“Cycling Through the Heathland” es parte de una red de ciclismo turístico que permite conocer la provincia belga de Limburgo. El puente está formado por columnas y vigas de madera entrelazadas, al igual que sus muros, en los que se utilizó madera de pino local.
Fuente: Madera21
Los estudios de arquitectura Maat-Ontwerpers y Bart Lens han creado un carril para bicicletas, llamado “Cycling Through the Heathland”, como parte de una red de ciclismo turístico a través de la provincia belga de Limburgo. Ubicado en el Parque Nacional Hoge Kempen, éste atraviesa el brezal de Mechelse Heide, una de las áreas más grandes de brezal de Flandes.
Construido para la organización turística Visit Limburg, el carril tiene cuatro kilómetros de largo e incluye un puente de madera de 300 metros de largo, que ofrece vistas panorámicas de los brezales y bosques de pinos circundantes.
“Este carril es el tercero de una serie de proyectos ciclistas innovadores que permiten experimentar los paisajes únicos de Limburgo a través de la red de nodos ciclistas”, dijo el presidente de Visit Limburg, Igor Philtjens. “Con esta nueva experiencia, estamos demostrando que Limburg continúa innovando en el cicloturismo”.
Otras experiencias ciclistas creadas en la provincia incluyen una ciclovía de 200 metros, que lleva a los ciclistas a través de un estanque y una pista elevada de 700 metros y que permite a los usuarios pedalear hasta 10 metros de altura entre árboles.
El proyecto se enmarca en el contexto de una estrategia llamada “Sinergia ciclista”, en la que experiencias ciclísticas únicas permiten a los visitantes disfrutar de los paisajes de Limburg de una manera ligeramente diferente y que supuso un relanzamiento económico tras el cierre del fabricante de automóviles Ford Genk en 2014.
Los estudios de arquitectura Maat-Ontwerpers y Bart Lens diseñaron la ruta y su puente junto con la firma de ingeniería Witteveen+Bos para ampliar la red ciclista de Limburg, que ahora atrae a más de tres millones de turistas cada año.
El Parque Nacional Hoge Kempen es un hábitat para la serpiente lisa, una especie protegida que depende de brezales bien gestionados. Para reducir el impacto en la vida silvestre y especialmente en la serpiente lisa, no se utilizó iluminación durante el proceso de construcción y todos los trabajos se suspendieron durante la principal temporada de reproducción. El asfalto negro se reemplazó con concreto gris que se calienta menos rápido, lo que reduce el riesgo de que las serpientes tomen el sol en el carril bici.
El puente ciclístico de 300 metros de largo es la característica principal del proyecto. De manera similar a la estructura de una montaña rusa, el puente está formado por columnas y vigas de madera entrelazadas que acunan el carril de hormigón en el medio. En reconocimiento a la herencia minera de Limburgo, la madera de pino local, que una vez se plantó para satisfacer la demanda de madera para las minas de carbón, se utilizó para los altos muros a ambos lados del puente.
El camino, que asciende gradualmente, conduce a una meseta de 30 metros con vistas panorámicas del parque nacional y sus extensos brezales y bosques de pinos. Para que el puente no actuara como una barrera para la vida silvestre, los cimientos se colocaron sobre cimientos individuales en lugar de una viga larga, para permitir que los animales pequeños puedan migrar sin ser molestados.