Holcim implementa a su estrategia sustentable el uso de escombros como agregados alternativos en el concreto, con lo que buscan reducir las emisiones de carbono y reciclar.

Fuente: Obras Expansión

Para continuar con su estrategia de crear productos más sustentables a través de cambios en su cadena de suministro, la cementera Holcim ha decidido apostar por la “minería urbana”, una nueva forma de obtener agregados para la creación del concreto al usar los desechos de las construcciones demolidas, lo que aminora las emisiones de carbono y fomenta la economía circular.

En la actualidad, a nivel mundial, la empresa de origen suizo usa 7 millones de toneladas al año de este tipo de residuos y planea, para 2028, aumentarlo a 10 millones. El reto, principalmente fuera de Europa, es la regulación del destino de los escombros.

Manuel Sirtori, director de Concretos y Agregados, dijo en conferencia de prensa que la Ciudad de México, desde 2012, a través de la Norma NACDMX-007-RNAT ha ayudado a que los materiales de las demoliciones se puedan reutilizar, debido a que establece la clasificación y especificaciones de su manejo integral. Esto ha permitido que los productos de Holcim con esta característica –llamados EcoCycle– tengan 12% de sustitución de agregados por este tipo de reciclados.

La medida ha sido relevante en una ciudad en donde se generan entre 8 y 9 millones de toneladas de residuos de construcción anualmente. Durante siglos, la obtención de agregados para la producción de concreto se ha basado en la explotación de canteras y minas, lo cual tiene un impacto significativo en el entorno natural. La minería urbana, en cambio, propone reutilizar los materiales provenientes de las demoliciones, convirtiendo los residuos en recursos valiosos para la creación de nuevos productos.

La normativa implementada por el gobierno local ha facilitado su implementación. Este proceso no solo reduce la necesidad de extraer nuevos materiales, también minimiza el volumen de residuos que terminan en vertederos.

Las plantas de tratamiento en la Ciudad de México, como las ubicadas en Miguel Hidalgo e Iztapalapa, juegan un papel crucial en este ciclo. Estas instalaciones procesan los residuos de demolición para producir agregados que pueden ser reutilizadas en la producción de concreto. Este enfoque permite que prácticamente el 100% de un edificio demolido pueda ser reincorporado en nuevas construcciones, desde el concreto hasta materiales como ventanas, techos, aluminio y cobre.

“El producto está disponible y tenemos ya convenios comerciales con ellos para poder captar este producto e incluirlo dentro de los concretos”, comenta Manuel Sirtori, Director de Concretos y Agregados. Y asegura que esto sí representa un aumento en el costo de producción al comprarle a una empresa este tipo de agregado más procesado, pero se ha llegado a un balance para que al consumidor no le represente un sobrecosto que haga al producto competitivo.

Hasta el momento, el principal demandante de esta solución son las empresas de edificios que buscan hacer la sustentabilidad una característica y tener certificaciones, por ejemplo. Holcim también explica que el gobierno de la capital ha adoptado su uso, en andenes del transporte público.

Pero, aunque la CDMX ha sido un precursor, en muchos casos, las normas de construcción y los estándares de calidad no están actualizados para permitir el uso generalizado de materiales reciclados.

En Europa, la estandarización de regulaciones ha permitido un avance más rápido hacia la adopción de prácticas de economía circular, mientras que en otras regiones, como América Latina, aún se requiere un esfuerzo colaborativo entre gobiernos, industria y academia para actualizar y armonizar estas normativas.

La buena noticia es que a nivel nacional se ven mayores intenciones para hacerlo. “Se está dando este traslado de regulación de la ciudad a otras tan importantes como Monterrey, Guadalajara, Puebla y Querétaro. La Ciudad de México fue líder pionera y esto se está copiando afortunadamente en todas las ciudades”, dijo Sirtori.

Este no es el único reto con el que la empresa se ha enfrentado, pero que ha logrado resolver. La capital del país es particular por su sismicidad, por lo que por ley tienen un tope de 20% para incluir materiales reciclados, mientras que en otros países es hasta de 40%. No obstante, de esta manera garantizan que tienen la misma flexibilidad y resistencia que un cemento tradicional, pero con ventajas sustentables.

La solución a este segundo obstáculo es la demostración de los beneficios de usar el concreto y su resistencia. El directivo de Holcim explica que, como efecto bola de nieve, cuando la industria de la construcción note su implementación y efectividad en las obras lo seguirá adoptando.

En este camino, han planeado en Francia un desarrollo de 220 viviendas edificado totalmente con ECOCycle. El proyecto está actualmente en construcción y la empresa calcula que con el uso de su producto se han ahorrado 3,000 toneladas de recursos naturales extraídos de minas.

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