en un sector rural costero, está pensado para un uso diario de 30 personas”, señala Moris.
El segundo piloto se construirá para una vivienda de un condominio -en edificaciónen el sector periurbano de Estancilla. La idea es que se tome de referencia como un sistema de tratamiento para las aguas grises de las viviendas.
Funcionamiento
A través de técnicas de ingeniería, estos humedales se construyen imitando la dinámica de sus pares naturales, basando su funcionamiento en las propiedades de las plantas y velocidad en que corre el agua para depurar, con capacidad de reducir hasta en un 99,9% olores y mosquitos.
En detalle, Moris lo describe como “un humedal de flujo subsuperficial vertical, que significa que no ves el agua, si no una piscina rectangular, que abajo tiene un estrato de grava, al medio uno de arena, y en la superficie tiene un estrato de grava y también ahí se ponen plantas presentes en los humedales, como el junco, o la totora, las mismas que están en su entorno”.
Para el proyecto también es vital la participación de la comunidad, explica Moris.
La idea es que ellos sepan manejar esta solución de forma autónoma, para realizar labores posteriores con el agua depurada, pues debe pasar por procesos de cloración o postratamiento de desinfección contra patógenos que el humedal no puede eliminar.
“A escala regional, hemos tenido interés de servicios públicos, universidades, juntas de vecinos y ONG. Eso da luces de que existía la necesidad y faltaba el traspaso de conocimiento de estas soluciones. No han habido espacios para juntar a las personas y mostrarles cómo funciona y cómo se implementa”, detalla Moris.