La aluminosis es una patología que afecta a ciertos elementos de concreto armado, particularmente aquellos construidos con cementos de alúmina alta (también conocidos como cementos aluminosos o cementos CAC, por sus siglas en inglés).

Fuente: Constructivo

Este problema es una consecuencia del proceso químico de conversión de fases que sufren estos cementos bajo ciertas condiciones, lo que lleva a una pérdida significativa de resistencia mecánica y durabilidad.

¿Qué es el cemento aluminoso?

El cemento aluminoso es un tipo especial de cemento que contiene un porcentaje elevado de óxido de aluminio (entre el 35% y el 80%), lo que le otorga propiedades como:

  • Alta resistencia inicial.
  • Resistencia a temperaturas elevadas.
  • Rápido endurecimiento.
    Sin embargo, bajo condiciones específicas, puede ser propenso a la conversión de fases, lo que provoca aluminosis.

Causas de la aluminosis

Conversión química de fases: el cemento aluminoso transforma sus compuestos cristalinos a formas más estables (generalmente hidratos de menor volumen), lo que disminuye la resistencia del material.

Condiciones ambientales:

  • Alta humedad relativa o contacto con agua.
  • Temperaturas elevadas.
  • Ambientes agresivos, como exposición a agentes químicos o sulfatos.

Carga sostenida:

  • El estrés prolongado sobre estructuras con cemento aluminoso puede acelerar la degradación.

¿Dónde se puede presentar?

La aluminosis suele encontrarse en construcciones donde se utilizó cemento aluminoso, especialmente entre las décadas de 1950 y 1980, cuando este material era popular por su resistencia inicial y rapidez en la construcción. Es más común en:

  • Estructuras de edificios antiguos: vigas, columnas y forjados de concreto armado.
  • Infraestructuras: puentes, túneles y presas.
  • Climas húmedos o costeros, donde la alta humedad acelera el proceso.

Consecuencias de la aluminosis

  • Pérdida de resistencia estructural: la disminución de la capacidad portante de las estructuras puede llevar al colapso.
  • Fisuración y desintegración del concreto: aparición de grietas, pulverización o desprendimientos.
  • Corrosión del acero de refuerzo: las microfisuras favorecen la entrada de agua y oxígeno, acelerando la oxidación de las barras de acero.

Diagnóstico y tratamiento

Diagnóstico:

  • Ensayos químicos y físicos: Identificación de la presencia de cemento aluminoso y análisis de la resistencia.
  • Inspección visual: Grietas, polvo o desprendimientos anómalos.
  • Pruebas destructivas y no destructivas: Extracción de testigos, ultrasonidos o esclerómetros.

Tratamiento:

  • Refuerzo estructural: Uso de fibras de carbono, vigas adicionales o encofrados permanentes.
  • Rehabilitación parcial o total: Sustitución de elementos dañados.
  • Protección ambiental: Evitar la exposición a humedad o agentes agresivos.

La aluminosis es una patología grave, y su tratamiento requiere de análisis especializados para garantizar la seguridad estructural.

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