La clave de la arquitectura orgánica está en la naturaleza, repleta de curvas, más libre y más espontánea que la tradicional. El Nido de Quetzalcóatl es, quizás, el ejemplo más icónico de esta tendencia.

Fuente: Futuro 360

El Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que adoraban los mexicas, toma forma en una obra arquitectónica de Javier Senosiain construida cerca de Ciudad de México que, además de haberse convertido ya en un ícono, muestra el retorno a la naturaleza y las raíces que propone la arquitectura orgánica, una tendencia que se abre paso en esta nueva era de la sociedad.

La arquitectura orgánica “busca la armonía entre el hábitat del hombre y el mundo natural”, cuenta a CNN en Español Senosiain, quien hace décadas se dedica a crear construcciones que integren, en lugar de ignorar o modificar, dos condicionantes clave de los lugares que interviene: las geográficas —la orientación, la topografía, el paisaje— y las culturales. O, dicho de otra manera, la identidad, que es especialmente fundamental en México.

La clave de la arquitectura orgánica está en la naturaleza. “El contacto del hombre con la naturaleza ha existido siempre. Sin embargo, en los últimos años se ha venido destruyendo más la naturaleza que en los 500.000 años anteriores“, dice Senosiain. La pandemia, no obstante, nos ha dado un sacudón fuerte y ahora, muchos somos más conscientes de la importancia de la naturaleza en nuestras vidas.

El Nido de Quetzalcóatl es, quizás, el ejemplo más icónico de esta arquitectura. Se trata de un conjunto de alojamientos ubicado en Naucalpan, a apenas media hora de la Ciudad de México, donde no hay rastro alguno de la contaminación de la ciudad. Senosiain dice aún más: “Al estar dentro de esta cañada está uno fuera del mundo, de la civilización”.

Una arquitectura más libre y espontánea

En un terreno de 5.000 metros cuadrados, Senosiain intervino solo cerca de un 5% para crear una estructura que remite al mítico Quetzalcóatl  y que alberga 10 departamentos.

La serpiente se integra perfectamente en un paisaje dominado por el verde y atravesado por cañadas. De a ratos se inserta y de a ratos se mimetiza, dos técnicas que conviven en esta construcción hecha de ferrocemento donde, según explica el arquitecto, hay mucha artesanía, mucho ornamento, en especial en la cola y la cabeza de la serpiente.

Se trata de un lugar, además, donde la vegetación logra que haya una humedad de entre el 30% y el 60%, una ayuda en un terreno tan seco como el de México. Y donde el agua que desechan las casas va a una planta de tratamiento y luego al espejo de agua para regar la vegetación.

La arquitectura orgánica, según Senosiain, se caracteriza por ser más libre, más espontánea que la tradicional. Hay un proyecto, pero a la vez hay cuestiones que se resuelven sobre el terreno, incluyendo las dificultades que puedan surgir con los materiales y se deban subsanar.

La vuelta a la naturaleza y las raíces culturales con Javier Senosian

La búsqueda de espacios curvos

Un rasgo caracteriza la obra de Senosiain: la búsqueda de espacios curvos. Y lo hace en un mundo donde las personas “vamos pasando de caja en caja durante toda nuestra vida”: la incubadora, la cuna, el corral, las múltiples cajas que forman nuestras casas y, al final de nuestra vida, la caja donde nos entierran.

Sin embargo, dice él, la naturaleza está llena de curvas. “La línea recta casi no existe en la naturaleza, el horizonte es curvo, la gravedad en movimiento se curvea. Todo gira en espiral desde el microcosmos hasta el macrocosmos, desde las moléculas de ADN vistas en el microscopio hasta las grandes galaxias”, ejemplifica. Y para él los espacios curvos son “más abrigadores”.

De hecho, explica, hay una analogía entre este tipo de espacios y el lugar de cobijo por excelencia: el vientre materno.

El color es otra de las claves. “El color es la vida, decía Gaudí. La ausencia de color es la muerte”, resume el arquitecto. Y es una dimensión muy importante en países como México, que es reconocido por su plástica con una volumetría pesada y color.

¿Hacia dónde avanza la arquitectura en México?

“Yo creo que la arquitectura en México está cambiando”, dice Senosiain. Recuerda que hasta hace algunos años “era muy universal, muy funcionalista, muy internacional”: se hacía lo mismo que en otros países. Sin embargo, afirma, esto se está modificando a partir de la conciencia ecológica actual que, por ejemplo, hace que haya una tendencia al uso de los materiales naturales disponibles.

Senosiain destaca también los cambios que hay en las escuelas de arquitectura. “Durante muchos años, los jóvenes estudiantes me decían ‘es que yo empiezo a hacer un proyecto curvo y el maestro me dice ‘no, ¿qué material vas a usar? No va a ser resistente, va a ser muy caro’. Y siempre se les ponía peros. Y sin embargo yo creo que en las escuelas de arquitectura eso está cambiando“, explica.

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