Desde Sacyr Servicios crearon un programa en el ámbito de la economía circular que está favoreciendo el cambio de concepto en la fabricación de mobiliario urbano en Madrid.

Fuente: Sacyr

Desde el Centro de Economía Circular de Madrid (CIEC), en cuya gestión está implicado Sacyr, ha coordinado reuniones, dentro del programa Circularización de Empresas, entre las empresas fabricantes de mobiliario y el Ayuntamiento de Madrid. 

El objetivo con estas empresas ha sido asesorarles a la hora de diseñar y fabricar mobiliario con el objetivo de facilitar su circularidad. Se trata de bolardos, vallas de encauzamiento peatonal, jardineras, bancos, papeleras, aparcabicis, etc.

Mobiliario

Al mismo tiempo, con el Ayuntamiento, la empresa ha facilitado información para crear un marco adecuado que posibilite un cambio de visión a la hora de aplicar los requerimientos de instalación de estos soportes.

“Las empresas de mobiliario urbano de Madrid son pocas. Dentro de este programa, durante seis meses, hemos hecho un acompañamiento individualizado a cada una de las empresas”, explica Saúl Ortiga, gestor de proyectos de innovación de Valoriza.


“Al principio les explicamos lo que era la economía circular, la sostenibilidad. Muchas de las dificultades que encuentran las empresas fabricantes para incluir criterios de economía circular es el contexto en el que trabajan: las características de los elementos de mobiliario urbano que fabrican está condicionado por los criterios que se aplican a la hora de homologar los elementos por parte del Ayuntamiento para poder ser instalados en las diferentes zonas de Madrid”, explica Antonio Salvatierra, Jefe de Servicio de Equipamientos Urbanos de Valoriza en Madrid.

“Por ejemplo, los bolardos de caucho llevan un alma de acero y un cuerpo de caucho reciclado mezclado con resinas. En este caso, resulta muy complicado separar el caucho del acero. Para nosotros sería más sencillo que estuvieran fabricados en una única fracción fácilmente reciclable, por ejemplo, solo metal, o que, compuesto por dos o más fracciones, estas fueran fácilmente separables”, explica Salvatierra. 

Con el Ayuntamiento, dentro de todo este proceso, se está hablando de la evolución de su manera de aplicar la legislación a la hora de homologar el mobiliario aplicando criterios de economía circular.

De esta manera, se podría puntuar de manera positiva en las licitaciones a las empresas que hagan un esfuerzo a la hora de aplicar procesos de economía circular en sus productos.


Sacyr, como empresa conservadora de este mobiliario, busca soluciones para dar una salida útil al mismo cuando ya no sirva o esté deteriorado. De esta manera, en sus procesos, entra la posibilidad de reciclar el mobiliario deteriorado. “Nosotros podremos así colaborar, como hemos venido haciendo hasta ahora, con las empresas fabricantes”, afirma Saúl.

Otro de los factores que determinaría un cambio sería la servitizacion del producto. Esto significa que en lugar de que el Ayuntamiento posea el mobiliario, podría alquilarlo a las empresas fabricantes. Así se fomentaría la durabilidad de los elementos. 

“De esta manera, el que fabrica ya no podría estar interesado en que se rompa cuanto antes, sino que dure lo más posible. Es trabajo conjunto entre fabricante, empresa de conservación, con el apoyo de los ayuntamientos. La tendencia podría ser UTEs entre fabricantes y conservadoras. El área de negocio se ampliaría, al igual que el beneficio social y medioambiental”, explica Saul.

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